*Sucesión Adelantada
*De las Desigualdades
*El Prestigio Militar

Algunos sitúan el punto de partida en la preparada aparición de Miguel Ángelo Osorio Chong, con templete armado y buen sonido, ante sus oficinas del Palacio de Bucareli, encarando a los jóvenes politécnicos a quienes poco importaba la política sino, en realidad, reclamaban su derecho a no ser reducidos, en la escala productiva, de ingenieros a técnicos para favorecer con ello la incursión de especialistas extranjeros siguiendo las líneas de la infortunada, impopular y entreguista reforma energética.
El titular de Gobernación calculó los efectos y los aprovechó en los medios mientras los muchachos le insistían que era su deber dialogar con ellos y no por eso merecía aplauso alguno. Me sumo a esta opinión.
Desde el arranque de la actual administración, al medirse la zigzagueante actividad de Osorio –acaso porque no se sentía seguro en el gabinete considerando la animadversión que su nombramiento generó en Manlio Fabio Beltrones quien deseaba para él esta posición-, se observó a dos figuras como las más cercanas a la postulación presidencial en 2018; ya sabemos que el juego comienza desde el momento mismo en que se coloca la banda tricolor en el pecho del mandatario entrante y quizá este sea uno de los elementos centrales de una democracia ad hoc, construida por la clase política para ser su mayor beneficiaria, dejando a la soberanía popular, término en caducidad, el honor de especular durante seis años.
Sin duda, el doctor Luis Videgaray Caso, mexiquense y al frente de la Secretaría de Hacienda, parecía galopar sobre caballo de hacienda por la simetría que mostraba con su jefe y su destacada participación en la Comisión respectiva mientras transitó por la Cámara baja; algunos quisieron observar en él a un seguro candidato al gobierno mexiquense pero no fue así considerándose que estaba llamado para empresas mayores. Este indicativo le marcó desde el inicio si bien los programas financieros comenzaron a dejar una estela de malestar al punto de que los grandes empresarios, encabezados por Carlos Slim Helú, le advirtieron que también organizarían su propia manifestación de protesta contra la lesiva reforma fiscal jamás asimilada. Llegaron a un punto cercano a la ruptura.
Y, entonces, comenzó a observarse que Luis Enrique Miranda Nava, quien fue derrotado en las elecciones para la alcaldía de Toluca a mitad del periodo peñista en el Estado de México, comenzaba a descollar no por sus capacidades sino porque era él quien se encargaba de darle al presidente, por las mañanas, la información global de lo “importante”. El primero y el último telefonema oficial del día le correspondían además de integrar el pequeño séquito con el cual peña nieto ordena su agenda cada tarde-noche en la residencia oficial de Los Pinos. Es casi como un póker de ases en el que se conoce al Rey pero se oculta a las demás barajas.
En estas condiciones, Osorio, quien se mostró impreciso, titubeante, en ocasión de la explosión en la sede de PEMEX en enero de 2013, ante los micrófonos y los entrevistadores porque, entre otras razones, no sabía cuanta información podía a dar a conocer y cuánta debía guardarse para evitar una alarma generalizada sobre la posibilidad de un atentado terrorista. Fue evasivo y ello le puso un sello de mediocre e ineficaz que vino arrastrando igualmente a lo largo de las catástrofes naturales y de los constantes movimientos de las fuerzas federales supuestamente bajo su control. El ir y venir de Manuel Mondragón y Kalb, por ejemplo, es un claro ejemplo de ello con todo y el peso de la, hasta hoy, inútil Gendarmería Nacional, experta sólo en cuanto al maquillaje exhibido durante el desfile de septiembre.
La artificial maniobra en el Poli que puso en alerta a las autoridades del Distrito Federal el 2 d octubre, con decenas de observadores extranjeros lo que suele ocurrir cuando se teme que un gobierno está rebasado, no tenía otro fin que la revisión de los planes de estudio, al suprimirse varias materias claves en el Colegio de Ingenieros y Arquitectos de la institución –cuya autonomía debiera ser prioritaria ahora-, y no un fin político como el que finalmente concluyó con la renuncia de la directora, Yoloxóchitl Bustamante Díez, la primera mujer en ocupar esta oficina en sus ocho décadas de insistencia. Y mientras tanto, el repelente secretario de Educación, Emilio Chuayffet Chemor, sacó las manos del fuego y, literalmente, se hizo ojo de hormiga.
A menos de dos años de que comenzó la actual administración los rumores, fundados en hechos incontrovertibles, alertan sobre un avance irremisible en la salud del presidente de la República. Nos han llegado informes, incluso, sobre la gravedad de sus males como secuela de dos fallidos intentos quirúrgicos: el primero, en octubre de 2011, entre su finiquito como gobernador y el inicio de la campaña presidencial, para tratarle un cáncer en la próstata en estado de incubación; se dijo entonces, con voces apenas audibles, que el problema estaba superado por haber sido detectado a tiempo. No obstante, no pudo evitarse que a finales de julio de 2013, ya en condición de Primer Magistrado, peña nieto fuera intervenido como consecuencia de la alteración por “nódulos tiroidales” de su organismo; y éstos se forman, precisamente, por la expansión cancerosa. Claro, se le dio otro contexto y no pudo evitarse que la opinión pública se enterara.
El caso es que, en este momento, el expediente médico del mandatario, muy a pesar de la supuesta transparencia ofrecida desde hace ya varios sexenios, es considerado como parte de los asuntos relacionados con “la seguridad del Estado” y, por tanto, fuera del alcance de los informadores. Este solo hecho plantea, por supuesto, que no se trata de una simple alarma falsa sino de una devastación orgánica severa como pudo constatarse durante la ceremonia del Grito, en Palacio Nacional, hace poco menos de un mes. Desde entonces, la agenda presidencial fue reducida al mismo igual que sus apariciones públicas por órdenes de sus médicos.
No es difícil sopesar que lo anterior, por supuesto, sea el origen de los precipitados placeos de algunos funcionarios que necesitan dejarse ver para que, en el caso de una ausencia definitiva –por licencia, entiéndase- del titular del Ejecutivo, el Congreso sepa hacia donde voltear sin poner en riesgo la estabilidad –si la hay- de un país en el que veintidós de sus treinta y dos entidades está bajo dominio de los grandes cárteles. Por ello, desde luego, han disminuido los enfrentamientos con las mafias y se ha recrudecido, de manera brutal, la represión en contra de la inerme población civil o de quienes salen a las calles a protestar. Los casos de Tlatlaya e Iguala son clarísimos ejemplos de ello. ¿Quién, entonces, tiene el control?
Recuérdese que, de acuerdo al artículo 84 de nuestra Carta Magna, si el presidente en funciones se retira, por cualquier causa, de su responsabilidad antes de cumplirse los dos primeros años, el Congreso designará a un presidente interino con la obligación de convocar a nuevas elecciones –para terminar el periodo-, en no más de diez días; pero si la ausencia se produce ya dentro de los cuatro años terminales –periodo que comenzará en diciembre venidero-, el Congreso, o en su caso la Comisión Permanente que nombraría a un “provisional” hasta que el pleno estuviera reunido-, podrá señalar a un mandatario “substituto” sin requerirse de elecciones, un factor importantísimo para el ajuste de cuentas entre las corrientes políticas.
En esta tesitura podría decirse que quienes están más cerca…son los que se sostienen dentro del propio Congreso y es con ellos con quienes deberá negociarse en caso de una precipitada salida presidencial; con ello, claro, los coordinadores de bancadas del PRI, en el Senado y la Cámara baja, emilito gamboa patrón y Manlio Fabio Beltrones, el ex gobernador de Sonora y conocedor a fondo del sistema, tendrían buena oportunidad de cabildear sea a favor propio o de quien es su líder en lo oscurito, es decir gamboa respecto a Manlio. Por supuesto, ello no quiere decir que las cosas se arreglen tan sencillamente. Las oposiciones querrán sus rebanadas, incluso el PAN que está a novecientos miembros de perder su registro –y ya han existido algunas bajas desde el último recuento-, y los nuevos organismos listos a llevarse el todo en el juego de la perinola.
Lo que puede adelantarse es que Beltrones ya está jugando un papel trascendental en el juego sucesorio, aun cuando éste, por razones institucionales, resuelva jugar su carta a favor de algún otro postulante aunque son pocos los aliados que tiene, digamos, entre los gobernadores y ninguno en el gabinete presidencial. La revisión de nombres y los acercamientos en estos días, marcarán la pauta. Sigue el octubre rojo desgraciadamente previsto.
Mirador
Hace unos días, en una mesa plagada de pluralidad, se habló de la importante reforma, ya aprobada, para que las mujeres reciban un trato equitativo aun en las comunidades regidas por lo que dado en llamarse “usos y costumbres”; por allí, un gran amigo mío ironizó diciendo que se trataba, más bien, de “Abusos por Costumbre”. Y es, en buena medida, cierto. Nos angustian, tantas veces, las vejaciones que sufren las señoras y niñas bajo el mundo islámico… cuando, en nuestro propio territorio, tenemos ejemplos mayúsculos de explotación de género que ni siquiera tomamos en cuenta por desconocimiento cabal o incluso por el inefable “machismo” que reduce a la nada las afrentas, incluso psicológicas, de las damas.
Por supuesto, nadie, en su sano juicio, puede oponerse a una ley tan justa y razonable como la expuesta; salvo, claro, los pobladores de otros pueblos cuyas costumbres arraigan a la mujer al fogón y al lecho mientras ellos tienen las libertades de movimiento y acción que les niegan a sus compañeras. Esta circunstancia hace prever un verdadero torbellino en las interrelaciones familiares en municipios de Guerrero, Chiapas, Oaxaca, Yucatán y, en general, en todas las entidades en donde exista una fuerte presión de las etnias, como Nayarit y Sonora. El conflicto no es tan sencillo de sobrellevar.
Por supuesto, lo deseable es que a la desigualdad no se le ataque con otra desigualdad como ha venido ocurriendo en las naciones en donde la violencia de género sólo es considerada cuando se ejerce contra las mujeres, sobreprotegiéndolas jurídicamente, a costa de los derechos de los varones cuya caballerosidad, en muchos momentos, los lleva al precipicio frente a los juzgadores. Tenemos una muestra clarísima en cuanto a la custodia de los niños pequeños que, por lo general, es dada a la madre sin ninguna otra consideración y sin apelación posible –la hay pero es inútil- por parte del padre relegado que, no pocas veces, tiene la razón… pero no el derecho. Esta injusticia debe remediarse ya.
Finalmente, la igualdad es una cuestión de cultura; y debe ser mutua, global, para todos. Inclinarla para uno u otro lado es una injusticia monumental que obnubila el estado de derecho.
La Anécdota
Hablan mucho de que debe preservarse el prestigio militar. Pero, a veces, nos preguntamos, ¿cuál? Si vemos las imágenes del genocidio de Tlatelolco, ¿quién osaría hablar sobre el honor de los uniformes ensangrentados con sangre de jóvenes cercenados para siempre? Lo mismo ocurre con quienes alegan que no pueden deformarse los “hechos aislados” como el de Tlatlaya –en donde fueron acribillados veintidós civiles supuestamente delincuentes, como lo eran los estudiantes en 1968-.
Al respecto, en una ocasión, el conocido general Ramón Mota Sánchez, quien estuviera un tiempo a cargo de la policía metropolitana, aseguró:
–Los miembros del ejército hemos sido preparados para matar; es una de nuestras funciones: matar cuando se trata de preservar la soberanía.
Y así, matando, ni siquiera pueden ponerse de acuerdo sobre cuándo, en realidad, nació el ejército mexicano: no, desde luego, en 1913.
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EN OPINIÓN DEL COLUMNISTA LA HONRA Y EL PRESTIGIO NO NACEN EN LOS UNIFORMES. SÉ QUE NO POCOS MILITARES TIENEN UN ACENDRADO PATRIOTISMO; HE TENIDO LA SUERTE DE CONOCER A ALGUNOS DE ELLOS. PERO TAMBIÉN PUEDO ASEGURAR QUE MIENTRAS LOS MANDOS CASTRENSES NO SEAN SANEADOS NO SE PODRÁ EVITAR QUE PERMANEZCAN INFILTRADAS EN LAS INSTITUCIONES LAS MAFIAS DOMINANTES.