Padre nuestro que estas en la grilla
Se dice que todo cambio es bueno, porque el romper con la monotonía hasta cierto grado es sano y despeja la mente e inclusive, igual que una computadora se reinicia cuando se cicla el estar pensando siempre en lo mismo.
El cambio más allá de una necesidad para estar actualizado con el paso de la modernidad es indiscutiblemente inherente para la evolución del hombre. Aunque por desgracia nuestra misma naturaleza y como algo característico de nuestra especie difícilmente sabemos encontrar un punto medio para tener ese equilibrio.
Resulta difícil saber hasta dónde hay que cambiar, qué cosas son necesarias para cualquier transición y por qué no; hasta qué nos conviene. El egoísmo del ser humano en muchas ocasiones nos ciega permitiéndonos ser jueces y víctimas a la vez y nunca estamos conformes con lo que somos, hasta en ocasiones lo que se pregona va en contra de todo aquello que decimos.
Un ejemplo muy palpable son aquellos religiosos católicos que se esfuerzan más por protagonizar en el ambiente político que por cumplir con su misión espiritual,la Iglesiapierde adepto día tras día en tanto otras doctrinas cobran mayor presencia no solo en Coahuila, sino en todo el país.
Frías pero incuestionables, las estadísticas al respecto son más que reveladoras: La iglesia que gobierna El Vaticano cedió aquí en la entidad arriba del 4 por ciento de su feligresía, mientras las demás religiones lograron aumentar por arriba del 6 por ciento.
Los sacerdotes se han vuelto más políticos que evangelizadores, cada vez participan directamente en política cuando no se critica a candidatos se induce el voto en favor de algún partido político. Su participación en actos públicos en donde hay funcionarios públicos cada vez se ve algo más cotidiano y su estrecha relación entre las diferentes figuras públicas hace que se conviertan en parte de la farándula de la política restándoles la imagen de un servidor de Dios.
Los límites se han perdido sobrepasándose los temas políticos durante la misa cuando antes solamente se les pedía a los feligreses que rueguen a Dios para que ilumine las decisiones de los gobernantes.
Se ha perdido la imagen de los sacerdotes como representantes de Cristo en la tierra para cumplir su misión de difundir el Evangelio, para fortalecer la fe y salvar el alma de los hombres.
Al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios, ya no queda en estos tiempos porque la participación dela Iglesiacatólica en asuntos del gobierno va en incremento siendo éste el lado débil de la misma Iglesia, razón por la cual cada vez pierden más adeptos religiosos.
Otra de las tristes realidades es que el catolicismo también afrontó en la actualidad una grave carencia de seminaristas. La falta de vocación sacerdotal a los atractivos que la vida moderna ofrece a los jóvenes supera ésta deficiencia en el gobierno eclesiástico.
El Vaticano tiene que poner un remedio urgentemente en todos los sacerdotes para que reasuman su papel y no confundan el sermón con el discurso político, ni el púlpito con la tribuna, por mero protagonismo.
De no hacerlo es evidente como lo demuestran las estadísticas del INEGI, en donde protestantes, mormones y testigos de Jehová están terminando por apoderarse de la fe católica, de esa fe que nació sólida, como los muros de sus catedrales, pero que se ha vuelto frágil porque la misión original de algunos clérigos ha cambiado de partido. (Premio Estatal Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org
Deja un comentario