Su sexo las define como las más fuertes

Una de las grandes luchas que ha tenido el ser humano, es indudablemente la igualdad de género. La mujer ha tenido un gran recorrido a lo largo de su camino desde la falta de oportunidades de trabajo, la discriminación y soportar durante siglos el calificativo de sexo débil.

El hombre o “macho mexicano”, durante años la consideró simplemente como alguien con quien procrear, tener lista la comida, limpia la casa, un objeto sexual y hasta limpiar los calzones o carpas “caneliados” del viejo.

Gracias a las luchas de millones de mujeres enfrentadas alrededor del mundo, se fueron abriendo camino, como el derecho de recibir una educación, el acceso a los libros y el único beneficio que dejaron las Guerras Mundiales, fue la oportunidad para entrar al mundo laboral.

El sacrificio de muchas mujeres para hacerse un lugar dentro de la sociedad, fue la fuente de inspiración de otras para no renunciar a la igualdad de género, pero no solamente eso sino también de capacidad intelectual, laboral y empresarial.

En la actualidad el mundo de la mujer se ha ganado con pulso un lugar muy importante en todos los ámbitos y reconocimiento en los diversos rubros e inclusive empiezan a ganar terreno las amas de casa que para algunos retrógradas no lo consideran como un trabajo, cuando realmente no saben que hacen el trabajo de muchos profesionales, pues es la gerente general de las finanzas del hogar, la enfermera, cocinera, niñera, chofer, profesora, y hasta decoradora de interiores; y como si no fuera suficiente la peor pagada no solo económicamente sino en un simple reconocimiento a su labor.

En siglo XXI, el sexo débil como le solían decir, se ha convertido en el sexo fuerte, gracias que cada vez más mujeres se están sumando a la superación y la continua preparación profesional, logrando sustituir plazas que eran únicas para el hombre por el simple hecho de ser “hombrecito”, teniendo como consecuencia una libre competitividad en las labores especializadas en el mundo empresarial y político.

Ahora también se puede hablar de mujeres con mucho poder como Mary Barra, es la CEO de General Motors. Ella es la primera mujer en dirigir una empresa automotriz, quien tiene a su cargo unos 212 mil empleados. Ginni Rometty, la CEO y directora de IBM se alzó con el segundo puesto, gracias a la empresa con presencia en 170 países, además de una oportunidad de crecimiento importante en África. Indra Nooyi, la CEO de PepsiCo ha logrado multiplicar por siete las ventas de la compañía refresquera fuera de los Estados Unidos. María de Gracas Silva Foster, es la CEO de Petrobras; Silva Foster dirige la compañía con más ganancias encabezada por una mujer, de acuerdo a Fortune500. Ellen Kullman, es la plaza número cinco ya que es la CEO de DuPont, Ellen tiene 58 años de edad y es originaria de Estados Unidos. Al menos esas son algunas de la larga lista reconocidas en el 2014 a nivel mundial, pero también existe una lista ubicadas en México María Asunción Aramburuzabala, Vicepresidenta del consejo de Grupo Modelo y consejera de AB InBev, y presidenta de Tresalia Capital. Louise K. Goeser es la CEO Siemens Mesoamérica. Carmina Abad, directora general y presidenta del consejo de administración del Metlife México. Angélica Fuentes Téllez, presidenta ejecutiva y accionista de Grupo Omnilife, y la lista sigue.

Es más que claro que la fuerza de las mujeres ha estado creciendo positivamente con el transcurrir de los años, rompiendo barreras en la obtención de mayores posiciones de nivel jerárquico profesional, laboral y empresarial, ocupando los principales lugares de directivos generales e igualdad entre mujeres poderosas y exitosas.

Los machistas mexicanos que se niegan a ésta realidad, tendrán que doblar su orgullo, porque no podrán negar la realidad y los hechos, ya que nadie puede negar los avances que las mujeres en el mundo incluyendo las mexicanas que de otros países siguen avanzando y poniendo el ejemplo del porque han dejado de ser el sexo débil. Al menos es mi muy personal opinión, porque si venimos de una mujer, claro de su vientre donde nos engendran a todos los humanos, lo más justo, leal y merecido es que se reconozcan no solo las épocas de sufrimiento y marginación de que fueron objeto, sino la superación de esas diferencias. Insisto, al menos es mi opinión y respeto la o las del prójimo. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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