Para qué tanto gasto

Por Guillermo Robles Ramírez

Los gobiernos de la mayoría de los Estados del país, de distinta manera, han mejorado las condiciones laborales de sus elementos policiacos; sin embargo, y por desgracia sigue imperando la corrupción entre las corporaciones de los mal llamados guardianes del orden.

Se está haciendo normal que a diario los medios de comunicación den a conocer las tropelías de bastantes policías municipales o estatales, principalmente en extorsiones a la ciudadanía, en involucrarse con los grupos de la delincuencia organizada, de traficantes de drogas, en bandas de secuestradores, ladrones y otros delitos más.

Sorprende que esos malos servidores públicos cada vez se multiplican y en casi la mayoría de los casos fueron partícipes de cursos de mejoramiento y profesionalización, además de haber sido estimulados en el mejoramiento salarial y con otros apoyos para un buen vivir de ellos y sus familias, además de que con la mejoría de las pretensiones que reciben, se desea que con mejores prestaciones salariales y sociales dejan de pedir la famosa “mordida” o sea de extender la mano como pago a favores hechos.

En general hay que aceptarlo, la imagen del policía ha cambiado radicalmente en comparación y en relación con hace algunas tres o cuatro decenas de años o más, épocas en que predominaba el elemento pasado no solo de años de edad, sino en su fisonomía cuando que en estos tiempos se han incorporado a los cuerpos policiacos gente más joven.

Además, han dejado de existir aquellos vehículos antiguos habilitados como patrullas o bien, el coche del propio policía de los tiempos idos servía de “patrulla”, cuando ahora se ha dotado a las fuerzas del orden público de más y nuevas unidades, armamento y otros accesorios desconocidos en los viejos tiempos por los policías.

Estos avances en mejoramiento general de las corporaciones policiacas de México, debemos reconocerlas y por esa misma razón duele y es entendible si sus condiciones económicas y de otro tipo han ido hacia arriba y la pregunta obligada es por qué siguen, no pocos policías, formando parte de células delictivas.

Algunos de estos elementos policiacos que en sus “horas extras” se dedican a delinquir, aprovechan la capacitación que recibieron en distintos temas para cumplir mejor con su función, la emplean para robar, extorsionar, secuestrar, etc.

Sería injusto decir que solo en México hay policías corruptos, pues este problema se tiene en otras naciones con desarrollo económico y general más alto que nuestro país, con la reserva de que no proliferan tanto como en México.

Nuestros comentarios están basados en realidades, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas de la Secretaría de Gobierno Federal informa de manera oficial que entre los años 2006 y el presente en curso un promedio de 350 víctimas fue secuestrado por una corporación policiaca o militar. ¿Entonces para qué sirve tanta inversión por parte de autoridades locales y estatales, en capacitar a estos elementos policiacos, así como gasto en equipamiento, si terminan delinquiendo?  (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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