Su olvido, es nuestra condena

Una persona que pudo haber sido un verdadero cambio en nuestro país, una promesa para los mexicanos que dejó de brillar hace 24 años atrás, después de su muerte, y no por causas naturales sino por la traición de supuestos amigos, y un grupo político que se negó al verdadero cambio al menos eso es lo que siempre se ha argumentado sin poderse comprobar de manera jurídica lo dicho.

Un supuesto asesino solitario acabó con la vida de un político que logró sacudir aquellos funcionarios públicos que han fortalecido sus riquezas, a base del poder, y aquellos políticos que cuando nunca brillaron como grandes emprendedores se convirtieron casualmente en excelentes empresarios, obviamente que, con dinero ajeno y tráfico de influencia, así como los beneficios de cobrar los favores.

Temerosos a que se acabaran las mieles de la corrupción y descaro del enriquecimiento de muchos gobernadores que a la fecha disfrutan del beneficio del “fuero”, son intocables para poder ser procesados, pero a la falta de interés ni la lucha se le hace así siguen pasando gobernadores que se enriquecen no solo para jubilarse sino es tanto el dinero que si la ciencia ficción fuera realidad podrían vivir veinte vidas sin problemas financieros.

Un simple ramo de flores abandonados a temprana hora es lo más que recibe cada año para después a los pocos días se marchiten para quedar nuevamente en el olvido, al igual que su muerte y su causa que solo ha servido para sacarle provecho para la creación de una fundación cuyo único interés ha sido el tener una entrada de dinero el cual se usa para todo, menos para aclarecer la traición que lo llevó a su muerte.

Fundación que solo ha servido como cortina de humo para tratar de olvidar ese dolor y aquello que no quieren que sepan los mexicanos.

Precisamente este viernes pasado hace 24 años atrás no fue solo a una persona a la que se le traicionó o se le creó la hipótesis de un complot dentro de un partido, sino fue el perjurio a toda una nación que estuvo a tiempo para evitar lo que hoy es una realidad.

El único mexicano que tuvo la visión de dar soluciones y no propuestas huecas como las campañas políticas que se escuchan en la actualidad en   donde suelen hacer promesas, pues como dice el dicho “prometer no empobrece”.

Ese hombre que tuvo esa visión al México de hoy, fue Luis Donaldo Colosio Murrieta, quien dejó testimonio en su discurso con motivo del LXV aniversario del Partido Revolucionario Institucional.

En aquel discurso del 6 de marzo de 1994, Colosio tuvo la sensibilidad y con una cruda realidad lo que le pasaría al país en caso de no hacer algo desde aquel entonces, dejando puntos importantes sobre la mesa que le costó la vida para quienes iban a resultar afectados por los intereses de la avaricia prefiriendo asesinar a un ser humano antes de tocar el bolsillo de unos cuantos.

Colosio siempre se refirió a una nueva etapa, una nueva era, en donde en pocas palabras dejaba atrás y enterraba a los dinosaurios priistas, es decir, se requería un cambio de raíz, pues anticipó la derrota del mismo partido antes de que llegara el PAN: “Hoy vivimos en la competencia…para hacerlo se dejan atrás viejas prácticas… un PRI que sólo dialogaba consigo mismo y con el gobierno, las de un partido que no tenía que realizar grandes esfuerzos para ganar… hoy no tiene triunfos asegurados, tiene que luchar por ellos…”

Fue el primer candidato del PRI, en busca de la presidencia que supo reconocer que existían errores en el pasado e irresponsabilidad.

Ahí está el discurso de Colosio, que desde 1994 ya le decía al país la existente de la crisis de  comunidades nativas agraviándose más con la actual sequía como lo están sufriendo en la actualidad los tarahumaras de la sierra de Chihuahua y, además, sin ir tan lejos tenemos vivo y real un  ejemplo precisamente en Coahuila, en el ejido Morelos, municipio de Múzquiz, donde están “asentados” los mascogos aquellos descendientes africanos que fueron traídos a México y específicamente a Coahuila por los indios kikapúes, que igualmente no tienen alimentos para sus familias y ganado que se muere por falta de agua y forrajes, afectando a una población mayor de las cien mil personas, pero existen más, que por razones desconocidas no se  denuncian  o son comunidades que siguen en anonimato: “…veo un México de comunidades indígenas, que no pueden esperar más a las exigencias de justicia, de dignidad y de progreso…campesinos que aún no tienen las respuestas que merecen… un campo empobrecido, endeudado…”, siguió diciendo en su histórico discurso Colosio Murrieta, antes de ser asesinado en Tijuana.

Ahora esos campos son trabajados por los narcotraficantes que se aprovechan de la falta de conocimiento y de saber cómo usar herramientas de gobierno, es decir, programas federales para trabajar las tierras, pero sobre todo agarran a un campesino hambriento y lleno de impotencia para sacar adelante la necesidad más básica de cualquier familia, que es el poder llevar comida a sus hogares.

Un día 06 de marzo, pero hace 24 años atrás ya se veía un país con más desempleo, con menos oportunidades de trabajo para los recién egresados que si en ese tiempo se hubiese hecho algo después de este discurso, miles de jóvenes se habrían salvado ante la desesperación y desaliento laboral lo que los ha orillado a ser víctimas del crimen organizado enfilándose dentro de los distintos grupos delictivos. El joven y visionario priista que aspiraba ser presidente de México, Colosio Murrieta, siguió recalcando en su discurso: “veo un México de trabajadores que no encuentran los empleos ni los salarios que demandan de jóvenes que enfrentan todos los días la difícil realidad de la falta de empleo, que no siempre tienen a su alcance las oportunidades de educación y de preparación.  Jóvenes que muchas veces se ven orillados a la delincuencia, a la drogadicción…”

Durante todo ese periodo nunca se hizo nada al respecto habiendo suficiente tiempo como para poder evitar vivir lo que se dejó crecer sin tomar ninguna medida, posiblemente el discurso de Colosio se consideró como exagerado o alarmista restándole importancia, como lo han venido haciendo a la fecha en la lucha por la equidad de géneros, a la falta de oportunidades y burocratismo.

Hace 24 años atrás, alguien ya nos había dicho lo que sucedería si no cambiamos, nuestras políticas y formas de gobernar, condenándonos a los problemas sociales por las que pasa el país. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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