Sin deuda, no eres mexicano
Un estudio hecho porla Comisión NacionalBancaria y de Valores y el Consejo Nacional dela Población, llegaron a la gran conclusión de que México está considerado como una población relativamente alta en endeudamiento con los créditos sobre todo en sectores de menores ingresos.
Este análisis no se sabe si considerarlo como buenas noticias para las instituciones bancarias, financieras o negocios comerciales departamentales quienes entregan a diestra y siniestra créditos en sus diferentes formas ya sea con tarjetas plásticas con sus logotipos empresariales, vales, letras o pagares, entre otras nuevas formas. Cada quien lo maneja de la mejor forma para autorizar un crédito y asegurarse de la forma más segura para su cobro. El atraso de cualquier pago esto representa además de la ganancia por los intereses en la mayoría de la veces las negociaciones llevadas a cabo hacen del consumidor una presa de la cual difícilmente sale y termina endrogándose aún más.
Por otro lado, el único indicador preocupante es la cantidad de gente que se ve obligada a tener que acudir a un crédito no por gusto sino por necesidad porque los sueldos y salarios están paupérrimos no pudiendo comprar lo básico o consumos como la luz, el agua o simplemente el mandado en los tiempos que se necesiten y en el caso de pagos de servicios nunca vencen el día que se recibe la nómina en caso que sea éste método de pago el ingreso de una familia, pero también hay otros que no necesariamente sean por medio de una tarjeta de débito sino también existen muchos mexicanos que viven de la venta y será hasta entonces cuando realice éste podrá tener un dinero para hacerle frente a los gastos de día a día.
Un indicador reflejando un alto índice de endeudamientos en cualquier tipo de crédito, es un foco rojo de que algo no está ocurriendo bien en nuestro país, ya que marca una gran diferencia del reparto de la economía en México en donde las clases sociales pierden la forma a lo que usualmente se conocía como la clase alta, media y baja. El reparto de la riqueza ahora es la alta donde está el grupo de los nuevos ricos, generalmente políticos que saquean las arcas de los gobiernos y aquellos que han perdurado trasquilando al prójimo.
También está la clase media alta quienes tratan de sobrevivir a las reformas hacendarias para pasar a la clase media baja en donde ya no tuvieron más para pagar el crédito hipotecario o automotriz.
Y por último está la clase baja que son los que antes pertenecían a la media baja ya todos tronados, la clase baja media aquellos que abusaron de los créditos y sin poder tener liquidez, y la clase baja jodida que son toda aquella que no han podido ni siquiera salir de agujero y que ya no piden más queso sino salir de la ratonera.
Nadie anda en busca de un crédito por gusto. A quién le gusta estar debiendo dinero por todas partes para posteriormente quienes autorizaron el pagar en abonos chiquitos, lancen a sus “lobos” de cobranza utilizando métodos anticonstitucionales en el mejor de los casos, pero también existen aquellos que usan medios que hasta al más paciente hacen que pierda la tolerancia hasta llegar a un tono más agresivo con las famosas llamadas a media noche, toquidos en las puertas que pareciera tumbarla y esas amenazas que solo basta que nos digan si no se ponen al corriente nos reportaran con los chicos malos.
El crédito no es un símbolo de liquidez en nuestro país, sino todo lo contrario, es una carencia de ella. Una nación en donde algo no se está haciendo bien porque cada vez hay menos trabajo, no existe un crecimiento en los negocios pequeños y medianos que están tratando de sobrevivir o mantenerse a flote.
Son cada vez menos los que emprenden un negocio o changarrito nuevo por el terrorismo fiscal, siendo más redituable la informalidad e invitando aquellos quienes si están bien constituidos a participar dentro de la informalidad por la deslealtad en los modos de percibir el dinero en lo menos que se vea mermada su utilidad. El problema del endeudamiento con los créditos no es algo exclusivo en las familias pobres sino en todas a excepción de la clase alta o simplemente pregunte a su alrededor quien está libre de alguna deuda y sin saber cómo lo pagará. Se vive con el “Chuy en la boca” para el poder librar no solamente la quincena, sino el día. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org
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