Una rayita más al tigre

Por Guillermo Robles Ramírez
En los 38 municipios de Coahuila es más que evidente su modernización y gracias a sus actuales ediles municipales, al igual que el gobierno estatal. Una manera de poder medirlo basta con solo echar un vistazo a su alrededor para observar cómo va mejorando su imagen, como son sus bulevares y puentes vehiculares más amplios en donde los automovilistas tienen la ventaja de llegar más rápido a sus destinos, aunado a este hecho se está incrementando el tráfico en las ciudades.

Este incremento de tráfico vehicular ha empezado a suceder a todas horas, es decir, ya es difícil poder distinguir entre las horas picos que eran la entrada de escuelas y trabajo, así como sus salidas de las mismas.

Tanto los bulevares, así como sus principales arterias y calles se ve a toda hora un incremento de embotellamientos viales, del que antes no se estaba acostumbrado. Lo mismo sucede en aquellos municipios en donde existen periféricos con elevaciones de puentes que sirven para hacer más cortos los trayectos, sin embargo la saturación de estas principales vías de comunicación se ven colapsadas. Algo que sucede mucho en la ciudad capital de Coahuila.

Cuando menos piensan los conductores que transitan en las calles, se percatan asombrados de dónde salieron tantos carros o hay veces que se cuestionan si los tenían guardados por ahí.

Actualmente un 90 por ciento de los contribuyentes del estado ya cuentan con un automóvil que ha pagado sus impuestos o compra de plaqueo, refrendo y eso no significa otra cosa que la gente ya se está aventurando a comprar automóviles con tal de estar más seguros a la hora de ir al trabajo, escuela u otro lugar.

Además de eso la gente compra un automóvil por la necesidad de desplazarse rápidamente, o bien por darse el lujo de comprar un coche bonito, o por el simple hecho de tener el control de su propia movilidad, es decir, no tener que levantarse más temprano para alcanzar las paradas de los camiones, eso solo por mencionar uno de los muchos beneficios de tener tu propio control para poder moverte y trasladarte de un lugar a otro.

Si bien es cierto las agencias automotrices y los bancos cuentan con mayor facilidad de financiamiento, promociones y ofertas para adquirirlos, por eso los coahuilenses tienen la necesidad o el lujo de adquirir un coche porque también no están conformes con el servicio que se les brinda en el transporte público.

Cabe recordar cuantiosos accidentes viales en donde protagonizan principalmente los choferes de los microbuses y donde han perdido la vida muchas personas y donde a su vez las concesionarias del transporte público por alguna u otra razón siempre se salvan de pagar cuantiosos daños materiales.

Un problema generalizado en todos los municipios de Coahuila y en donde también la ciudadanía tienen que soportar todas las fallas mecánicas, que por cierto es el argumento principal de todos los concesionarios en su defensa cada vez que uno de sus “muchachos” comete una desgracia, pero la verdad absoluta de este mal social, es la incapacidad y la ausencia de la educación vial de los transportistas públicos en donde en general no saben manejar correctamente.

Pero por si eso no fuera poco, en la capital de Coahuila, hay que ponerle una rayita más al tigre ya que cada vez se suman más camiones de transporte de personal privado que son contratados para movilizar a los trabajadores que se encuentran en la zona industrial de Ramos Arizpe, principalmente así como en sus alrededores de Satillo. Estos camiones no tienen respeto a las leyes o Reglamento de Tránsito, es decir, invaden carriles, no respetan las filas de vehículos abriéndose camino echando encima la unidad sin impórtales si golpean o no un vehículo particular y ahí se van dando oportunidad entre los mismos choferes de camiones de transporte de personal para que se metan otros causando largas filas y falta de respeto al resto de los conductores. Son el claro ejemplo de la impunidad ante cualquier autoridad local y estatal. Han protagonizado en accidentes aparatosos y casualmente los choferes nunca son detenidos o encontrados así como los responsables o dueños de esas empresas que les va tan bien económicamente que les resulta muy fácil pagar cualquier tipo de multa y deslindarse de responsabilidades.

Una verdadera cultura al volante es lo que hace falta que se les enseñen, pero con peras y manzanitas para ver si verdaderamente aprenden lo que es salvaguardar la vida de los pasajeros que llevan a bordo.

Este maltrato que tiene la ciudanía del servicio que presta el transporte público y privado, a los coahuilenses es lo que han orillado a que, aunque la economía de cada una de las familias no sea holgada hacen todo lo posible por viajar cómodamente, pero sobre todo con mayor seguridad mientras llegan a sus destinos. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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