Guillermo Robles Ramírez

Organizan a menores de edad

Por Guillermo Robles Ramírez

Si pensábamos que el país no podía estar peor después de Enrique Peña Nieto, la verdad es que López Obrador se ha volado la barda y rompiendo récord, pero en puras cosas negativas.

Las condiciones del país no eran buenas en la pasada administración, y en esta en donde Andrés Manuel López Obrador, junto con el partido Morena quien lo llevó a la presidencia y hoy se encuentra divido y apunto de desmoronarse, han llevado a México en la “jodidez”, en todos los rubros y a la fecha sin una estrategia para combatir al crimen organizado.

Economía difícil, y con un incremento de desempleo, así como cierre de comercio por la pandemia, falta de estímulos fiscales, y desaparición de programas sociales y fideicomisos, son las principales variantes para incrementar el comercio informal.

También ante un panorama así, es una nueva puerta para los grupos criminales o bien, aquellas coyunturas que ya existían se hicieron más grandes para ese sector del crimen.

Se ha visto incrementado de manera significativa el uso de menores de edad para el paso de drogas e indocumentados a los Estados Unidos, de acuerdo a la Secretaría de Relaciones Exteriores el aumento de niños y niñas no acompañados. Cuando son detenidos por las autoridades y son cuestionados el 8 porcentaje alto de estos menores de edad, reconocieron participar con grupos criminales y otro 10 por ciento con los polleros y el resto argumentaron que buscaban una oportunidad de trabajo o cuando menos eso es lo que dicen.

En Coahuila este fenómeno es muy frecuente en el municipio de Piedras Negras, en donde los menores compiten duramente con los polleros, porque cobran entre cincuenta, cien dólares o más, dependiendo de dónde los dejen y cuántos sean, pero, sobre todo, cuánto finalmente estén dispuestos a pagar a los niños y niñas conocidos como los pollos por el trabajo.

Esa es la ganancia que pueden obtener varios menores de edad que se han integrado a las bandas de polleros que operan en la ciudad y que dicen desconocer autoridades locales migratorias.

Debido al vacío legal que impera en México en relación a la violación a la Ley de Población por parte de menores de edad, en virtud de que la mayor parte de los casos son aprehendidos en los EU; el uso de niños y adolescentes, cuyas edades oscilan entre los 8 y 16 años, es una modalidad de recientes años y considerado uno de los más remunerativos en nuestro país.

Su vacío legal radica; si al menor lo detienen en Estados Unidos, es fácil que lo regresen a México y aunque reincida, lo vuelven a soltar por no contar con suficientes elementos para comprobar su participación directa en el tráfico de personas.

Estos niños y niñas han desarrollado una gran habilidad de convencimiento para hacer gran parte de la operación desde poner en contacto al aspirante con los polleros, hasta hacer las funciones de guía para el traslado de decenas de migrantes que sueñan llegar al vecino país.

No solo cuentan con una facilidad de palaba sino además han llegado a conocer rutas que no habían sido exploradas por los adultos para cruzar a los migrantes hacia los Estados Unidos.

El menor sabe de sus derechos porque es bien aleccionado por los adultos que realmente mueven el negocio del tráfico de personas. Saben que en Estados Unidos fácilmente los repatriarán y en México no se les seguirá ningún proceso por el simple hecho de que el delito se cometió en el extranjero.

Pero estas nuevas enseñanzas que están adquiriendo estos menores de edad por parte de los adultos, una vez aprendidas empiezan a buscar su propia independencia en donde menores de edad reclutan a otros niños y niñas para que le quede más ganancias, haciendo lo mismo que las cedulas de narcotraficantes, pero sin percatarse que están haciendo de ello un grupo de organización ilícita, pero a menor escala.

Las enseñanzas ya las tienen porque con una agilidad se cambian de nombre, dan distintas direcciones para impedir que los entreguen con sus padres, quienes en algunos casos saben a lo que se dedican sus hijos y viven de las ganancias que deja el tráfico de personas desplazando el negocio de los polleros y encontrando una nueva forma de vivir y viéndolo como un negocio muy emprendedor formando parte de la economía informal porque en ello hay de todo. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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