Las dos corcholatas sucias 

Por Arturo Ríos Ruiz 

* Claudia y Marcelo manchados 

* Comparten L12 y más culpas 

Dos de los destapados por AMLO, están manchados y tienen cochambre, su pasado los condena con la imagen sucia de sus actos que rallan en lo delictivo y que la, brincaron, con el manto protector del propio presidente al que le deja una estela de complicidad.   

Fácil se deduce a quienes nos referimos: Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, a ambos se les advierte que no deben gobernar desde la Presidencia, su pasado los censura como irresponsables al máximo, al grado que ni siquiera deberían estar en esa palestra. Su valija está muy gorda de males que los podrían acabar. 

Claudia:  El 19 de septiembre de 2017, explotó la tragedia en el colegio Enrique Rébsamen sepultando a más de 40 personas. La estructura era “completamente pobre”, no contaba con columnas en las ampliaciones donde construyeron la casa de la directora y las paredes eran una “porquería”. Aseguró Carlos Valdés González, titular del Centro Nacional de Prevención de Desastres. 

La averiguación previa acusó al director de obra y a quienes resultaran responsables por las irregularidades en el otorgamiento de las licencias y la supervisión de las obras. Mientras que Shienbaum solo se deslindó de los permisos en conferencia de prensa. Era la delegada. 

Linea 12: Familiares de víctimas de desde hace un año, fueron 26 muertos y un centenar de heridos, presentaron un peritaje del ingeniero arquitecto Tomás Andrade Ramos, que definió deficiencias en el mantenimiento como causa del desplome. A Claudia de tocaba ejercerlo. 

Marcelo: En 2004, como jefe de la policía de la capital, a tres policías, en Tláhuac, los golpearon, les rociaron gasolina y los quemaron vivos. Dos de ellos fallecieron en el lugar, mientras el tercero se debatió entre la vida y la muerte en un hospital y aún se esconde. Marcelo, llegó tarde y no tuvo explicación convincente. 

En 2015, después de salir del Gobierno de la ciudad, sintió calambres con temor a Miguel Ángel Mancera, su sustituto, por desmanes en la Línea 12, y salió de México a París en un vuelo de Lufthansa al perder el acceso a una diputación plurinominal. Buscaba fuero.

Ambos cuentan con la protección del presidente, es obvio, de lo contrario con todo y esas manchas tan negras no estarían ni siquiera en el gabinete, pero ahí los tenemos hasta elevados para la sucesión. Eso se llama complicidad.

Pero, júrelo lector, en su momento, esos antecedentes y otros más, mancharán a cualquiera de los dos en caso de llegar ser candidatos y la paliza será fenomenal, son actos que los perseguirán públicamente por siempre y en su conciencia. 

Queda Adán, que no está limpio, como notario de AMLO, cometió anomalías para favorecer su jefe, como la supuesta “herencia”, de su esposa, del rancho que fue de su esposa Rocío Beltrán Medina, ella murió intestada, que repartió entre el mismo AMLO y sus hijos. 

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