Mejor como antes

Por Guillermo Robles Ramírez

Veo con agrado, por una parte, pero por la otra, con desagrado, que nuestros policías municipales ya no son como los de antes. Ahora son más entrenados y capacitados, más que antes y su esencia e imagen, es mejor que la de antes. El único problema es que actúan con la misma indolencia e indiferencia que los de antes, particularmente aquellos que son asignados a las cuestiones viales.

            En mis recorridos por las distintas ciudades del Coahuila y de manera particular por Torreón, Saltillo, Monclova, Piedras Negras, Acuña y otras ciudades más, veo con tristeza que en materia de educación vial no avanzamos en algunos casos, y la indiferencia de los policías viales radica en que prefieren callarse o voltearse para fingir que no ven nada.

            Los peatones seguimos cruzando las calles a mitad de las calles y no en los puntos en donde indican con señalamiento pintado en el piso que es donde debemos de cruzar, siendo la mayoría de estos en la esquina de cada cuadra en donde se encuentra un semáforo.

            En las avenidas en donde hay más peligrosidad y existen puentes peatonales para poder salvaguardar a las personas, son ignoradas por la misma ciudadanía y cruzan por debajo de ellas.

            Cada vez es mayor la omisión por parte de los conductores los señalamientos de semáforos y alto total, así como la invasión de los carriles peatonales en donde se ha convertido en una normalidad que vehículos particulares, así como de empresas que se suben para dejar algún producto o servicio al comercio; en donde la gente se ve obligada a tener que sacarle la vuelta a la unidad bajándose al carril del paso de los carros y camiones.

            La carencia de cultura vial de saber cuándo ceder el pase porque todo conductor piensa que lleva la preferencia desde que sale de su casa u oficina, siendo el uso del claxon para que se apure una persona a cruzar la calle. Aunque también hay que decirlo que muchos jóvenes les gusta retar a los conductores con su escudo protector de invisibilidad, otros distraídos escuchando música, y la utilización del celular al ir caminando para ver redes sociales o enviar mensajes.

            Y, lo peor, que todo se hace delante de los policías viales, y ellos, es decir, los agentes de vialidad; que se entiende y supone fueron entrenados y capacitados mucho que aquellos de cinco o más años atrás, no hacen nada o están distraídos bajo la sombra viendo su celular.  Además, que ganan como sueldo más dinero que antes, y se supone fueron entrenados y capacitados para orientarlos y hacerlos respetar las reglas de vialidad, lo permiten. Esto sí que es el acabose.

            Me pregunto y me respondo yo mismo. ¿Por qué somos como los burros, que solo caminamos con el garrote?, y me contesto: Pues que lo apliquen, porque estoy seguro de que el día en que a los peatones los empiecen a infraccionar por cruzar a mitad de calle, no respetar los semáforos y violar otras reglas que nos corresponde como transeúntes, nunca se van a educar, pero también, mientras aquellos policías viales modorros, indolentes e indiferentes, el burro no entenderá.­

            Dinero público solamente tirado a la basura en tanta capacitación y entrenamiento. ¿Para qué perder tanto tiempo? ¿Para qué tanto ruido si son tan poquitas las nueces?

            Yo diría que mejor quedáramos como antes. Así no dolería por todo el dinero que se gasta en capacitar a los policías. Para qué capacitar a los policías de esta generación y pagarles mejor, si seguimos igual que antes. Indiferentes e indolentes como autoridades y mal educados, desobedientes y hasta prepotentes. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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