Negocio con los ilegales

Por Guillermo Robles Ramírez

Lo comentado en esta columna, no es ningún secreto ni mucho menos algo nuevo. Desde hace ya tiempo, diría hace dieciséis años para acá, la pasada por territorio mexicano de los centroamericanos que sueñan con alcanzar a pasar y llegar a los Estados Unidos, se ha convertido en un negocio redondo, no solo para los “pateros o polleros”, y crimen organizado sino también para los vigilantes de los trenes.

Por mucho tiempo, el “pollero” o bien llamados “patero” que se encarga de cruzar a los Estados Unidos a los centroamericanos, se enriquecieron antes del crimen organizado durante los años 2005 al 2007, cobrándoles desde mil quinientos hasta tres mil y cinco mil dólares a esta pobre gente que con sacrificio y muchos vendiendo sus tierras o pertenencias, reúnen la “cuota” fijada.

En tiempos actuales esa cantidad es insuficiente, ya que tienen que juntar hasta diez mil dólares para poder repartir entre “polleros”, crimen organizado, autoridades federales, es decir, Guardia Nacional, y sumarle la cuota a los guardias de las empresas de seguridad privada que contratan las empresas ferroviarias para evitar que vayan “moscas”, “coleros”. “trampas” o como usted les quiera llamar.

Ahora, centroamericano que se le encuentra oculto en alguno de los furgones que van rumbo al norte, si no paga cierta cantidad a los guardias privados o particulares de los ferrocarriles, va para abajo, así de simple, se le da un pequeño empujoncito y los afortunados caen en el suelo o tierra a un lado de los rieles y de los durmientes, resultando muchos golpeados y hasta con lesiones que los imposibilitan de por vida, pero al menos, lamentablemente es el consuelo “no perdió la vida bajo las ruedas de un furgón ferroviario”.

Igual, aquellos “trampas” que no pagan la cuota reglamentaria, son reportados telefónicamente o a través de radios a las policías municipales.

Por eso, no es sorprendente que con mayor continuidad o regularidad informan los medios de comunicación que la policía municipal detuvo, detecto y aseguró a un grupo de 10, 15 y hasta más centroamericanos cuando iban de “moscas” en los furgones.

Sin quitarle méritos a nuestras policías, al menos a las de Coahuila, si hemos de ser sinceros y realistas, no son lo suficientemente numerosas como para que vigilen las colonias y barrios y los centros comerciales y de pilón, ahora hasta los furgones del Sistema Ferroviario Mexicano, (Ferromex).

Ese cuento que se lo coman sus parientes, pues de hecho es imposible, al menos que esos desafortunados centroamericanos hayan sido denunciados por las policías privadas que vigilan el buen paso de los trenes.

Algunas de nuestras autoridades conocen este nuevo negocio con los centroamericanos y del que guardan silencio y se convierten en “celosos” guardianes de la sociedad coahuilense para no acabar con esos “ingresos extras”.  (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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