Un acto de valentía
Con la promulgación de la nueva Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, pretende el presidente Enrique Peña Nieto, como cosa de ciencia ficción sacada de una película de Harry Potter en donde un sacar de barita mágica y una palabra de “Avada Kedavra”, se cierra la opacidad para los funcionarios públicos.
Asegurando que con éste remedio casero la ciudadanía recuperará confianza entre los ciudadanos y fortalecerá la democracia garantizando el conocimiento en qué se gastan los recursos públicos.
Los mexicanos dicen con ese atole a otro lado puesto que existe una referencia en el pasado en donde dicha Secretaría de la Función Pública no es algo nuevo en éste gobierno federal sino ya existía en un pasado en donde sus funciones así como sus resultados son exactamente las mismas sin cambiar tantito más que una nueva ley dizque para hacer más transparente las cosas y que queden tan claro como el lodo.
Hay que recordar que dicha Secretaría de la Función Pública que ha sufrido tantos cambios desde su inicio como la Secretaría de la Contraloría General de la Federación que han pasado 23 años de su creación, es decir 1983, no fue capaz de investigar la procedencia del El Partenón del Negro Durazo a finales de los años 70 siendo éste uno de los lugares de mayor atracción en Zihuatanejo, Guerrero, en donde con el tiempo ha sido saqueado éste lugar inspirado de los templo de Atenea y Acrópolis de Grecia como principal tema, propiedad calculada aproximadamente en su obra en 700 millones de pesos.
Lo mismo sucedió con “La colina del perro”, concluido el sexenio de José López Portillo, ubicada en la colina de Lomas de Vista Hermosa, en Bosques de las Lomas.
Cualquiera pudiera argumentar que todo esto fue antes de la creación de dicha secretaría, sin embargo, el hecho de haber cometido algo ilícito esto significa que no pueda ser objeto de ser investigado y castigado, pues sería igual de absurdo el pensar quien comete un asesinato pasando unos cuantos años está libre de castigo porque eso quedó en el pasado y ya ni nadie se acuerda.
Sin embargo, ni cuando estaba en plena función el ex presidente Vicente Fox, con su Centro Fox, una instalación privada que ofrece cursos de liderazgo y políticas públicas que ni el mismo puso en práctica, pero como todos una vez fuera del sector gobierno todos se hacen excelentes escritores, asesores y hasta conferencistas especializados.
Con diferentes nombres como Secretaría de la Contraloría General de la Federación, Subsecretaría de la Función Pública, Subsecretaría de Control y Auditoria de la Función Pública, Subsecretaría de Responsabilidades Administrativas y Contrataciones Públicas todas estas han sido la misma secretaría con las mismas funciones e igual con los mismos resultados.
Nada más por mencionar algunas celebridades en el mundo de la política mexicana caracterizado por su inexplicable enriquecimiento y en muchos de los casos de tan notables aptitudes empresariales, extraordinarios vendedores o herencias. Las propiedades de Elba Esther Gordillo, la mansión de Fernando Castro Trenti cuando fue senador de la República, el exclusivo departamento en Miami, Florida, del hijo del ex mandatario estatal Fabián Granier Calles, el ex secretario de Finanzas de Tabasco, José Saiz Pineda con penthouse, casa y Ferrari también en Miami, Florida, la cadena de joyerías que logró con sus “ahorros” el ex alcalde Abarca y su esposa, involucrados en el caso de Guerrero con la desaparición de los 43 normalistas y así como éstos hay otros más ya sea en escala chicas, mediana o grande.
Pero desde la reactivación de la Secretaría de la Función Pública por parte del presidente Enrique Peña Nieto, para poder transparentar por medio de una investigación a su esposa Angélica Rivera, por el escándalo del millonario inmueble de conocido como la “casa blanca” tiene ya dos meses y no ha arrojado resultado alguno ni bueno ni malo, sino simplemente en el silencio como siempre se ha mantenido dicha Secretaría en donde una nueva y abultada ley más de transparencia que no da resultado para quienes tienen más poder sino un instrumento más para tratar de engañarse a sí mismos y golpes de programas de austeridad para taparle el ojo al macho a costo del apretón de cinturón de los mexicanos, pero no el de los políticos porque ellos siguen viajando al extranjero en busca de dizque inversiones y sus estilos de vida o paseos ostentosos son los mismos al igual que los sueldos de la “people” no suben y la carencia de trabajo en donde nada más se ve salir egresados con títulos de desempleo.
La opacidad no se acaba con resucitar la Secretaría de la Función Pública, ni tampoco por la aprobación de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, ni mucho menos optar por el silencio de los actos envueltos no solamente por su familia y su esposa Angélica Rivera así como propiedades de Enrique Peña Nieto.
Si no se requiere un acto de valentía en reconocer públicamente sus errores y la verdad de donde proviene esa vida ostentosa en donde más que la pérdida o un costo político sería el único camino para recuperar no solamente la confianza del pueblo mexicano sino también la veracidad del ciudadano ante la tan desgastada imagen de cualquier político motivo por el cual han salido nuevos partidos o candidatos independientes en donde los principales actores que contienden a ella son figuras públicas que han estado en el deporte, entretenimiento, showgirls y sacerdotes que han cambiado la sotana por un partido político. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2015) www.intersip.org
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