Rusia: 15 años de estabilidad

Moscú (PL) Los últimos 15 años transcurridos en la Rusia moderna llevan la impronta directa del actual presidente Vladimir Putin. Una mayoría vincula con su nombre el período de estabilidad política y económica.

Una corriente de politólogos, incluso, identifica «la generación de Putin», como un segmento generacional aglutinado en torno a sus ideas y un proyecto, que por primera vez, cobra dimensión nacional.

Putin se alzó con el sillón del Kremlin el 26 de marzo de 2000 con 52,94 por ciento de los votos, en primera vuelta.

Se impuso para un segundo mandato consecutivo, en los comicios de 2004 con 71,31 por ciento de los sufragios y en 2012 acaparó el 63,6 por ciento de las boletas.

Al definir la «Rusia de Putin», su portavoz Dmitri Peskov  dijo en un panel de expertos que muchos líderes mundiales se acostumbraron a percibir cómo Moscú defiende los intereses nacionales, bajo su conducción.

Otros, según Peskov, no conocen «una Rusia sin Putin» y empiezan a entender que el país continuará defendiendo sus derechos e intereses, bajo su batuta.

Con la llegada al poder del mandatario asocian el comienzo de una nueva era en política interna y externa.

De acuerdo con un estudio del Centro de Comunicaciones Estratégicas, en poco más de una década (del 2000) se conformó una clase política.

Los llamados políticos sistémicos (de los partidos parlamentarios) y los «no sistémicos» establecieron vasos comunicantes con el gobernante. Más aun, la generación de Putin se configuró dentro del espacio político del estadista.

Durante estos tres mandatos el sistema político en general quedó definido y se fortalecieron las instituciones federales, la figura presidencial y la del primer ministro, con una incuestionable sistematicidad en la labor del Gobierno, resumió el politólogo Dmitri Abzalov.

Al presentar un reporte de monitoreo sobre el ranking del presidente, el titular del Fondo de Opinión Social Alexander Oslon dijo que desde 2000 la popularidad creció en más de 1,5 veces.

La reunificación de Crimea y Sebastopol en marzo de 2014 insufló un drástico impulso al respaldo ciudadano, expuso el sociólogo como otro factor de peso, unido a la exitosa celebración de los Juegos Olímpicos de Invierno y la postura en torno a Ucrania.

Analistas señalan que en paralelo al indicador de confianza ciudadana resalta el respaldo de una mayoría al curso de desarrollo del país.

Una encuesta de la consultora internacional Gallup consignó en 2014 un apoyo del 73 por ciento de entrevistados rusos a la línea del presidente, considerado el más alto registro de respaldo ciudadano para la Unión Europea, fuera de Rusia.

A modo de comparación el indicador resultó por debajo de 38 por ciento en 1998, destaca un estudio analítico sobre los 15 años  de la presidencia de Putin.

La figura presidencial, de otro lado, tamiza la percepción ciudadana hacia otras instituciones del poder como las Fuerzas Armadas (78 por ciento de confianza) y el Gobierno (64), a modo de ejemplo.

El período está relacionado asimismo, según los estudios, con logros de una generación de jóvenes científicos identificados con el Presidente y su política de estímulo a la ciencia y las innovaciones.

BIENESTAR, CRECIMIENTO, CLASE MEDIA
El sector estatal de la economía recuperó un espacio notable con una atención especial a las compras estatales, la apertura de mercados y a las iniciativas empresariales.

Tal fenómeno y el crecimiento gradual del bienestar socio-económico propiciaron la configuración definitiva en los últimos 15  años de la llamada clase media rusa, fundamentalmente urbana y joven, según el reporte analítico del Centro de Comunicaciones Estratégicas.

Entre 2003 y 2008 ese segmento se incrementó de 29 a 34 por ciento del total de la población, luego se contrajo a un 26 por ciento tras la crisis económica y financiera global.

Con posterioridad, ocurre una recuperación en 2011, de manera que hacia 2014 totalizaba el 42 por ciento (unas 60 millones de personas), indica un estudio del Instituto de Sociología de la Academia de Ciencias.

Según la fuente, la base profesional de la clase media la conforman precisamente los trabajadores del sector estatal (68 por ciento), con perfil altamente calificado, el núcleo del plan de modernización de grandes empresas.

Al respecto, analistas hacen énfasis en el modelo de desarrollo económico identificado en el programa de Gobierno de Putin hacia una gradual reducción del sector primario (basado en las materias primas) y un peso cada vez más creciente de productos de alta tecnología con valor agregado.

En cifras, el portavoz del Kremlin significó que el ambicioso plan enunciado por Putin en el 2000 de duplicar el Producto Interno Bruto (PIB)  en una década prácticamente se cumplió.

Nos acercamos, no en 10, sino en 15 años a esa meta, destacó, a su vez, el exministro de Finanzas Alexéi Kudrin (2000-2011), en relación al crecimiento del PIB de Rusia en un 75 por ciento, durante ese lapso.

Solo entre 2000 y 2007 el ritmo de crecimiento económico fue como promedio de 7,2 por ciento.

Resaltó que si bien el plan de las reformas económicas delineadas a inicios de la década se cumplió como promedio en un 50-60 por ciento, fue suficiente para que aumentaran las pensiones y los salarios de empleados públicos.

Lo fundamental, subrayó Kudrin, que pudo frenarse el ocaso y la desintegración del país. Hoy la deuda pública de Rusia bajó en tres veces de 150 a 50 mil millones de dólares (una reducción de 70 por ciento) y engordaron 10 veces las reservas internacionales del país.

Para los expertos en general, sobresale como un resultado relevante la consolidación de una mayoría en torno al presidente. Así, los ataques a Putin son percibidos como agresiones contra Rusia.

Con la sombra de las sanciones de Occidente y un pronóstico de crecimiento de 1,5-2,0 por ciento para el actual mandato (2012-2018), un 75 por ciento de electores están dispuestos a votar por el gobernante ruso, de celebrarse las elecciones el próximo domingo.

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