Veneno Puro
*Debates a dos Caras
*Reforma Abandonada
*El Miedo al Cambio
En México, por fortuna, no debatimos sobre un tema que debiera pertenecer al pasado, cuando el “derecho divino de los reyes” pasaba por encima de los pueblos sometidos. Es cierto, según Krauze, en nuestro país se ha dado la “Presidencia Imperial” o, como dijo Vargas Llosa, “la dictadura perfecta”. Pero, cuando menos, se simula la participación de la ciudadanía en el constante ejercicio de las urnas. A veces funciona; en otras, indigna sin que los votantes tengan alguna capacidad de apelar seriamente contra las decisiones superiores. Imagínense, de acuerdo a la ley vigente, las decisiones del Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal, conocido como TRIFE, son sencillamente “inatacables”. ¿Esto suena a democracia?
En otras perspectivas, incluso de los que hoy se consideran parte del primer mundo por ser europeos, el debate sobre la monarquía comienza apenas a abrirse. Los españoles, por ejemplo, se plantean, con alguna seriedad, si deben seguir manteniendo a la familia real en estos tiempos de apuros financieros y creciente desempleo –ya suman más de cinco millones cuatrocientos mil los desocupados a lo largo de la geografía hispana-, en los que, además, se han hecho públicas las prevaricaciones de algunos miembros distinguidos de ésta, además de la baja evidente de la popularidad del monarca, Juan Carlos de Borbón, no sólo por sus tropelías como cazador en África sino, sobre todo, por mantener, con cargo al erario naturalmente, una doble vida, con la Reina y otras diversas parejas que los rumores señalan y nadie desmiente, sobre todo porque son ya muchas las evidencias acerca de ello.
Al escándalo de Iñaki Urdangarín, el yerno favorito del Rey, y continuado hacia la Infanta Cristina, su esposa, atrapados en un berenjenal multimillonario a través de una organización supuestamente destinada al servicio social, Noós, cuya sede principal está en Barcelona, se suma el de la hermana de la Princesa Leticia –en México la conocimos como aprendiz de reportera allá por Guadalajara; este columnista la conoció entonces-, de nombre Telma Ortiz, a quien el poder de la monarquía ha concedido el privilegio de obtener ganancias por 70 mil euros al año en el Ayuntamiento… de Barcelona, la ciudad de las dos caras: antiespañola y por ende antitaurina, dicen, pero protectora de la Corona. Un galimatías que ni Arturo Mas, presidente de la Generalitat, independendista hasta la médula y contrario a la influencia del gobierno español como si la autonomía debiese ser considerada soberanía, podría resolver sin caer sobre su propio peso.
Las correrías del Rey, los desplantes de la Reina, los pleitos entre las cuñadas Leticia y las Infantas Elena y Cristina, los negocios de Urdangarín y el sueldo fantasma de Telma, convierten el asunto en un entramado propio de alguna de estas telenovelas llamadas “culebrones” en España y que tanto dinero han dado a Televisa, lo mismo o más incluso que las campañas electorales y los campeonatos de fútbol. Siempre hay tajadas de por medio a través de las generaciones de Azcárraga que han pasado por las oficinas de Chapultepec. Y, desde luego, no pretendemos descubrir el hilo negro.
Mientras ello ocurre allende el océano, en nuestro país falta incluir en los debates institucionales, a iniciarse esta misma jornada, el tema del presidencialismo monárquico que estamos padeciendo todavía muy a pesar de las voces demandantes de un cambio cada vez menos audibles. Nos quedamos en un punto muerto, situados en la ruta hacia el parlamentarismo pero mucho más cerca del presidencialismo autoritario; dijéramos que no hicimos más que arrancar cuando el motor se desbieló, rompiéndose por dentro. Y nos quedamos tirados, en medio de la carretera, sin “ángeles verdes” que pasaran por allí para liberarnos de los peligros de la soledad en tierra afectada por los atracadores de caminos y secuestradores combinados con mandos medios del ejército. ¡Tengo tantos ejemplos y pruebas sobre ello que no hay libro que sea suficiente para denunciarlos a todos!
El tema central, insisto, es el del presidencialismo y no observo en los formatos de los debates ningún referente al mismo. Como si no existiera el mal o, de verdad, se hubiese extinguido como fruto de una alternancia que no alteró el estado de cosas, tan sólo cimbró las conciencias y las hizo más curiosas en vez de mantener el proverbial ostracismo con el cual se prolongó la tolerancia colectiva hasta niveles indignos. Debemos anotarlo para subrayar, con toda crudeza, cuanto de culpa tenemos cada uno de los mexicanos antes de lanzar la primera piedra contra los grandes predadores del sistema.
Es evidente que pervive una nueva aristocracia mexicana que entrelaza a las primeras familias, las que han pasado o están en Los Pinos, con una naturalidad pasmosa. Cada una de ellas, además, cuenta con una larga lista de sociedades y complicidades que eleva las fortunas de sus privilegiados integrantes a costa de mantener a las mayorías en un estado permanente de indefensión ante las grandes decisiones. Ni un consenso, ni una sola consulta. Igual ayer que hoy.
Por la misma razón es tan obvia la intromisión del patriarca sexenal en los procesos electorales futuros, en desarrollo ya el del 2015, y hasta se dio, como estuvo a punto de ocurrir en el sexenio de díaz ordaz, un cambio de amazona por jinete sobre el jamelgo panista que da lástima. Las mismas estrategias con otros colores sólo para despistar a la masa de ingenuos incapaces de hacer valer sus criterios, sobre todo por no perder algunas canonjías o la tranquilidad al pasar a ser incómodos para la clase gobernante… como los críticos irredentos entre quienes me incluiré hasta que los lectores me aguanten.
Espero que los futuros debates entre los aspirantes a las gubernaturas y/o a la Presidencia, en su momento, no se ciernan a los lugares comunes ni recurran a ejemplos del pasado. No tenemos, por fortuna, que discutir sobre la anquilosada institución de la monarquía –cuyos simbolismos la sostienen por el exacerbado temor a enfrentar a los bandos irreconciliables, conservadores y liberales, monárquicos y republicanos-, pero sí acerca de un presidencialismo cuya única diferencia es la perentoriedad porque nadie admite aquí “derecho divino” alguno para marcar las pautas políticas. De ser así, cuando menos una candidatura se habrían disputado el Cardenal Norberto Rivera Carrera y el inefable Obispo de Ecatepec, el más rico entre los pobres, Onésimo Cepeda forjado al calor de las enseñanzas y empresas de Carlos Slim Helú. Hasta este grado llegan las grandes simulaciones nacionales.
Esperamos, sí, que los postulantes eviten las descalificaciones superficiales pero subrayen las diferencias esenciales entre cada uno de los proyectos a presentar ante una ciudadanía ahíta y distraída, apática también, obviamente poco interesada en las repeticiones de consignas y eslóganes de campaña. Ya los hemos escuchado todos con todos sus matices.
Mirador
Otra cosa hubiese sido la perspectiva de haberse avanzado en la reforma política-electoral que, propuesta en diciembre de 2009 por el titular del Ejecutivo y pasada a hurtadillas a comisiones en el Legislativo, indispuso a las dirigencias de los partidos políticos, incluyendo al PAN, porque con ella podrían complicarse los momios y las apuestas de cada instituto político, incluso saliéndose de control. Cuando menos así lo estimaron y la iniciativa pasó de largo hasta recalar en la de peña nieto bastante amorfa y sin entrar en los asuntos, digamos, de mayor controversia. Pareciera que, de tanto cabalgar, el jockey preferido del club, se cansó de discutir.
Imaginemos, en el contexto actual, qué podría haber ocurrido de exigirse la reválida de la mayoría absoluta, entre los votantes, en una segunda vuelta electoral si ninguno la alcanzaba en la primera oportunidad, esto es el primero de julio. Como sucede en la mayor parte de las naciones –en Francia, el desenlace derivó en una segunda cita electoral recientemente-, los sufragantes deben, al fin, elegir entre dos ara asegurar que uno de ellos obtenga la mitad más uno de los votos y pueda con ello alcanzar la verdadera legitimidad democrática.
Pues bien, en el México de hoy, hubiesen pasado a esta perspectiva en 2012 quien parecía el vanguardista de la justa, Enrique Peña Nieto y el segundo, en este caso, Andrés Manuel López Obrador. Con ello, por supuesto, la obtención de sendos sitios sería de enorme importancia y no un mero referente para dividir curules y escaños para seguir dando una imagen de pluralidad estancada en un Congreso minado por los usos facciosos y los traumas sectarios.
No habría, entonces, necesidad de alianzas turbias ni de chantajes soterrados, destinados a hacer claudicar a algunos de los candidatos, sino un juego más abierto que propiciaría un ejercicio de mayor madurez entre el colectivo acostumbrado a las inducciones y manipulaciones desde el poder hasta hoy. La diferencia sería sustantiva y podría incluso ocasionar un severo vuelco en las preferencias generales.
Pero no es así. La iniciativa propuesta por calderón, cuando estaba a punto de entregar el Ejecutivo –debemos reconocérselo aun cuando careció de carácter para negociar con sus adversarios-, fue archivada y marginada. Por eso el retorno del PRI fue imparable.
Por las Alcobas
La he contado ya pero resulta hoy muy oportuna. En casa del perredista Martí Batres, insistí en la necesidad de asegurarnos una mejor vida democrática asegurando las segundas vueltas electorales. Y, francamente, su respuesta me sorprendió:
–¡Újule! Ya hicimos cuentas y si le entramos… seguro la derecha suma y nos gana.
Una idea muy democrática, sin duda alguna, en la burda búsqueda del poder por el poder.
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Web: rafael-loretdemola.mx
E-Mail: loretdemola.rafael@yahoocom.mx
YA FALTA MENOS Y EL ESPIONAJE CRECE. PERO AGUANTAMOS. CUANDO MENOS NO HAN PODIDO EVITAR QUE “DESPEÑADERO”, MI OBRA MÁS RECIENTE, DESAPAREZCA DEL TODO COMO SÍ LE SUCEDIÓ A LA ANTERIOR, “SIN REDENCIÓN”, BLOQUEADA POR EDITORIAL OCÉANO, DE CAPITAL ESPAÑOL CLARO. PERO, AL FIN, TENGO NOTICIAS AL RESPECTO: LA FISCALÍA ESPECIALIZADA EN DELITOS CONTRA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN TURNÓ EL EXPEDIENTE A LA PROCURADURÍA GENERAL DE JUSTICIA EN EL DISTRITO FEDERAL. VAMOS A VER CÓMO CORRE EL ASUNTO QUE, AUNQUE PAREZCA PERSONAL, ES TRASCENDENTE PARA MEDIR HASTA DONDE PODEMOS DEFENDERNOS DEL ATAQUE INCESANTE DE LOS CÓMPLICES DEL VERDADERO PODER.
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