¿Pagan protección?

Por Guillermo Robles Ramírez

Existe en Coahuila y particularmente en su capital Saltillo, una empresa de servicio de transporte de personal que lleva más de 16 o 20 años siendo un verdadero peligro, además de verdadero problema por las constantes violaciones que cometen en su tránsito por las calles de la ciudad “sarapera”, en su ir y venir recogiendo y entregando trabajadores de las diversas industrias que hay en Ramos Arizpe.

Cuando no son los excesos de velocidad, son sus arbitrarias paradas para que bajen o suban sus clientes, igual el no respetar el rojo de los semáforos de la ciudad, así como tampoco respetan y manejan como verdaderos cafres en camiones kamikaze en el primer Distribuidor Vial V. Carranza y Nazario Ortiz, construido por el exgobernador Enrique Martínez y Martínez, por cierto misma obra que ganó el premio CEMEC (México) en el 2002, y no se diga en el Mega Distribuidor Vial el Sarape, construido posteriormente por el exgobernador Humberto Moreira Valdés, que por cierto fueron duramente criticados pero tan necesarios que hasta sus peores adversarios críticos y opositores hipócritamente los utilizan diariamente para llegar a sus destinos. Ambos distribuidores hechos para hacer una vía rápida y desahogo de tráfico se han convertido en todo un caos vial, lleno de accidentes causados principalmente por estos camiones de transporte de personal industrial. Y lo peor de todo, el contar con la protección e impunidad de las autoridades de tránsito lo mismo de Saltillo, Ramos Arizpe y Arteaga.

La desvergüenza de sus directivos, al menos en sus reuniones de cheve y carnes asadas, lo mismo que en las cantinas a las que concurren, dicen y se identifican como los “meros jefes” de esa mal empresa de transporte de personal, alardeando y asegurando con toda desfachatez de tener compradas a las autoridades de Tránsito de esos municipios y que lo mismo sucede para aquellos corporativos para quienes prestan sus servicios, que por cierto nada baratos, y se hace lo que ellos dicen porque también ahí reparten lana. Al menos es lo que dicen y aseguran, aunque dudamos que así sea, pero, en fin, como dicen algunos eclesiásticos católicos no hay que creer, pero tampoco, dejar de creer.

Si lo que aseveran esos “meros jefes hocicones o habladores”, fuese cierto, bueno sería conveniente que sean más inteligentes y discretos, no exhibiendo y gritando a los cuatro vientos que sus protectores son unos desvergonzados y viles corruptos.

Otra jactancia que tienen los “meros jefes”, es que sus choferes tienen instrucciones de que, en caso de un percance vehicular, no se detengan, que sigan su camino, pues ahí que se encarguen las compañías de seguros con quienes pagan buenas primas que con la impunidad que les dan las autoridades viales, no hay nada de qué preocuparse.

Cierto o no, los “meros jefes”, por cierto “chilanguitos”, lo presumen, juran y perjuran que, a su empresa a los agentes de tránsito, incluyendo a los superiores, les hacen lo que el viento a Juárez: Nada, pues para eso reparten bastante lana.

Esa empresa abusona, arbitraria y que goza de toda la protección posible de las autoridades viales, se identifica en sus unidades de color blanco.

La mayor parte de sus unidades que aparentemente se ven muy modernas, se trata de unidades viejas disfrazadas o camuflajeadas con una reciente pintada, circulan sin placas, con exagerada contaminación y su identidad es la exagerada velocidad como circulan, preferentemente después de las 5 de la tarde, así como también alrededor de las 12 de la noche en que se incrementa la distribución de los trabajadores.

A saber, a la única empresa ramosarizpense que le prestan sus servicios empresas establecidas en Ramos Arizpe, desde que se establecieron las armadoras automotrices en Coahuila, siendo su oficina central en la ciudad de Monterrey, los transportistas industriales.

Mientras estas unidades dizque de transporte de personal de empresas transitan por toda la zona conurbada del Sureste o sea por Saltillo, Ramos Arizpe y Arteaga, sin placas y cometiendo infinidad de violaciones a las leyes de vialidad, el resto del transporte público urbano es hostigado hasta el cansancio porque están obligados a respetar las leyes de tránsito y portar placas de circulación.

Esto demuestra la impunidad y fuerza económica, así como influyentísimo se impone sobre la ciudad capital, o al menos el transporte público urbano así lo considera, como también opinan lo mismo ciudadanos saltillenses solo porque son “chilangos” y regios “fifís”. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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