Se extiende como cáncer

Por Guillermo Robles Ramírez

El problema que padecen muchos departamentos municipales de diferentes comunidades de la Entidad y que, por cierto, no es como la gripa, es decir, que pega y se quita en un corto plazo, porque para acabar y radicar el mal de la corrupción a la mayor parte de los municipios de Coahuila, hay necesidad de cirugía mayor.

Y, de ninguna manera, magnificamos la problemática ni tampoco se puede ocultar porque es una realidad que a diario vivimos los coahuilenses.

En especial los de mayor población como son Saltillo, Torreón, Monclova, Piedras Negras, Acuña, Sabinas y Ramos Arizpe, por mencionar algunos, estando centrado el origen de este cáncer en los mandos bajos, aunque en algunos casos no están exentos los segundones y hasta los meros jefes de las dependencias.

Por más que los alcaldes coahuilenses quieran y pretendan mejorar las condiciones en diferentes aspectos de sus propias ciudades, se encontrarán con un muro impenetrable que son los inspectores quienes deben reportar a sus superiores y que de hecho son los oídos y ojos de los alcaldes, pues su trabajo se desarrolla en la calle y deben darse cuenta de infinidad de anomalías que existen, pero que no denuncian y no actúan, igualmente demuestran y hacen gala de esa apatía, indiferencia y complicidad cuando se les ordena que verifiquen el cumplimiento de normativas para ciertos permisos, como la instalación de nuevos negocios o la denuncia de domicilios particulares en donde a todas horas, de día y de noche, venden bebidas alcohólicas.

Ejemplos reales, los hay con mucha regularidad y los más comunes y frecuentes son aquellos en que la policía detiene a jóvenes menores de edad ingiriendo cerveza o vino en la vía pública, bebidas que compraron en una de las muchas casas particulares en donde se hace negocio no clandestino sino con aprobación y la vista gorda de jefes policiacos y de los inspectores de alcoholes cuya función es eso, combatir la venta clandestina de bebidas etílicas.

Es común que los policías pidan la intervención de los interventores del Departamento de Alcoholes para que clausuren estos “aguajes” que, aunque y supuestamente clandestinos, venden más que los que no se esconden, pero no se actúa, ni tampoco se llama la atención ni mucho menos se clausura. ¿Y qué es lo que sucede?: Que los señores se hacen “guajes” y con su disimulo lo único que demuestran es que en esas casas les dan su “domingo” a los inspectores e interventores para no actuar, porque de otra manera no se entiende su indiferencia.

Así podemos enumerar no solo en el caso del alcohol, sino que hay infinidad de casos en las Direcciones Municipales de Desarrollo Urbano, en donde la gente se queja de alguna anomalía y el mismo día los propietarios del negocio contra el que se quejan, saben santo y seña de la denuncia.

Este esquema es el mismo que se sigue en otros muchos Departamentos o Direcciones Municipales, pues así andan todos sin que los alcaldes puedan o quieran hacer algo contra esta corrupción compartida. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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