POR ELLOS, VALE EL PRECIO
En esta época navideña lo vemos en todos lados, desde lejos ya sabemos de quién se trata, en carteles publicitarios de todo tipo, periódicos o televisión en las tiendas departamentales. Exactamente ese hombre regordete y alegre con traje color rojo con barba blanca sabemos que se trata de Santa Claus. Sin embargo, hay mucha gente que se sorprendería de saber que no siempre ha sido así, sino antes era un hombre alto y flaco muy parecido a un elfo de aspecto tenebroso y su traje variaba de color verde, blanco, púrpura, bronce y rojo.
Pero fue hasta que la compañía refresquera Coca-Cola le dio una imagen más saludable, es decir, más gordito y más realista, sin una figura elflike, con los colores rojo y blanco siendo esos los de la compañía cuando cobró vida en 1931 en publicaciones mostrando a un Santa entregando juguetes, haciendo una pausa para leer una carta y disfrutar de un refresco.
Desde esa fecha quedó inmortalizada la imagen de Papá Noél para todos nosotros, haciéndolo cíclico por generaciones. Cosas que no han cambiado más que el tipo de regalos que para muchos padres de familia son motivo de nostalgias.
Se dice que en la vida todo es cíclico, aunque de diferente manera en ocasiones será más complejo y en otras más sencillas. Con la navidad pasa lo mismo, los que una vez fuimos niños nos tocó recibir regalos, pero ahora que somos adultos nos toca regalar.
Cuántas navidades habrán pasado para llegar a ese punto de la vida cíclica sin existir una regla para poder decirlo porque hay padres muy jóvenes como también los hay maduritos, pero estoy seguro que muchos que pasaron un buen rato visitando las tiendas o departamentos de juguetes para sus pequeñines con la ilusión de recibir lo que muchos le pidieron a Santa Claus o Santa Papi, existe una gran diferencia de lo que era antes a lo de ahora.
En ese momento de estar decidiendo qué juguete comprar para regalar, notaron que los de antes y de ahora han cambiado mucho, es decir, entró esa nostalgia de darse cuenta que ya no existen esos juguetes que tenías cuando eras chico han cambiado totalmente por otra infancia que nunca nos pasó por la mente que existiría.
Los juegos eran más sencillos, más básicos y sobre todo baratos pero realmente divertían más dejando que la imaginación y su creatividad floreciera a flor de piel para poder complementar o hacer esa magia de conexión entre el juguete y tú.
No podían faltar los soldaditos de plásticos con diferentes posiciones de acción tomándote mayor tiempo en acomodar los dos bandos que se enfrentarían entre sí, y con la frustración de no saber cuál bando iba ser el vencedor, pero de algo sí era seguro que en menos de tres minutos eran todos desordenados y arribados por el bando ganador, cuando en realidad tomó más de una hora en acomodarlos y decidiendo cuál soldadito tenía que estar al frente.
Otro de los jugos más populares eran las canicas que entre los amigos del barrio era el típico dar tres “quemis” o golpe al rival para embocarla en el “opi”, para poder tener la victoria y quedarte con la mejor canica o la favorita de tu amigo como trofeo haciéndola parte de tu colección, eso sí te dejaba un callo en la cutícula en el dedo pulgar.
Pero el juguete supremo o de ricos era la famosa pista de autos que se jugaba entre dos en una pista haciendo la forma de un ocho y aunque todos ellos sufrían del mismo defecto de fábrica no importaba que tuvieras que darle un ligero empujoncito para desatorarlo de su riel, pero más vueltas que diera la imaginación te transportaba adentro del carrito de coche imaginándote que ibas adentro de él manejándolo a toda velocidad.
En el caso de las niñas tampoco había tanta complejidad pues no faltaba la muñeca, la bebé y el sueño de todas, la “Barbie” o en su defecto la famosa cocina en donde las pequeñitas terminaban haciendo pasteles de lodo para acabar su juego con un llanto porque su hermanito no quería comerse su pastel que con tanto esmero hizo.
Estos eran los juguetes de antes con los que se podía pasar entretenerse horas y eran más económicos, pero en la actualidad son más caros pero sobre todo complejos e indistintos entre varón y niña, es un videojuego, un Wii, Play Station Portable, la batería acústica, celular touch, IPod Touch, IPhone 5, etc., todo lo que sea electrónico que más se tardan los padres en conseguirlo y terminar de pagarlo para que los hijos en perderlos, deteriorarlo en alguna caída o simplemente en arrumbarlo porque ya se aburrieron de ellos.
Definitivamente eran mejor los de antes que los de ahora pero son otros tiempos, otro tipo de infancia pero sin importar eso lo más importante es sacar una sonrisa cuando abren esos regalos tan esperados debajo de ese árbol de navidad que muchos padres de familia se llevarán pagando durante doce, trece, dieciocho y hasta 24 mensualidades, sin importar cuánto se tarden, porque el precio y sacrificio que se hace por tal de verlos felices, tiene un costo mayor y vaya que vale éste y un precio más alto. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org
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