Guillermo Robles

Su eterno problema

Por Guillermo Robles Ramírez

El 99 por ciento de las ciudades de México carecen de la ya no suficiente, sino de la más mínima infraestructura pluvial lo que ocasiona que la inundación de las calles de sus principales sectores se inunde, en especial de las zonas más marginadas, muchas de las que tan ni siquiera cuentan con la pavimentación de sus calles y, como si fuera poco, menos con redes para abastecimiento de agua potable y sistemas de drenaje de aguas negras.

Esto no es nada desconocido, como igual el que nuestros gobernantes desde Presidentes Municipales, Gobernadores y Presidentes de la República, cierran los ojos para no reconocer la necesidad de ese tipo de obras.

Es conocido y sabido que las cabezas de los diferentes niveles de gobierno de México, rehúyen la ejecución de obras bajo tierra, porque lo enterrado “no luce”, al menos para que la población les reconozca y aplauda a sus mandas, por lo que no recurren a esas inversiones.

Un claro ejemplo, al menos en Coahuila, lo es Torreón, Coahuila, donde los múltiples alcaldes que ha tenido desde que fue reconocido como Ciudad el 15 de septiembre de 1907, es decir, sus ya casi por cumplir 114 años que han sido pocos los que le han entrado a dar una parte de solución a ese problema.

Una ciudad reconocida por su importancia a nivel nacional cuando cumplió 70 años porque en esa época la población supo extraer de la tierra su gran riqueza, logrando cambiar su fisonomía a la industrialización siendo en ese momento catalogada como una ciudad moderna y el corazón de la Comarca Lagunera.

Tiempos de bonanza y melancolía de los torreonenses caracterizados del empuje coahuilense y quienes encontraron en esa cabecera municipal un lugar de trabajo y tranquilidad.

Solo por la superficie en sus avenidas y calles anchas como símbolo de modernidad es lo que se puede ver, porque debajo de ellas dice todo lo contrario porque lo poco que se ha hecho para solucionar su grave problema de drenaje pluvial ha consistido en meter alcantarillado proyectado para solucionar solo algo inmediato, pero no que dure a las necesidades del crecimiento de Torreón.

Las descargas de agua pluvial son insuficientes como en sectores preferentemente en el centro de Torreón, obras que para los últimos años no solo han sido deficientes, sino en este momento inutilizables por la falta de mantenimiento y conservación.

Los políticos califican esas obras como “invisibles” ya que solo se ven durante su construcción y una vez cubiertas las zanjas, nadie vuelve a saber de éstas.

El municipio de Torreón, Coahuila; no es el único que padece de esa ausencia de obras, sino este recurrente “castigo” que propina el Dios Tláloc con sus lluvias fuertes es también en los Municipios de Monclova, Piedras Negras, Ciudad Acuña y Sabinas, entre otros, siendo estos los que recienten más las consecuencias de precipitaciones de mediana hacia arriba intensidad.

Esta ceguera a la ejecución de infraestructura hidráulica no es nueva, inició y a la fecha sigue desde la fundación de las cabeceras municipales coahuilenses.

El problema de las inundaciones por las intensas lluvias registradas en los últimos días ha pegado fuertemente a la Perla de La Laguna, a varias colonias, así como avenidas y calles principales que han quedado bajo el agua.

Siempre que se hace presente la temporada de lluvias se dice lo mismo, “…ha llovido como nunca…”, e igual se ha marcado y acentuado el aniego de múltiples asentamientos humanos, lo mismo en nuevos que en viejos fraccionamientos o colonias de diferentes niveles.

La Perla de La Laguna, viene pagando muy caro el que su fundación y desarrollo se haya desarrollado en una planicie, lo que provoca que el 90 por ciento de sus sectores habitados, sufran de inundaciones. El 10 restante es la población que en viejo Torreón se instalaron y construyeron sus casas en los cerros, así los llaman los torreonenses, De la Cruz y el de Las Noas, conocido igual como el cerro del Cristo de las Noas, que se extiende hasta donde se encuentra la cementera.

La Perla de Laguna sigue en espera a que se le solucione su eterno problema, ya que tampoco pudo hacer nada al respecto la mediocridad de su actual Administración que por algo perdió la alcaldía el parlanchín de Cofiño que se quedó con una mano adelante y la otra atrás. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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