TODOS EN LA MISMA CRUZADA

Cuando se piensa en la educación de nuestros hijos, sin importar el tipo de escuela ya sea privada o de gobierno, cada vez se ha hecho un mal hábito en considerar que es ahí en donde los menores de edad adquirirán todo el conocimiento necesarios para un buen crecimiento y formación educativa.

No obstante, aunque suene ridículo o imposible de creer muchos padres de familias están convencidos que es ahí en esas instituciones educativas en donde también se les enseñará valores éticos, hábitos y costumbres. Un lugar en donde los hijos aprenderán todo aquello que por obligación solamente los padres pueden enseñar a sus hijos como es la educación sexual o bien los hábitos de una buena alimentación.

La Secretaríade Educación Pública en Coahuila, se ha echado a cuestas un fuerte compromiso y es el de trabajar intensamente por lograr una cultura y disciplina en una alimentación sana a los niños y niñas que asisten a las escuelas públicas dela Entidad.

Las autoridades estatales conscientes y responsables de que algo debe hacerse ante el “privilegiado” lugar que a nivel nacional tiene Coahuila, de acuerdo a lo que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reporta en su última evaluación estadístico por cuanto hace a gordura en menores de edad, se ha propuesto en primera instancia a retirar de las cercanías de los planteles educativos a todos los vendedores ambulantes que ofrecen alimentos chatarra.

Esta medida la llevará también al interior de las escuelas en donde por años funcionan estanquillos con la venta de churritos, papitas, palomitas, chamoy y cuanto alimento chatarra hay. Ese objetivo tratado año con año nunca ha podido ser posible a realizar con resultados positivos ya que en su mayor parte son las mismas sociedad de padres de familias quienes otorgan esos permisos de vender tanto dentro y fuera de las instituciones educativas e incluso muchos de los dueños de esos expendios de alimentos chatarras forman parte de la misma sociedad de padres.

Por otro lado, aunque se les obligó desde autoridades a los proveedores de tienditas del interior de las escuelas públicas o privadas a que racionalizaran la presentación de sus productos en cantidades más pequeñas, las autoridades dejaron un eslabón perdido sin poder regularlo con alguna normativa, en cuanto a su venta, porque más tardaron los distribuidores de comidas chatarras en cambiar la presentación de sus productos en específico para éste mercado, que la falta de conciencia de los dueños de las tienditas en justificarse en una absurda medida para evitar la pérdida de ventas. Simplemente no racionalizaron el consumo, es decir, el que tenga más hambre y dinero para comprar sencillamente se le va a vender, sin ninguna penalización económica.

Esta no es una tarea ni reto exclusivo de las autoridades educativas ni estatales, federales o cualquier instancia en calidad de Secretaría de Educación Pública, sino que las sociedades de padres de familia están obligadas a participar y ofrecer su participación voluntaria, pero además de ser ellos mismos los principales protagonistas, también lo son los papás de los coahuilenses la responsabilidad de ésta difícil tarea al no darles dinero a sus polluelos para comprar alimentos chatarra.

Es en el seno familiar en donde los pequeños y pequeñas deben tener formación en una alimentación sana para lograr que bajen de peso por salud y quitarse Coahuila ese horrendo privilegio de estar en los primeros lugares de gordura entre menores de edad.

Pero tampoco es valedero que instancias como IMSS, se limiten a la captación de estadísticas, pues de nada sirve hacer una labor de censo bien identificado por categoría y zona geográfica donde radica una problemática social, ubicando a México en primer lugar a nivel mundialla Organización Mundialdela Salud(OMS), haciendo la recomendación de tomar medidas necesarias porque representa un foco rojo en el sector salud, de no atenderse en lo futuro peligra la vida del menor ocasionando la muerte prematura a la de sus padres.

La información sin acción no sirve de nada, más que meramente estadísticos cuando en éste mismo momento no se ha hecho una verdadera campaña publicitaria para concientizar la prevención de la obesidad infantil.

La solidaridad y unidad es lo único que puede dar resultados positivos, de ahí que obliga a todos su participación en éste programa de orientar a una alimentación sana a las futuras generaciones de coahuilenses.

Los directivos de las sociedades de padres de familia, pero sobre todo los papás y las mamás de cada hogar, tienen que unirse a ésta cruzada y guerra contra la báscula, bajando de peso los niños y niñas coahuilenses que traen actualmente un dañino sobrepeso. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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