No siempre la obra pública fue el principal enemigo del bien común. La obra pública se concibió como el detonador del desarrollo social. Por ejemplo, las presas contenían el agua, evitaban inundaciones, proveían el vital líquido a los poblados y ciudades, promoveían el desarrollo agrícola, aseguraban el cultivo de alimentos…

Ahora, la obra pública se está convirtiendo en sinónimo de desforestar, aniquilar a las comunidades y «aceitar» la máquina social de la «corrupción».

Se ha olvidado que la obra pública es tan importante como los recursos naturales, pues éstos nos proveen de oxígeno, agua, evitan el calentamiento global, proporcionan alimentos y materias primas para la realización de múltiples actividades industriales.

Parece que tanto el gobierno federal como el de la ciudad de México desconocen el ciclo vital. Nos dan a entender que obra pública es igual a destrucción de las comunidades y del equilibrio ecológico.

¿Qué se gana? Se realizan negocios multimillonarios que ante todo benefician a los políticos que otorgan los contratos y, a los constructores que obtienen grandes negocios. Los beneficios a la ciudadanía sólo son un pretexto, una forma de recaudar más dinero de quién lo tenga, una forma de marginar al que menos tiene, como lo fue la Supervía Poniente, que no resolvió el tránsito en aquella zona de la ciudad, pero si generó utilidades nada despreciables para las constructoras extranjeras, como OHL y sus cómplices nacionales de COPRI.

También «sospechamos» que produjeron significativas ganancias a varios funcionarios de alto nivel que decidieron las licitaciones. Incluso hubo «previsores», que compraron grandes extensiones de tierra por donde pasarán las grandes obras públicas y que seguramente obtendrán utilidades muy significativas.

No estamos en contra de la modernidad, estamos en contra de las imposiciones que no respetan los recursos naturales, las comunidades y el patrimonio histórico, como es el caso del proyecto del Tren Interurbano y el Viaducto Elevado que se pretende pasar por en medio del Pueblo de Santa Fe.