Rompiendo tabúes del Vaticano
Desde la llegada del Papa Francisco, indudablemente se han hecho declaraciones que nunca antes se había escuchado decir del representante de la Santa Sede.
El año pasado el mismo Papa reconoció como líder de la Iglesia haber reconocido los errores del pasado y criticado fuertemente en contra de los curas pederastas, pero sobre todo que durante años nunca se le haya castigado por ninguna autoridad fuera del clero eclesiástico y mucho menos del mismo, es decir, la misma Iglesia.
Un tema que nunca será visto con buenos ojos ante la sociedad, sin importar de quien venga, sin embargo, cuando se trataba de la investidura de un personaje de la Iglesia, por alguna razón nunca prosperaba.
Con una doble moral siempre la Iglesia ya sea por medio de algún obispo o párroco, han señalado los crímenes cometidos dentro de una sociedad y hasta los cometidos por las mismas autoridades, como son los robos o saqueos por parte de algún funcionario público, como pudiera ser desde un alcalde, hasta el de un gobernador.
Los abusos infantiles cometidos por otras personas entraban en la lista de condenación, sin embargo, la misma Iglesia se excluya con el silencio argumentando que la criminalidad, la impunidad e injusticia social sea exclusiva de toda la estructura gubernamental, sin mencionar que también la iglesia ha sido partícipe de ello y que a la fecha solamente el divino castigo ha caído del cielo, pero ninguno de estos ha sido aclarado ni socialmente y ni mucho menos ante las autoridades.
En ese sentido se sienten excluidos porque serán juzgados para la autoridad de la Iglesia misma que carece de legitimidad procesal socialmente o bien ante tribunales civiles.
Existe documentación al respecto, así mismo como publicaciones que tan solo por mencionar; en enero del 2011, una iglesia católica de Boston, divulgó una lista de ciento diecisiete sacerdotes pederastas, acusados de violación sexual contra feligreses., cuya lista lo encabeza el padre Richard J. Ahem, el padre José Alonso , Juan T. Atware, Bailot Eugene, Robert F. Barrett, Sidney Bayer, y así continua la lista.
También una congregación holandesa reconoció su culpa en un asunto de abusos sexuales de la iglesia católica, y afirmando una indemnización generosa por los daños.
Algo más reciente es en agosto del presente año, se difundió un informe por parte de la justicia estadounidense en los que más de 300 miembros de la Iglesia católica fueron acusados de abuso sexual.
El día de ayer la fiscalía de Nueva York, anunció que iniciaría una investigación civil para determinar si ocho diócesis católicas del estado de Nueva York encubrieron a sus párrocos ante denuncias de abuso sexual a menores.
La mayoría de las veces este tipo de abusos sexuales; la iglesia podrá justificarlas con el silencio, y argumentos religiosos como “actos que cierran el corazón a Dios”, o “Dios perdona a todos los seres humanos; sus malos ejemplos deben ser perdonados como a cualquiera de nosotros”.
Mientras que para la iglesia estos sacerdotes o servidores de Dios ya fueron castigados según el Código Penal del Vaticano, la mayoría de los casos por no decir todos, son cambiados de parroquias a otras ciudades entorpeciendo a las autoridades cuando son denunciados por las autoridades civiles y penales para que conforme a derecho se imparta justicia a las victimas abusados sexualmente.
En dónde está el compromiso social del que tanto hablan que deben de tener los feligreses hacia su comunidad, cuando ellos infringen inmunidad ante padres clérigos obstaculizando la ley en sus investigaciones encubriendo a los sacerdotes pederastas movilizándolos de una ciudad a otra o mandándolos a comunidades rurales en donde se pueden perder en la selva fácilmente.
Después de siglos de injusticia social en donde el abuso sexual cometido por miembros de la Iglesia, está empezando a dejar de ser un tabú, para la justicia en donde cada vez se está viendo por parte de las autoridades el inicio de acciones al menos para comenzar a investigar.
En la medida que exista este tipo de acciones serán golpes duros para la investidura de la Santa Sede.
Cada vez se van a sumar más países, en donde se está rompiendo esos tabúes en donde la conducta de un sacerdote es exclusivo castigo para el Vaticano y no sean tratados como una deidad por encima de los actos delictivos que cualquier persona normal pudiera incurrir siendo castigados por las leyes que la misma sociedad está regida. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria “Antonio Estrada Salazar” 2018) www.intersip.org
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