Ayer domingo aparte de ser un día muy ajetreado por las elecciones, también lo fue para una parte fundamental para las votaciones, es decir, a todos los medios de comunicación quienes desde muy temprana hora estuvieron trabajando para dar a conocer a la comunidad en tiempo real los avances y acontecer sobre las elecciones 2015.

Trabajo que muy pocas personas no reconocen porque es estar detrás de las trincheras en donde se juega hasta la vida literalmente en muchas en las ocasiones para poder ejercer ésta hermosa profesión.

Así es, este domingo también se conmemoró el Día de la Libertad de Expresión en México, también conocida y aunque no es correcto se le dice el “día de libertad de prensa.”

Hay mucha tela de donde cortar cuando se habla de libre expresión en cualquiera de sus modalidades, es decir, como ciudadano, como persona y más aún a nivel profesional como los comunicadores. A todos aquellos y aquellas dedicados a la labor periodística en llevar lo que acontece en su ámbito local, nacional e internacional, el tema de la libre expresión se tornan cada vez en una era de oscuridad e incertidumbre en donde se pone en riesgo la vida de uno no solo por su complejidad en el campo de acción, sino cada vez estamos más en la mira de sectores en donde alguna vez habíamos pensado que nuestro país ya había superado.

Hace décadas en México la labor periodística era diferente en donde existía una línea imaginaria de respeto a los funcionarios de alto nivel como gobernadores y sobre todo a la imagen presidencial en donde cualquiera que se atreviera hacer una crítica fuerte, el reportero era sometido con un “amansa guapo” de Gobernación.

Los tiempos fueron evolucionando superando todo tipo de ataduras para quienes llevan las noticias dentro de los hogares de los mexicanos, pero después los gobiernos encontraron otras medidas para asilenciar a cualquier medio de comunicación y fue a través de apretar el estómago, es decir, los convenios contractuales de publicidad confundidos por las autoridades como símbolo de inmunidad. Tristemente para los lectores, pero una realidad para quienes nos dedicamos al periodismo es una verdad de la que no existe ningún medio de comunicación en el mundo que no pueda sostenerse por sí solo con meramente publicidad de la iniciativa privada sin la ayuda de éstos contratos realizados con instituciones de gobierno municipal, estatal y federal. Esto es un hecho a nivel mundial, es falso aquel que diga o presuma de ser autónomo con pura publicidad comercial o eventos sociales.

Pero no siendo suficiente con esto la libre expresión cada vez se ha buscado medios más complejos para coartar éste derecho de poder expresarnos a través de leyes para que el gobierno no caiga en un estado culposo sino en ser victimizado ante la situación. Nada más por mencionar está, la nueva Ley Electoral y la Ley de Telecomunicaciones. Ambas leyes con respecto al tema de medios de comunicación se resume en una venganza por parte de los legisladores para tomar el poder por la vía legal en donde el gobierno federal tiene facultades para prohibir a los medios masivos por medio de sanciones y suspensión de estos mismos.

En otro rubro, pero del mismo tema en éste mes con motivo a la celebración del Día de la Libertad de Expresión en México, para ser precisos el siete de junio, no se sabe realmente si fue para conmemorarse o para guardar luto ante tantos periodistas caídos por el cumplimiento de su profesión.

Cada vez resulta más difícil la labor de los que estamos dedicados profesionalmente a informar a la sociedad el acontecer de cada día del entorno no solamente de nuestra comunidad sino también de lo que pasa alrededor del mundo.

Nuestro país ha sido observado últimamente ante los ojos internacionales considerando una pérdida muy importante en cuestiones de la libertad de prensa por la violencia relacionada con las drogas cobrando miles de vidas entre ellos periodistas y desapariciones, siendo también preocupante los ataques en las afueras de los periódicos con la utilización de granadas explosivas.

México enfrenta uno de los descensos más radicales a nivel mundial de libertad de prensa, sin olvidar que la prohibición de las canciones populares llamados narcocorridos, los videojuegos, e incluso películas.

Los niveles de violencia no van para abajo, mientras tanto se va incrementando la autocensura no solamente por su naturaleza actual que se vive.

También ésta autocensura se implementó por parte del Gobierno Federal en un pasado cuando se hizo una reforma electoral resumiéndose en la fiscalización de publicaciones de los medios electrónicos, así como la administración de los dineros por los espacios publicitarios, afectando tanto a los partidos y la desinformación de la sociedad de las actividades de las autoridades por el famoso silencio electoral, no siendo suficiente la consecuencia de la ley mordaza también fueron afectados los programas sociales para evitar malos entendidos de la compra de votantes.

En lugar de estar caminando hacia delante se dan hacia atrás a la libre democracia en libre expresión dejando a la sociedad en tinieblas de la verdad de lo que sucede.

Ante tantas medidas disfrazadas con el concepto de justicia o transparencia en el rubro de la libertad de expresión la democracia del que de tanto se presume la realidad es otra. Nos está mandando a una era de oscuridad, porque una de las condiciones de existencia de un régimen democrático es la libertad de expresión como condicionante de un país libre y democrático. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org