Todos son los culpables

Por Guillermo Robles Ramírez
El fenómeno de los productos piratas se da en todo el mundo, no siendo un problema exclusivo de México, ya que recientemente el gobierno estadounidense colocó a nuestro país en la lista negra de alta prioridad en vigilancia.

Y aunque para ser sinceros, los Estados Unidos, no son ninguna blanca palomita en cuanto a productos piratas, ya que hay que recordar que desde hace unas semanas antes, la Presidenta de México, está tomando las riendas para corregir la piratería que cometen los gringos en nuestro propio país. Lo mismo sucede con productos de China, y el problema radica en que bajo estos tratados comerciales que tiene México con los países mencionados muchos, aprovechan el proceso de manufactura en donde el producto final entra y sale de nuestro país varias veces. Sin embargo, ese no es el problema, sino que lo es cuando esos excedentes ya no regresan a su país de origen como producto terminado y se quedan en México para venderse como un producto pirata y dentro de la informalidad porque no pagó los impuestos correspondientes ante el SAT.

La piratería tuvo en sus inicios una razón de existencia muy básica, y sin tanta ciencia, a la que simplemente la demanda existió por la falta de liquidez de los consumidores. Pero en la actualidad es un poco más complejo que eso, ya que su incremento al consumo de productos piratas es un tema no satisfacción final al cliente o al consumidor en donde los grandes corporativos han descuidado el servicio de la rápida venta, transacción, así como menos requisitos tributarios a los que no están sujetos tanto para quienes ofrecen los productos, así como para los compradores.

La falsificación de productos ha tenido un incremento representando un porcentaje muy considerable en el comercio mundial, sin perdonar ningún rubro del mercado porque existe desde todo tipo de artículos domésticos, textil, accesorios de todo tipo, aparatos electrónicos, cosméticos, juguetes, bebidas, y medicamentos; siendo este último uno de los más peligrosos como el de los productos milagrosos que debido a ellos han mandado un centenar de personas al hospital peligrando la vida humana.

Hay quienes opinan que el fenómeno de la piratería es una cuestión de cultura; pero en realidad no hay mexicano alguno que se escape de haber comprado al menos alguna vez en su vida un producto falsificado, ya sea con pleno conocimiento o sin saberlo.

Las grandes compañías siempre han alegado que es un gran impacto negativo en sus ganancias, debilitando la economía del país y además atenta contra un delito fiscal. Aunque lo anterior ha quedado en tela de juicio después de cómo algunos influencers chinos demostraron el costo tan económico, cayendo en lo ridículo que le ha costado algunas marcas líderes o posicionadas que simplemente le ponen la etiqueta en sus países de origen para venderlos en sus tiendas oficiales a precios con ganancias exorbitantes.

Para muchos expertos, una manera de asegurar el producto y exigir ante las autoridades se tiene que registrar la marca, diseño, patentes, derechos de autor para poder proteger la exclusividad contra el uso ilícito de los mismos por parte de quienes se dedican a comercializar con ellos.

Mientras sigamos siendo un país manufacturero y no, uno como productor, creador de nuevas tecnologías o procesos para hacer las cosas, existirá y seguirá en aumento la piratería.

A la falta de incentivos fiscales y complejidad burocrático para la instalación de cualquier empresa, éstas han decidido irse a otras partes del mundo donde sus costos bajos de producción lo hacen más atractivo para poderse instalar, y un ejemplo de ellos es China que su crecimiento se debe a las grandes facilidades e incentivos que tiene allá.

La piratería no es un problema de un país, como tampoco se le puede culpar todo a una nación, ya que recordemos que cada quien hace todo lo posible para sobrevivir y salir adelante, pero mucho ayudaría que los gobiernos que más sufren de la piratería fueran más flexibles con las cargas tributarias, y pretender estar dependiendo de la misma lista de padrón de contribuyentes. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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