¿Y las hociconadas?
Por Guillermo Robles Ramírez
Entre los candidatos para la gobernatura de Coahuila, existen muchas dudas sobre uno en particular al quién me cuestionan mucho, sí sé algo de él, tratándose del candidato Ricardo Mejía Berdeja y la misma pregunta que me hacen: ¿Quién es él?
Se sorprenden cuando les comento que es originario de Torreón, después de muchos años de residir en la ciudad de México, llegó a Coahuila allá por 1994 e inmediatamente lo hicieron líder del Sector Popular del PRI en el Estado y enseguida diputado local, también por el tricolor. Todo esto antes que muchos otros jóvenes que llevaban años haciendo méritos en el PRI.
Cuando llegaron las campañas para gobernador despotricó al “corrupto PRI” que no le dio la oportunidad que quería y se fue al Partido de la Revolución Democrática y se dedicó a echarle tierra hasta morir al PRI y a los gobiernos municipales, estatales y federales emanados del partido oficial que para ese entonces y según para Ricardo Mejía Berdeja, diputados federales, quiso ser legislador del Congreso de la Unión y como no llegó, renunció al “corrupto PRI” que no le dio la oportunidad en aquel entonces cuando era treintón originario de Torreón, después de muchos años de residir en la ciudad de México, llegó a Coahuila allá por 1994 era lo peor de lo peor.
En pocas ocasiones, el joven Ricardo viajó a diferentes regiones de Coahuila para hociconear que el PRI era la sinvergüenzada viviente y que el partido del “dedazo” e inventor de la corrupción. Yo preguntaría, ¿qué no dijo Ricky, del PRI? Por igual, trató a los gobiernos priístas de los diferentes niveles.
Fueron meses en que Ricardo olvidó que el PRI fue su cuna política, su origen y quién le había dado sus mejores oportunidades como político, porque cuando incursionó ya le habían negado en el PRD no sólo una sino toda oportunidad para la candidatura de alguna curul, sino que los perredistas lo rechazaron rotundamente y pudo haber sido por “chaquetero”.
Después de su fallido intento por ser perredista y de buscar la candidatura para gobernador de Coahuila por el partido del Sol Azteca, Ricardo regresó a la ciudad de México a trabajar en una dependencia de la Secretaría de Gobernación, por cierto, perteneciente a un sistema gubernamental priísta, de ese partido corrupto y ratero que tanto “combatió”, pero bueno, los hay a quienes les falla la memoria y lo bueno es que damos por hecho que a Ricardo ya se le olvidaron las hociconadas que lanzó al PRI y a los gobiernos priístas, aunque hay coahuilenses que siguen, recordando esos tiempos, pero en fin, la política es la política.
Durante su ausencia por años en Coahuila, estuvo de chapulín para otros partidos como el Movimiento Ciudadano y viviendo en Guerrero, y después saltando nuevamente con el partido Morena, y después de su berrinche por no haber pasado la encuesta de la Cuarta Transformación, chapulínea nuevamente para irse al Partido del Trabajo (PT), como candidato para gobernador de Coahuila, y desterrado de la 4T.
Aquel político ahora ex priísta, ex perredista, ex Movimiento Ciudadano, y ex morenista que después de años de ausencia de Coahuila a los pocos meses de retorno a su “querida Coahuila”, pretende que lo conozcan los coahuilenses, así de chaquetero y golondrina que solo regresa a su tierra de origen, cuando busca la gobernatura de Coahuila, motivo por el cual la gente me pregunta mucho, “¿…y ese quién es…a poco es coahuilense?
La inestabilidad en las personas nunca es buena y, en la política menos, así que no es de sorprender sus bajos indicadores que tiene actualmente como candidato, porque no se trata de un tema infantil de solo decir “yo quiero ser Gobernador” un capricho que puede salir muy caro para los coahuilenses. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org
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