No importa el tamaño de su cruz
Por Guillermo Robles Ramírez
Un mes considerado para purificar el alma, reforzar y sanar la espiritualidad de todos los católicos. El día de ayer fue el Miércoles de Ceniza, que es el inicio de la pascua por parte de la Iglesia, que a diferencia al año anterior inició el día del amor y la amistad.
No hay una fecha fija ya que siempre inicia por cuestiones astronómicas, pero sin importar la fecha la importancia del comienzo de cuaresma es que aquellos devotos religiosos tienen que tener conductas voluntarias, encaminadas a liberarse de los apegos carnales y materiales para acercarse a Dios. Se consideran principalmente tres actos: Oración, misericordia, y abstinencia o ayuno.
Para la Iglesia ha sido tiempos difíciles en las que con el pasar el tiempo han ido siendo más flexibles en las normas para la celebración de la Semana Santa, recomendando que tanto el Miércoles de Ceniza como los viernes subsecuentes hasta Semana Mayor, sus feligreses entre 18 y 59 años practiquen el ayuno, es decir, los mayores de 14 años realicen la abstinencia o privación de determinados alimentos o bebidas, mientras que los considerado las personas de la tercera edad deberán tener una sola comida completa y líquidos o alimentos muy ligeros.
La privación de la carne de res para sustituirlo por aquellos alimentos considerados como carne blanca pero principalmente como el pescado y mariscos será el principal alimento para todos aquellos creyentes de la conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret.
Hay quienes todavía se preguntan qué tipo de cenizas es la que te ponen en la frente el Miércoles de Cenizas. En teoría está hecho de los ramos de olivo o de otro tipo de árboles, bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior. Aunque también se dice que son aquellas biblias que ya no son usadas o se encuentran maltratadas se queman ante una ceremonia religiosa.
Cada vez se ha perdido el reforzar tanto el inicio de pascua como su final por parte de la Iglesia, aquí en nuestro país o al menos en la región norte de México en donde con una facilidad abren algunas capillas o templos dejando en una charola la ceniza para que cualquiera pueda entrar a la hora que guste desde las ocho de la mañana y se la ponga en la frente uno mismo con el dedo.
Hay otros más modernos que mandan hacer un sellito con la forma de la cruz y solo es cuestión de pasarlo sobre la ceniza, como si fuera una tinta y se pone en la frente como un tatuaje.
Mucha facilidad para poder conseguir la ceniza cuando antes era visto como algo muy celoso que solamente el padre o sacerdote de la iglesia era el único que podía ponérselo a los feligreses.
Es también un día en el que casualmente se llena los restaurantes de cada localidad repletos en las mañanas en donde las mujeres, principalmente señoras almuerzan o desayunan con la cruz de ceniza en la frente, siendo muy evidente que solamente se trata una postura de presumir que cumplen con el Miércoles de Cenizas. Pero eso sí, entre más grande sea la cruz, será más grande la devoción siendo exagerado su tamaño que es fácil de confundir si se trata de alguna broma o una trabajadora de alguna mina de carbón.
No importa el tamaño sino la fe y la convicción con la que se haga, pero la culpa no lo tiene el que tiene la insignia de la cruz más grande sino los extremos de la flexibilidad que la misma Iglesia ha tomado para no perder devotos. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria “Antonio Estrada Salazar” 2018) www.intersip.org