Guillermo Robles Ramírez

Se cancela festejos después de 102 años ininterrumpidos

Por Guillermo Robles Ramírez

            Escritorios vacíos y apilados; pasillos desolados en donde solamente quedaron risas y bromas guardadas en el recuerdo, y patios en donde la pelota, los gritos de niños que jugaban a la hora de recreo se escuchaban cada vez que sonaba aquella campana para avisarles que ya era hora de jugar, dejaron de oírse.

            Estas son las tristes imágenes que se ven en las instituciones educativas de nuestro país, como parte del testimonio en donde la pandemia del coronavirus dejó en su paso, irrumpiendo no solamente las actividades escolares, sino también la economía de México.

            Solo se ve a lo lejos salones vacíos en donde la nostalgia de ver a lo lejos un espejismo de un maestro o maestra enseñando a sus estudiantes y no faltando la llamada de atención a aquellos alumnos traviesos, que con ocurrencias despertaban el estallido de risas y en ocasiones el de sus profesores no pudiendo resistir el encanto de una broma o un comentario fuera de lugar; como aquellas graciosas interrupciones que hacía el personaje “El Chavo del 8”, interpretado y creado por el actor fallecido Roberto Gómez Bolaños.

            Dejó de sonar las trompetas y tambores que a lo lejos se escuchaban alrededor de las escuelas de nuestro país, en donde todos sabíamos que significaba alumnos en los patios de las instituciones de primaria; en donde se aprendía la ciudadanía mexicana con los honores a la Bandera Nacional y su izamiento de cada lunes, y sin olvidar su canto del himno, amor y respeto a la Patria.

            Es un primer Día del Maestro conmemorado precisamente hoy 15 de mayo envuelto de mucha melancolía porque ahora dejaron de escucharse el festejo en las instituciones educativas del país en donde sus estudiantes festejaban a sus profesores y les hacían un regalo como aquella manzana roja, símbolo de sabiduría.

            Primera vez, desde el año de 1918 cuando se instituyó la celebración y homenaje a todos los maestros de México, que no se festejará a los docentes en restaurantes o en los salones tradicionales y sindicales; porque está de sobra mencionar el panorama y las medidas causadas por el confinamiento para evitar la propagación del Covid-19.

            Después de 102 años de festejo al Día del Maestro, su falta de reconocimiento por las diferentes autoridades municipales y estatales, así como en cada uno de sus planteles educativos será algo que recordar con tristeza; pero eso sí, sin desconocerles su difícil labor a nuevos tiempos y hermosa profesión que es la de enseñar.

            Los pizarrones y gises fueron intercambiados, a lo que ahora ha representado la adaptación y nuevos aprendizajes de muchos maestros y maestras para enseñar en distintas plataformas como la televisión y otros en medios digitales.

            Al final del Día del Maestro nos daremos cuenta la revaloración y las nuevas maneras en que fueron festejados y homenajeados por sus autoridades; que sin duda quedará registrado en las paginas de nuestra historia como algo insolitico, desacostumbrado y excepcional.

            Sin excepción, un día al que se tendrán que sumar a esta misión de enseñar al futuro de México, es decir, a los estudiantes. Un personaje nuevo, alguien que también sin tener una preparación de docentes, la adaptación a nuevos tiempos tuvo que aprender a tener que hacer sinergia con los profesores y profesoras del país.

            Me refiero aquellos padres de familia que tuvieron que hacer las funciones complementarias de un maestro de clases, porque aquellos catedráticos que fueron asignados en un principio en su ciclo escolar, ahora enseñan a distancia, y lejos de un pizarrón y un gis, pero sobre todo de sus alumnos y alumnas. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018) www.intersip.org

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