LOS VIAJES GUAJIROS

Muchas son las justificaciones para cualquier mandatario sin importar el color de su partido que lo llevó al triunfo para hacer viajes al extranjero. Desde alcaldes, gobernadores y presidentes de la república visitan países fuera de México con el afán de cumplir agendas de compromiso y búsqueda de inversión, al menos eso es lo que siempre dicen ellos.

En un comparativo de los últimos tres presidentes de México, respectivamente, en su primer año de gobierno se incrementaron estos viajes a otros países para cumplir con compromisos internacionales y posicionar al país, tenemos que Vicente Fox Quesada visitó 18 países en casi tres meses, Felipe Calderón 17 países, en alrededor de mes y medio, y Enrique Peña Nieto,  20 naciones durante poco más de dos meses, todos aplicaron la misma fórmula para justificar las visitas alrededor del mundo.

Lo mismo lo hacen gobernadores y alcaldes del país aunque en una escala más pequeña y de acuerdo a su presupuesto, obviamente con erario público es decir, con dinero de nuestros impuestos.

En apariencia dichos viajes suenan como cosas buenas para cada entidad, pero sobre todo aquellas realizadas por los presidentes de la república de las cuales tanto como gobernadores pero sobre todo los mexicanos, esperan resultados positivos para reactivar la economía pero el resultado de éstos viajes siempre resultan desalentadores porque en todos sus casos quienes van a otras naciones dicen siempre lo mismo al igual  que el supuesto interés de querer invertir en México, pero dejando pasar el tiempo, la gente se le olvida de aquellas visitas realizadas con dinero de los ciudadanos y nunca llegaron aquellas empresas o las inversiones tan grandes como siempre se anuncian.

Todas esas visitas si las sumamos al final de cada administración de gobierno tanto federal, estatal y municipal, estamos hablando que si realmente fueran efectivas, México tendría otro panorama económico al que tiene hoy.

Cada vez los ciudadanos ponemos en duda cuál es el beneficio de tantos viajes porque los corporativos siguen allá en sus países de origen. Y muchos empresarios nacionales se preguntan si hay algo bueno que pueda ofrecer nuestro país como para invertir en el nuestro, es decir, cuáles son los beneficios y estímulos fiscales como para seducir a una compañía e invertir en México, cuando analistas en la economía observan un freno nacional con las nuevas reformas fiscales y laborales propuestas por Enrique Peña Nieto y aprobadas por los legisladores.  Solo basta con ver el incremento de la tasa de desempleo para tener un diagnóstico de lo que sucede dentro del país.

De nada sirve reformas laborales, de comunicación, energéticas y hacendarias cuando cada vez es mayor la incidencia de los negocios pequeños que cierran, las empresas grandes buscan mejores estímulos fiscales en esas naciones que los presidentes de la república mexicana han visitado porque no solamente son atractivos para invertir sino también les ofrecen terrenos para instalarse, comunicaciones, electrificación y todo aquello que conlleva una infraestructura necesaria. México qué es lo que ofrece para sus propios inversionistas y generadores de empleo nacionales.

Mientras los mandatarios, sin importar el color de la bandera partidista, sigan viajando al extranjero con falsas justificaciones porque todos cuando llegan al poder siempre nace el corazón de viajero y conocedor del mundo pero obviamente con dinero ajeno son de los grandes privilegios que se dan mientras que nadie del Congreso se oponga por el gasto tan elevado que representa.

Cuando nuestro país tenga las condiciones propicias y estímulos fiscales tanto para las empresas nacionales como las extranjeras, las inversiones vendrán por si solo sin necesidad de estar tocando de puerta en puerta engañando a los mexicanos y a quienes se vanaglorian del sueño guajiro con sus viajes para dejar que el tiempo olvide la causa. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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