La lucha por el poder

Los entramados de la política son muy complejos.

Las acciones que ha emprendido el recién asumido gobierno de la República Mexicana, que tienen la intención de combatir cada una de aquellas prácticas que derivaron en la casi extinción de PEMEX, la empresa más productiva de la nación y el apoyo a los sectores más golpeados por el sistema económico, con la finalidad de estrechar la desigualdad social, no debería generar descontento alguno, sin embargo, las recientes manifestaciones, nos hablan de una percepción diferente.

Es evidente que el cambio de gobierno, dio un vuelco radical a los estilos de gobierno de los tres sexenios anteriores.

Los sectores que fueron privilegiados durante los tres gobiernos anteriores, siempre tuvieron clara la postura del actual titular del ejecutivo.

Sabían con certeza que, si él asumía la titularidad del ejecutivo, las condiciones cambiarían.

Fue por ello que de manera radical se convirtieron en los promotores de la oposición durante las tres ocasiones en que López Obrador se postuló como candidato a ocupar la máxima magistratura del país.

Después del descarrilamiento de sus candidatos, producto de la masiva votación popular hacia el actual presidente, mantuvieron la esperanza de que el cambio fuera menos radical, sin embargo, durante los primeros meses de gestión, vinieron a confirmar lo que en principio tanto temieron.

Es evidente que las acciones del gobierno obradorista, ha comenzado a modificar el statu quo creado por los anteriores gobiernos, a través de los cuales los emporios industriales, multiplicaron sus riquezas, en detrimento de las mayorías populares, que vieron afectado sexenio tras sexenio el poder adquisitivo de sus salarios y con ello, padecer la extensión del abismo de la desigualdad social.

Habituados a la manipulación de las masas a través de los medios de información y comunicación, los dueños del dinero han comenzado a emprender acciones tendientes a socavar las bases de apoyo del gobierno Lopezobradorista.

Las manifestaciones contra el gobierno son solo una muestra de las acciones emprendidas por dicho sector que ha mostrado desde hace varias semanas su firme propósito de desestabilizarlo. Para ello, han retomado las campañas de terror, en las que al estilo de Dick Morris y Antonio Solá, han comenzado a sembrar la idea de que Obrador tiene un estilo autoritario, situación que pone en riesgo las principales libertades y el sistema democrático en su conjunto.

Hasta el momento, los esfuerzos por levantar protestas masivas han fracasado, sin embargo, sería un error considerar que el grupo promotor está rendido.

Saben perfectamente que cuentan con todos los recursos económicos para implementar medidas que los conduzcan al logro de su principal objetivo: recuperar el poder político.

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