Madres asesinas

Por Guillermo Robles Ramírez

En el año 2005 por ahí, en el mes de mayo, recuerdo de un suceso que mi padre, Carlos Robles Nava, se quedó más que sorprendido, preocupado por su magnitud y atrocidad.

Él pensaba que ya había visto todo, pues unas de sus fuentes periodísticas que le tocó cubrir en su juventud fue la policiaca, así como también la fuente de la desaparecida Federal de Caminos.

Hablo de aquel crimen de 18 años atrás, de una pequeña de tan solo 4 años de edad, quien fuese asesinada por su propia madre. La niña de nombre Brenda, quien fue degollada con un cuchillo, tras un momento de ira, enojo o cualquier circunstancia mostrando lo inhumano de los hechos y algo que sucedió en Saltillo.

Recuerdo muy bien que se cuestionaba “¿a dónde vamos a llegar?”, y su preocupación iba encaminado por las futuras generaciones, por su nieto, y nieta, y por los futuros hijos de sus nietos.

Don Carlos tiene cuatro años de fallecido, así que ya no le tocó leer lo sucedido años posteriores como otros asesinatos que hubo aquí mismo en la capital de Coahuila, como fue el caso de Ana María, quien confesó haber fingido la muerte de un bebe de cinco meses para posteriormente dejar su cuerpo abandonado en un terreno baldío, eso en el año 2020.

Tampoco vivió para enterarse un año después, es decir, en el 2021, de otra madre que mató a su hija de tan solo 1 año de edad cuando Olivia golpeo a su hija con un objeto, también en Saltillo, Coahuila.

Desconozco si existen más expedientes abiertos o concluidos sobre madres asesinas en Saltillo, pero al menos de los más sonados en los medios se encuentran los anteriores.

En algo no se equivocó mi papá, pues decía que no solo se habían perdido los valores humanos, así como la misma deshumanización, y pérdida de sensibilidad y amor no solo para el prójimo; sino también a los propios como los hijos, padres, hermanos, nietos, etc., porque ya se está haciendo común ver en las noticias del abuso sexual del abuelo para con la nieta o nieto que es lo peor.

Igual, nos resulta ya normal, el hijo y hasta hija que golpea a su padre o madre y no se diga de otros males que nos ha llegado a la humanidad como son las drogas, el alcoholismo, etc.

Se repetía, ¿a dónde vamos?, ¿qué nos falta ver y sentir todavía?, a lo que ahora yo mismo me hago las mismas preguntas porque ahora tenemos niños sicarios y se ve como algo normal, es decir, ya no impacta a la sociedad.

En las escuelas, las autoridades, las iglesias de cualquier religión y otros muchos organismos no gubernamentales nos hablan de valores éticos y humanos, pero en ¿verdad necesitamos esas pláticas y orientaciones o requerimos de otro tipo de ayuda?.

Aquellas madres asesinas que han recibido su castigo o sentencias por parte de las autoridades, han dejado muy claro que no son suficientes para reducir hechos inhumanos y crueles.

Dudo que en algo ayude, pero la verdad es que debe a todos preocuparnos de saber a dónde vamos y hasta dónde podemos llegar, no por nosotros, sino por las próximas generaciones.   (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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