La dignificación cuesta y mucho

La compra clandestina de cartuchos o balas por parte de los elementos de la policía municipal de Saltillo, no es algo exclusivo a éste municipio, sino es algo generalizado en gran parte de la República Mexicana en donde es considerado este problema un secreto a voces que se ha dejado crecer ante la carencia que tienen los cuerpos policíacos locales de cada entidad.

No es una justificación valida, pero sí una realidad que para comenzar en México el sueldo de un policía no es suficiente como para llevar una vida digna y fuera de las tentaciones de cometer éste tipo de delitos o la extorsión con la clásica “mordida” no solo para sacar adelante su trabajo sino también para sostenimiento de la familia.

Hace veinte años en la ciudad de Torreón tuve la oportunidad de platicar con algunos policías locales que ya entrados en confianza se abrieron a la sinceridad sobre la situación que la mayoría de ellos pasan, así como las condiciones de trabajo que los orillan a tener que hacer cosas ilícitas para sobrevivir al menos como elementos de seguridad.

En aquella época aparte de que los sueldos no justifican el alto riesgo a lo que enfrentan una vez egresados de la academia les proporcionaban solamente cinco balas, además que contaban con un solo permiso para portar armas para varios elementos.

Aquellos quienes necesitaban practicar o tener más balas se veían obligados a tener que comprarlas en el mercado negro de Torreón, puesto que el permiso era resguardado por las mismas autoridades y los elementos policíacos que no compraran el “parque”, definitivamente estaban en total desventaja contra cualquier enfrentamiento por dos sencillas razones; la primera que solamente tenían cinco oportunidades para abrir fuego y la otra que evidentemente a la falta de práctica no se tenía la puntería para acertar a cualquier objetivo para neutralizar un acto violento.

Lo que también era una realidad es que hace 20 años no existía la misma violencia con la actual entonces era muy raro que se vieran obligados a tener que usar las armas de fuego.

Me llamó la atención en aquel entonces que no solo conseguían balas en el mercado negro sino también ellos mismos te conseguían o revendían las balas en caso de que tuvieras alguna arma en especial.

En otra ocasión, me sorprendió en donde una vez me llegaron a ofrecer la venta de armas cortas, como también la conocida “cuerno de chivo” a lo cual evidentemente nunca acepté, pero si llenó mi curiosidad suficiente para cuestionarlos el por qué estaban recurriendo a éste tipo de prácticas comerciales ilegales, lo que a su respuesta me dejó sin comentarios que necesitaban juntar dinero porque habían entrado con la unidad policíaca a una colonia conflictiva atendiendo el llamado de una urgencia y por desgracia fueron atacados a pedradas dañando la unidad siendo este el motivo para la recolecta de dinero por su cuenta porque se les era descontado de su sueldo la reparación del daño aunque fuera parte de sus labores policíacos.

Hasta entonces entendí por qué muchas unidades policíacas locales evitan la entrada a colonias conflictivas en donde las patrullas son recibidas a pedradas, pero no solo eso sino también el motivo de esas prácticas de recurrir al mercado negro y también formar parte de esta cadena de comercio informal en donde los elementos policíacos tienen que comprar hasta su propio equipo y uniforme.

Han pasado veinte años y he tenido la oportunidad de platicar con estos elementos policíacos no solo en Torreón, sino también en Saltillo, Piedras Negras, Monclova, así como de otros municipios de la entidad de Coahuila, pero no siendo suficiente con eso también con funcionarios públicos de seguridad que han tenido la oportunidad de laborar en otros Estados del país y estas viejas prácticas todavía continúan en donde lo único que varía es que en lugar de cinco balas ahora les dan cartuchos dependiendo el municipio varía entre uno o más y el resto los tienen que conseguir al igual que la venta del equipo y accesorios que usan.

Si la sociedad quiere policías dignos, antes que nada, la misma autoridad tiene la obligación de dignificar a los cuerpos policíacos comenzando con sueldos acordes como los policías que tanto admiramos estadounidenses en donde la tentación a la corrupción está fuera de su alcance porque están bien pagados. Seguros de vida o pensiones dignas a familiares en caso de fallecimiento en el cumplimiento de su deber. Equipamiento suficiente no solo como chalecos blindados sino todo lo que sea necesario para mantener la integridad física ante cualquier enfrentamiento con el crimen, así como los seguros de vehículos para que no tengan que pagar los daños cuando éstos sean apedreados en el mejor de los casos porque ahora cualquier asalta tiendas porta con un arma de fuego. La lista podría seguir pero el estar dependiendo solamente de SUBSEMUN es una posición muy cómoda para nuestras autoridades cuando nuestros diputados locales y federales ganan millonadas sin tener que arriesgar el pellejo. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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