¿Qué onda con la educación?
El sistema educativo nacional mexicano, se encuentra empantanado. Producto de la confrontación política generada por las diversas fracciones del parlamento, el proyecto educativo del gobierno obradorista, tendrá que esperar un poco más para darse a conocer y mucho más, para aplicarse en las aulas del territorio nacional.
La postura contestataria, del grupo minoritario del poder legislativo, y los representantes y miembros de los partidos que constituyen la oposición han argumentado, que su actitud es por el bien de la sociedad mexicana.
Hasta el momento, la oposición no ha podido articular los argumentos necesarios para legitimar su postura, pues para desgracia de ellos, cargan a sus espaldas, el desprestigio de los anteriores gobiernos, surgidos del seno de los partidos que hoy, constituyen las fuerzas políticas minoritarias.
Pero, la debilidad del sector político minoritario, no radica en la cantidad de representantes que hoy ejercen un puesto público, cómo podría pensarse, sino en su incapacidad para generar un discurso creíble que conecte con la gente. Ante esta incapacidad, el grupo referido, ha optado por la victimización. De manera frecuente, han declarado ante la opinión pública, que no existen condiciones de equidad, factor que obstaculiza el respeto a la pluralidad.
La postura resultaría creíble si lo expresado fuese la manifestación de un sector con vocación y pasado estrictamente democrático, sin embargo es del dominio público, que durante el ejercicio parlamentario de los periodos de gobierno de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, las reformas llevadas a cabo, fueron enfrentadas por una oposición mucho menor , lo que les permitió de manera autoritaria, aprobarlas sin el debido análisis y sin el debate correspondiente que se precisa para hacer visibles las inconsistencias o aciertos de dichas propuestas legislativas antes de ser aprobadas. Resulta evidente entonces, a la luz de este superficial análisis, una actitud hipócrita, que para desgracia de ellos, es claramente visibilizado por la mayoría de la población.
Derivado de esta posición, varias iniciativas que ha impulsado el gobierno para enfrentar la problemática subyacente, han quedado varadas, pues abatidos en el debate, el grupo político, que representa la minoría parlamentaria, ha optado por detener algunas de las propuestas, evitando que la mayoría legislativa logré reunir las dos terceras partes, necesarias para aprobar una reforma.
El caso de la guardia nacional y la reforma educativa, son dos ejemplos en donde la minoría legislativa ha detenido las propuestas, evitando que los impulsores de las reformas logren reunir las dos terceras partes de la cámara alta para su aprobación.
Producto de este jaloneo político, las iniciativas que ha propuesto el gobierno para enfrentar la inseguridad y la problemática educativa, se han visto retrasadas y con ello, han logrado profundizar el estado de incertidumbre subyacente en algunos sectores de la población.
Entre los docentes del país se ha comenzado a gestar la duda, pues a estas alturas no saben con certeza si el modelo educativo del gobierno peñista sigue vigente o si las medidas administrativas y académicas impuestas en las escuelas responden a las propuestas de la reforma del gobierno obradorista.