¿Quién exige la salida del poder de Bashar al-Assad en Siria?

Damasco (PL) Uno de los temas más polémicos para Estados Unidos, Occidente y los grandes círculos hegemónicos en el mundo actualmente es la permanencia o no en el poder del presidente sirio Bashar al-Assad.
Con Estados Unidos a la cabeza, varios países europeos (Francia y Reino Unido) y algunos gobiernos del Medio Oriente (Turquía y Arabia Saudita), insisten en la salida del mandatario sirio como condición para conseguir una eventual solución política al conflicto que padece este país árabe desde 2011.
Los ministros de Relaciones Exteriores de los países miembros de la Unión Europea se reunieron para debatir la situación en Siria, discutir sobre la participación de la aviación rusa en la lucha antiterrorista y por supuesto, decidir «qué hacer» con al-Assad.
En declaraciones a la prensa, el secretario de Estado francés de Asuntos Europeos, Harlem Desir, desde el más absoluto desconocimiento acusó a Rusia de no atacar al grupo terrorista Estado Islámico y «apoyar el régimen de Bashar al-Assad».
Según Desir, «la transición política es la condición para la paz, y para la paz en Siria se necesita una transición política. Esta debe hacerse sin Bashar al-Assad (…), responsable en lo esencial de las víctimas de esta guerra civil», sin mencionar, por supuesto, a los verdaderos responsables de la crisis.
Por su parte, el secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Philip Hammond, señaló que podría haber cierta «flexibilidad» sobre el momento de la partida de al-Assad -algo que da por hecho-, pero que existe un serio peligro de que «los rebeldes se unan entonces a los grupos radicales».
Ya el presidente norteamericano, Barack Obama, había expresado su desacuerdo con cualquier pacto que incluyera la presencia del jefe de Estado sirio.
Prosiguen un discurso prediseñado, después que el presidente ruso Vladimir Putin sugiriera una nueva forma de enfrentar al grupo Estado Islámico y a todas las bandas terroristas anexas que operan en Siria, y el Senado de Moscú aprobara la participación militar en el conflicto.

LA VERDAD OCULTA
Estos «diplomáticos de la guerra» no tienen idea de cómo enfrentar el conflicto que ellos crearon, y que está sumergido en un viraje completamente desfavorable a sus iniciales pretensiones hegemónicas.
Desde que comenzó la incursión aérea rusa, el grupo terrorista Estado Islámico ha perdido casi el 40 por ciento de su infraestructura a consecuencia de los bombardeos.
El francés Harlem Desir se equivoca cuando habla de una «guerra civil», cuando en realidad Siria soporta y enfrenta una agresión internacional, donde participan mercenarios de más de 50 países, financiados, armados y entrenados, entre otros, por su propio gobierno.
Tampoco se refiere a las discusiones de paz surgidas al calor de la crisis, que llevó a la mesa de negociaciones al gobierno de Damasco y a las principales agrupaciones políticas opositoras que dentro del país, también repudian la intromisión foránea en los asuntos internos sirios.
Pero se impone una pregunta que debía responder el secretario de Estado francés de Asuntos Europeos: ¿quién ha estado enfrentado al Estado Islámico, al Frente al-Nusra y a todas las bandas terroristas que operan en Siria hasta hoy?
Durante más de cuatro años, en más de 400 frentes de combate y con pérdidas humanas que superan los 50 mil hombres, el Ejército Árabe sirio, capitaneado por Bashar al-Assad, ha resistido la embestida de casi 300 mil hombres armados y pagados precisamente por Occidente.
Por su parte, el ministro británico Hammond alude a los grupos opositores moderados, a los que llama rebeldes y hasta «revolucionarios», sin percatarse que está defendiendo a «fantasmas» que no existen, o que están en sus últimos estertores.
De aquellas tropas bien armadas, con uniformes nuevos y relucientes, dio cuenta la traición, la ambición, la frustración, y la rivalidad de los grupos radicales extremistas, que no quisieron compartir el futuro botín.

EL OSO BLANCO AHUYENTA A LOS HALCONES DE LA GUERRA
Con la decisión adoptada por la Federación Rusa, de aceptar la solicitud formal de ayuda militar hecha por las autoridades de Damasco, se vino abajo el mito de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, que en más de un año de bombardeos sistemáticos, poco pudieron hacer contra las bandas terroristas en los territorios de Siria e Iraq.
La presencia rusa en Siria sacó del paso a los verdaderos gestores del conflicto que hasta el momento cobró la vida de 250 mil personas y que ahora buscan parar la acción militar del gigante euroasiático, que está decidido a poner fin, en cooperación con el ejército sirio, a este brutal flagelo.
Más allá de los salones de reuniones europeos, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no pasa de vagas declaraciones amenazantes, Estados Unidos retira sus cohetes antiaéreos Patriot de Turquía, y en la Unión Europea comienzan a oírse otras voces que buscan terminar este calvario.
Mientras tanto, el ejército sirio, apoyado por los temidos aviones de combate rusos, sigue su ofensiva contra el terrorismo, empeñado en devolverle la paz a su pueblo.