México, 4 ene (PL) La pista de hielo en el Zócalo del Distrito Federal recibe hoy y cada día miles de visitantes, empeñados en patinar al compás de la música, o tambalearse y caer si falta entrenamiento.
Quienes por primera vez disfrutan de la aventura son advertidos de que los patines deben solicitarse de la talla exacta, atarse de la forma correcta y dejar familiares mochilas, carteras y todo cuanto pueda estorbar en esos momentos de distracción.
De 10.00 a 22.00, hora local, se abre la pista de hielo: un área de acceso general se extiende poco más de dos mil metros, y hay dos espacios circulares de 600 metros, uno pensado especialmente para niños; y otro dedicado a los adultos mayores y discapacitados.
Lázaro Aquino, de la Secretaría de Gobernación del Distrito Federal, destacó a Prensa Latina que la pista de hielo del Zócalo capitalino es la única que ofrece atención personalizada a adultos mayores y discapacitados, y está considerada entre las cinco más grandes del mundo.
Algunas familias lamentan el patinaje limitado a 50 minutos, pero hay que dar paso a quienes esperan para deslizarse por la pista, la cual tiene unas focas de plástico naranja en las cuales apoyarse y recuperar el equilibrio.
Un grupo de 730 jóvenes secunda la propuesta recreativa -que comenzó el 15 de diciembre y se extenderá hasta el 11 de enero- al informar a los paseantes, ocuparse del registro, accesos, reparto, almacén, amarre y ajuste de patines, y el monitoreo en el hielo.
Además de la pista se encuentran a disposición del público dos toboganes -uno para niños y otro para adultos, destinados a quienes desean diversificar el paseo y las destrezas-, y rampas y caminos de hielo.
Uno de los asistentes confiesa a Prensa Latina que prefiere deslizarse por el tobogán, más que el patinaje, por la emoción del descenso, aunque disfruta las dos opciones cada invierno.
Servicios de salud, de seguridad y bomberos respaldan este programa que cumple ocho años y mantiene, sobre todo los fines de semana, unas largas filas de espera; según funcionarios, cada hora entran unas mil 700 personas a los diversos espacios, y esperan un total de más de dos millones de visitantes.
Para remarcar la experiencia, un Árbol de Luz instalado en el área brinda un espectáculo con lámparas de colores y una esfera central donde proyectan imágenes de la Ciudad de México.
Y aledaño al Zócalo, en el corredor peatonal de la calle Madero, transcurren las llamadas Nevadas Increíbles, la sensación de ver caer la nieve, otro divertimento más para la recreación antes de abandonar la zona y concluya el programa capitalino de Actividades de Invierno.