Variedades
Por Víctor M. Navarro
Se me ocurrió. Puede ser algo así como vivir y despoblarse, como habitar y sin embargo ser ajeno a esta enorme mole, a esta secuencia de deterioros, adulterios, vejaciones y “párele señor que pa´luego es tarde”.
O será que bauticemos a la otrora “región más transparente” como la ciudad del agandalle. Agandalle de sus gobernantes y autoridades (otro milloncito a Suiza), o si no: la explotación cada vez se manifiesta más; la represión llega a niveles inconscientes: la farsa democrática tiende su teatrito y dilapida devaluados pesos; las colonias exclusivas proliferan; los ricos se vuelven más ricos; la iniciativa privada (se diga lo que se diga) permanece intocable; la manipulación política es tan anquilosada que sigue con la cantaleta y el escudo de una revolución casi inexistente a fuerza de gastada; las delegaciones, jefaturas y reclusorios continúan la tradición del fraude y el robo. La mordida y el abuso organizado, en fin, prolegómenos a una teoría del agandalle…el Metro ¡oh! subdesarrollo a flor de piel, los vagoneros hacen lo que quieren, te ponen bocinas en la orejas, te avientan, venden y son los que mandan (dicen por allí que el sindicato STC –Espino- los apoya????), la línea 12 otro fraude Ebrard, millones pesos diarios adónde? La vialidad otra nulidad; los artículos de primera necesidad se convierten en lujos inalcanzables; la violencia y el robo se acrecientan en la colonias populares; el obrero gana lo insuficiente y las autoridades piden calma, millones y poder de por medio, piden calma, total: por qué desesperarse por no comer, qué importancia puede tener vivir en una ciudad perdida y recoger escombros.
Ciudad del agandalle que paulatinamente acrecienta ignorancia, ineptitud, dependencia; ciudad, como dice el poeta J.M. Asai: …de mentiras de verdades, de mentiras…” .
Agandalle: Término popular, caló pues, que significa abuso, arbitrariedad, despojamiento, violación, en fin, resumen no tan sucinto de lo que sin mayores pretensiones es un patrimonio nacional fomentado fundamentalmente por lo que llevan las riendas del país.
En este paréntesis nos detenemos para darle una vuelta a la manzana, el sentir de la gente tiene en la lengua los puntos que son vitales para tener al menos una vida digna; de más de doscientos habitantes de esta ciudad que fueron entrevistados por el grupo de encuestas de LA GAZZETTA DF, cinco fueron las preocupaciones apremiantes: la falta de dinero para las necesidades básicas, la inseguridad creciente, la pésima educación, la falta de fuentes de trabajo, y la poca credibilidad y confianza hacia nuestros políticos y gobernantes.
Alguna vez me encontré con un texto, era algo así como que siempre seremos un pueblo acostumbrado a las derrotas, a la sensación de estar al pie del barranco “como chivito al precipicio”, valga en albur tacubayense. Agandalle como sistema de vida, como forma de subsistencia.
Será que tendremos que cambiar un mucho la herencia, la resistencia y las nuevas formas de hacer política desde la base, desde la esencia. Será que la voz se tendrá que afinar más y más hasta que sea escuchada y tomada en cuenta, será que tendremos que luchar por p lograr una forma más digna de vida política, preparar una clase dirigente menos rapaz.
Y así la historia se repite día tras día, dicen que la esperanza muere al último, pues creo que a nosotros nos falta tener esperanzas para después perderlas. ¡Sale y vale!
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