Por Guillermo Robles Ramírez

No hay que ser iluso como AMLO, al pretender representar a los mexicanos con la imagen de un solo empresario como es Carlos Slim Helú, solo porque a él le endulzaron el oído y el empresario está haciendo negocio, ante una deceleración económica existente en estos momentos.

Hablar de México no se trata de una persona sino de más de 126 mil millones de mexicanos y solo porque una sola persona le siguió la corriente ya que obviamente el empresario Carlos Slim tiene proyectado invertir aproximadamente 100 millones de pesos en obras de infraestructura en el sexenio de AMLO. Obviamente que es empresario y por algo tiene mucho dinero, es decir, nada es gratis en esta vida.

Andrés Manuel López Obrador se ha empeñado en afirmar que el país tiene un crecimiento económico y desacredita indicadores realizadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, cuando este organismo autónomo es el único método estadístico más real que existe en México puesto que cuenta con el personal necesario para llevar acabo la recolección de información; pero sobre todo el tamaño de la muestra a investigar siempre será mucho mayor que cualquier negocio particular reconocida, ya que no solo sus encuestas se hacen en millones de hogares sino  también en establecimientos.

No hay que ser un especialista en la economía, sobra y basta que pregunte a los mexicanos o mejor a las amas de casa que hacen las compras del mandado si les rinde el dinero para poder llevar lo necesario en casa.

También que les pregunte a los empresarios de otros países el por qué ya no les interesa invertir en México. Ahí están indicadores que no vienen del INEGI, como lo fue en el mes de junio del presente año cuando bajamos del lugar 12 al 13 como destino de Inversión Extranjera Directa (IED), información dada a conocer por la Conferencia de Naciones Unidos sobre Comercio y Desarrollo. Y meses después bajamos más hasta llegar a la posición número 25.

El juego de palabras que utiliza Andrés Manuel López Obrador, es muy engañoso ya que en efecto ha bajado el nivel de corrupción por la sencilla razón que no hay participaciones federales, es decir, si no hay dinero tampoco existe nada que robar y eso es una formula muy ridícula ya que al frenar el desarrollo económico por medio de instituciones de gobierno o lo que es peor participaciones que genera entidades federativas productiva como la nuestra, es decir, Coahuila; evidentemente comunidades como la nuestra no lo ven justo.

Coahuila es considerado una entidad productiva que aporta de manera importante recursos tributarios muy importantes al país, se ha visto castigado por un presupuesto general, así como presupuestos federales directos a municipios se han visto afectadas o reducidos drásticamente.

Hay que reconocer que ante la desconfianza de un panorama económico y carente se inversión pública, el mandatario de Coahuila, el Ing. Miguel Ángel Riquelme Solís; en lugar de estarse quejando públicamente se ha puesto a trabajar y cumplirle a los coahuilenses poniéndole su hombro a cada una de las 38 cabeceras municipales de la entidad.

Programas y obras implementadas en todo Coahuila, han sido ejemplares para otras entidades federativas y motivo de felicitaciones al gobernador de manera pública en las veces que Andrés Manuel López Obrador a visitado a los coahuilenses.

Recortar presupuesto no solo acaba con la corrupción sino también frena la economía nacional y así como la inversión extranjera. México se trata más de una sola persona y es mucho más complejo que el beneficio para un empresario que tiene la solidez financiera para soportar cualquier crisis interna.

Y tampoco se debe de confundir las ganas de trabajar del Gobernador de Coahuila y sentarse con un buen equipo de trabajo para crear programas y obras de infraestructura que favorezcan a nuestra entidad, pero en definitiva no se le debe nada al gobierno federal. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018) www.intersip.org