Guillermo Robles

Veo un México sin amor

Por Guillermo Robles Ramírez

 Pertenezco a una generación en la que durante la primaria y secundaria se impartía la materia de Civismo, Valores y Ética, aparte de Ciencias Sociales, materias que fueron eliminadas y sustituidas por otras que a manera personal considero que no han sido buenas opciones.

            Observo un México sin civismo, también sin patriotismo y mucho menos la organización política mexicana, así como amor a la patria. Ante esa ausencia se ve reflejado en el comportamiento de las nuevas generaciones cada vez que hay alguna marcha ya sea feminista o cualquier otra, pero principalmente el de las que hacen las féminas, y que son iguales a lo que hacen el pandillerismo, es decir, no se respeta monumentos que son patrimonios de la nación, y menos estatuas de nuestros héroes patrios.

            Pondré mi granito de arena por medio de esta columna para recordarle a los jóvenes y autoridades siendo más este último ya que sin importar de ser un año electoral se tiene que conmemorar el día de hoy la Batalla de Puebla, para despertar ese civismo y amor a la patria que han perdido poco a poco nuestras nuevas generaciones ya que en las escuelas se le ha restado importancia y cada vez es más nula la enseñanza.

            Su conmemoración es recordada por la victoria sobre las fuerzas francesas el 5 de mayo de 1862 en la Batalla de Puebla. Esta no fue un simple incidente o hecho aislado, sino que en 1857 estalló la “Guerra de Reforma”, distinguiéndose en un conflicto civil enfrentando a liberales cuya creencia era la separación de la Santa Sede, es decir, la Iglesia, pero por otro lado se buscaba la libertad de la religión, en contra de los conservadores quienes estaban a favor de esa unión estrecha entre la Iglesia católica y el gobierno federal.

            Al final de esta guerra civil dejó al país en la ruina en 1861, dejando como única opción la suspensión de todo pago a la deuda externa, siendo Benito Juárez presidente de México.

            Sin embargo, la suspensión de pago a los extranjeros por la sencilla razón de que el gobierno no tenía dinero fue algo que molestó a Gran Bretaña, España y Francia, países que obviamente México les debía dinero, así que los tres se unieron para obligar a México a pagar lo que se les debía.

            Iniciaron los ataques por los países inconformados, pero no fue hasta en la mañana del 5 de mayo como fecha clave por la cual se conmemora en México, cuando en aquel año se creyó que Puebla caería fácilmente pero no fue así ya que representó una gran derrota para los franceses, en donde se calcularon como bajas francesas alrededor de 460 muertos y muchos heridos, mientras que sólo 83 mexicanos fueron asesinados.

            En los Estados Unidos la fecha del 5 de mayo es una de las fechas históricas más recordadas ya que es un excelente día para celebrar con desfiles, fiestas temáticas e incluso la Casa Blanca realiza un evento especial para conmemorar la Batalla de Puebla en 1862 y los presidentes en turno recuerdan de manera oficial el suceso, o al menos eso hasta antes de Donald Trump, y ya veremos con el actual Presidente Joe Biden.

            El motivo por el cual lo celebran con mayor fervor en los Estados Unidos es por dos simples razones. La primera es que suelen confundirlo con el Día de la Independencia y eso por un error provocado por la ignorancia cultural de los estadounidenses que creen fue el comienzo de la guerra de México para independizarse de los españoles.

            El segundo error es que la festividad del 5 de mayo dio inicio a la identificación con el movimiento de los activistas chicanos en los años 60 en su lucha contra la segregación racial.

            Equivocados los estadounidenses o no, en su concepto de la celebración del 5 de mayo como la Batalla de Puebla, lo cierto es que existe una apatía por parte de los mexicanos celebrar y recordar con orgullo lo que nuestros antecesores revolucionarios hicieron por nuestro país.

            En aquella época nuestros revolucionarios mexicanos peleaban por una causa social; pero en la actualidad la lucha social y el patriotismo se ha perdido. Los mexicanos como sociedad han permitido a muchos gobernadores y funcionarios saquear las arcas de nuestros gobiernos, y actualmente a un Presidente de México que es un caudillo.

            Como es posible que mejor nuestros antepasados pudieran luchar victoriosamente contra los saqueos extranjeros y ahora no podamos contra el saqueo y robo de nosotros mismos, es decir, nuestros propios connacionales.

            No existe ya un verdadero patriotismo, ni mucho menos valores cívicos; mismos que se quedaron guardados en los libros de historia. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

Deja un comentario