Guillermo Robles Ramírez

Y sigue aumentando

Por Guillermo Robles Ramírez

Se dice que cuando se prohíbe algún producto en el mercado, este se convierte en un gran potencial para la economía informal, en específico el mercado negro y/o piratería.

El fenómeno de los productos piratas se da en todo el mundo, equivocadamente se piensa que es un problema exclusivo de México, pero no es así.

Su razón de existencia es muy básica, tratándose de una cuestión en el bloque o mundo del capitalismo; a este se le llama falta de liquidez, o como diríamos aquí “andamos bien charros o charras”.

La falsificación de productos ha tenido un incremento representando del 2.5 al 3.3 por ciento en el comercio mundial, aunque difícilmente se puede medir hay expertos que consideran que el porcentaje puede superar el 20 % en todo el mundo considerando el rubro de la tecnología desde video juegos y hasta softwares.

Sin perdonar ningún rubro del mercado porque existe desde todo tipo de artículos domésticos, textil, accesorios de todo tipo, aparatos electrónicos, cosméticos, juguetes, bebidas, y medicamentos; siendo este último uno de los más peligrosos como el de los productos milagrosos que debido a ellos han mandado un centenar de personas al hospital peligrando la vida humana.

Hay quienes opinan que el fenómeno de la piratería es una cuestión de cultura; pero en realidad no hay mexicano alguno que se escape de haber comprado cuando menos alguna vez en su vida algún producto falsificado, ya sea con pleno conocimiento o sin querer.

Las grandes compañías siempre alegaran que es un gran impacto negativo en sus ganancias, debilitando la economía del país y además atenta a un delito fiscal.

Para muchos expertos una manera de asegurar el producto y exigir ante las autoridades se tiene que registrar la marca, diseño, patentes, derechos de autor para poder proteger la exclusividad contra el uso ilícito de los mismos por parte de quienes se dedican a comercializar con ellos.

Obviamente esto encarece más el producto viéndose reflejado en su costo final al destino del consumidor siendo un impedimento para su posible adquisición por la falta de dinero para comprarlo y más cuando se vive en un país sumergido con una problemática económica por la falta de generadores de trabajo, complejidad en su sistema tributario provocando el cierre mismo de muchas empresas o la migración de otras por la falta de incentivos hacendarios.

Mientras sigamos siendo un país manufacturero y no, uno como productor, creador de nuevas tecnologías o procesos para hacer las cosas, existirá y seguirá en aumento la piratería.

A la falta de incentivos fiscales y complejidad burocrático para la instalación de cualquier empresa, éstas han decidido irse a otras partes del mundo donde sus costos bajos de producción lo hacen más atractivo para poderse instalar, y un ejemplo de ellos es China que su crecimiento se debe a las grandes facilidades e incentivos que tiene allá. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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