S.O.S. para niños mexicanos en situación de vulnerabilidad

México (PL) La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) llamó la atención en su informe de este año sobre los cinco grupos que necesitan una protección especial, que son las víctimas de la violencia, migrantes, población callejera, menores trabajadores y los de cuidados alternativos.
A juicio de Luis Raúl González, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la pobreza, la desigualdad, la falta de oportunidades, de servicios suficientes y de calidad, así como la inseguridad inciden en la calidad de vida de la infancia mexicana, y «los indicadores del texto así lo acreditan».
Para resaltar la magnitud del asunto, el documento «La infancia cuenta en México 2014», presentado en febrero en el Distrito Federal, refiere que en México la población menor de 17 años alcanza los 39 millones 226 mil 744 niños y adolescentes.
De acuerdo con el análisis, entre 2000 y 2012 la tasa de mortalidad por homicidio hasta los 17 años se incrementó 135 por ciento, al pasar de 1.7 muertes por cada 100 mil habitantes a cuatro.
La Redim expuso que en 2012 se cometieron mil 614 homicidios de niños y adolescentes, con las cifras más altas en estados en los que el gobierno identifica mayor presencia del crimen organizado, los cuales son Nayarit, Chihuahua, Colima y especialmente Guerrero.
Otras formas de violencia son el reclutamiento de niños y adolescentes para la realización de actividades ilícitas, entre estas la trata de personas, venta, explotación y abusos sexuales, y el comercio y el uso de las drogas.
Sobre la migración, en 2013 las autoridades registraron 16 mil 971 infantes repatriados de Estados Unidos, de los cuales 14 mil 78 eran menores de 19 años no acompañados.
Además, según datos de la patrulla de la nación norteña, durante ese año detuvieron a 38 mil 833 menores, pero en los primeros cinco meses de 2014 esta cifra ya era de 47 mil 17.
Igualmente, en México unos dos millones 500 mil niños de cinco a 17 años realiza alguna actividad económica, lo que representa el ocho por ciento del total de población para este rango de edad.
Sectores económicos en los que más se ocupan son las actividades agropecuarias (30 por ciento), el comercio (25 por ciento) y los servicios (24 por ciento).
Al realizar un estudio de la ocupación por grupos de edad, la participación en actividades económicas se presenta en mayor porcentaje en los adolescentes de 14 a 17 años, pues del total de niños que trabajan, el 73 por ciento pertenecen a ese grupo, mientras 27 por ciento corresponde a edades de cinco a 13 años.
Los niños de la calle constituyen otra problemática relacionada con los retos enfrentados por la infancia y la adolescencia trabajadora en México, por la existencia de medidas y acciones públicas que los criminalizan.
De acuerdo con el informe, un ejemplo de estas medidas que carecen de enfoque de derechos son los operativos de retiro y desplazamiento de poblaciones callejeras del espacio público donde viven y trabajan.
En situación de calle, los niños no pueden acceder a su acta de nacimiento y ven perjudicado su derecho a la identidad, pero esto también obstaculiza el acceso a otros derechos como la salud y la educación, «lo cual trae consecuencias para su desarrollo social y humano».
Mientras, datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportan que existían más de 188 mil niños en hogares sin cuidado parental en 2013, pero en realidad se carece de un estudio de este grupo para conocer la cantidad real y las situaciones que enfrentan, indicó Redim.
ENTRE OPINIONES, LEYES Y PROPUESTAS
Lía Limón, subsecretaria de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación mexicana, aludió a los debates para la aprobación de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, nueva legislación que a su entender representa avances significativos en la materia.
Esta ley, iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto, entró en vigor el 6 de diciembre pasado con el objetivo de garantizar pleno ejercicio, respeto, protección y promoción de los derechos de los menores, conforme a la Constitución y los tratados internacionales de los cuales México forma parte.
Regula integración, organización y funcionamiento del Sistema Nacional de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, y dispone que el interés superior de la infancia deberá ser considerado de manera primordial en la toma de decisiones sobre una cuestión debatida que los involucre.
Limón consideró que pese a los avances normativos se debe trabajar de manera conjunta en importantes retos, como superar la inercia del trabajo desarticulado entre los distintos órdenes de gobierno y fortalecer los mecanismos de diálogo con la sociedad civil.
También la Redim destacó la necesidad de participación de las organizaciones de la sociedad civil, y de los niños y adolescentes en la definición de las políticas públicas, pues hasta el momento ello ha estado limitado.
Por otra parte, la Red por los Derechos de la Infancia en México propuso la creación de Procuradurías de Protección, y la ley aprobada en diciembre precisamente dispone para este año la apertura de tales dependencias, que estarán adscritas al Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
Asimismo la ley fortalece la protección a ese segmento poblacional ante delitos de trata de personas menores de 18 años, abuso sexual infantil, explotación sexual infantil con o sin fines comerciales, o cualquier otro tipo de explotación, y en lo referente al derecho de no ser utilizados en conflictos armados o violentos, de no ser privados de la vida.
Isabel Crowley, representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en México, manifestó que el desafío es muy grande, «bajar la ley a todos los estados en seis meses para echar a andar un sistema que atienda a los niños de manera coordinada, sistemática y muy igual en todo el país».
El sistema quedó establecido, y ahora hay que ver los beneficios para esos cinco grupos vulnerables, los cuales demandan una atención especial y urgente, y cómo corresponde la nueva disposición con la realidad asumida cada día por ese gran número de niños y jóvenes.

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