Juicios y Prejuicios
En riesgo las pymes por lavado de dinero
Las pequeñas y medianas empresas que operan en México se enfrentan a obligaciones que no estaban acostumbradas, que les requiere duplicar su trabajo administrativo y que les hace perder tiempo, lo que dificulta su actividad ante el peligro de ser utilizadas para lavar dinero, obligándolas a conocer la ley y cuáles son sus debere porque ignorarlas o no cumplirlas les puede ocasionar sanciones económicas que pueden ser de hasta 4 millones de pesos e incluso ser considerado parte del crimen organizado.
Por eso es importante que las pymes conozcan la conocida como Ley de Lavado de Dinero, cuáles son sus responsabilidades y qué es lo que tienen que hacer para cumplir, insiste el contador público Javier Honorio López, quien colaboró en la PGR en la Unidad Especializada en Investigación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita y de Falsificación o Alteración de Moneda como responsable del área de dictámenes contables para delitos financieros.
“El incumplimiento de esta ley trae sanciones económicas que pueden llegar a ser de hasta 4 millones de pesos o más cuando hay una negativa reiterada a cumplir con las obligaciones de reportar las operaciones, que es la sanción más importante, y que puede tener penas corporales que pueden llegar a los 10 años de prisión de acuerdo con el artículo 400 bis del Código Penal Federal”.
Pero lo grave –advierte- es que a un pequeño o mediano empresario por su reiterado incumplimiento se le pueda considerar que forma parte de una red de delincuencia organizada “e incluso pueda llegar hasta perder su libertad porque aún subsiste la figura de arraigo, modificada y de menor tiempo, y en lo que se averigua lo pueden retener hasta por 80 días sin ningún problema”.
El asunto se complica porque el empresario –pequeño o mediano- tiene que mostrar a la autoridad que no está participando en el lavado de dinero, pero la ley puede estar de su lado cuando establece los controles de seguridad que la misma prevé y contar con un “seguro de protección” para en caso de que le lleguen a requerir información este diga “yo hago mi actividad y sí la reporté a la autoridad de que estaba viendo algo inusual con este cliente”.
¿Qué le podría ser más atractivo a un pequeño y mediano empresario para conocer la ley? Porqué habría de decirles a los pymes conoce esta ley, si este puede decir yo soy un pyme, no me meto en problemas?, se le interroga.
-Es que son operaciones del día a día. Por ejemplo, las inmobiliarias son la actividad del uso o goce temporal de un inmueble, la cual está incluida en las actividades vulnerables de la ley, aunque todos estamos sujetos. Un grupo de empresas aunque sean pequeñas, a lo mejor se prestan entre ellas o el propio accionista de una empresa pequeña a lo mejor la está fondeando con recursos propios a su empresa, lo que se asemeja al préstamo, y tiene que demostrar de dónde está recibiendo él esos recursos y su empresa está obligada a identificarlo y preguntarle por qué le está haciendo un préstamo y tiene que reportar de dónde vienen esos recursos. Son actividades en las que uno se olvida que las está realizando en el día a día.
Muchos de los pequeños y medianos empresarios no tiene la capacidad administrativa para cumplir con unas obligaciones que la autoridad es la que debe realizar pero que cómodamente se las endilga a los particulares, por lo que el riesgo en que se las coloca es enorme, y a veces por actividades que han realizado durante un tiempo sin tener que reportarlas como sería el caso de las empresas que les otorgan préstamos a sus empleados.
“Y que pueden ser para una emergencia y rebasan los cien mil pesos, lo que constituye una actividad vulnerable que tiene que estar reportando porque lo hace de manera recurrente, aunque sea para sus empleados, porque la autoridad lo que está buscando es que se amarre la fuente de los ingresos de todas las personas físicas y morales contribuyentes del Impuesto Sobre la Renta”, nos dice quien es uno de los pocos miembros certificados de la ACAMS –siglas en inglés de la Asociación de Especialistas Certificados en Lavado de Dinero) en México.
Otro caso sería cuando una compañía que a lo mejor tiene cuatro o cinco unidades para su reparto, y que las vende cada año o que se las da de beneficios a sus empleados, entonces, el enajenar esos automóviles también es una actividad vulnerable y tiene que reportarla.
-Ahora yo tengo que aprender a declarar porque el recibir un financiamiento no es un ingreso acumulable para efectos del ISR, pero sí lo tengo que poner como información para que la autoridad sepa que ese ingreso o ese depósito que va a aparecer en mis cuentas bancarias tiene un origen lícito y no es gravado, es solamente de carácter informativo. O cuántas veces vendíamos nuestro inmueble y no reportábamos a la autoridad fiscal por temor a que nos fueran a gravar, cuando a lo mejor lo que nos faltaba era información porque la compraventa de casa-habitación tiene una parte exenta. Y si se llegaba a ese límite exento nada más lo único que se tenía que poner era vendí este inmueble a tal precio y obviamente si me excedo calculo mi impuesto y si no me excedí, entonces nada más es de carácter informativo.
Ante tantas obligaciones que tienen los pymes, el experto informa que se han recibido muchos reclamos por tantos controles que debería de ejercer la autoridad y no los particulares, por tantos controles.
“Volvemos a que de manera mensual se presenta una declaración de los ingresos que se obtiene por cada una de las personas, existen las facturas electrónicas que ya tienen las referencias de los RFC, existen declaraciones de operaciones con terceros, donde se mencionan los montos respectivos, y todo este tipo de información ya lo tiene la autoridad, y ahora hay que volver a repetir esa misma información en un formato específico a donde le voy a decir a la autoridad que a pesar de que ya te lo reporté en la declaración de operaciones con terceros, ahora te lo voy a reportar también en esta información para efectos de que sepas que soy de actividad vulnerable y que estoy realizando esta operación también”.
Una duplicación de información además de que la autoridad no está considerando el riesgo al que están expuestas las empresas porque a veces llega la delincuencia organizada y le dice ”participas en este esquema o te mato”, y la violencia es tal que a veces las empresas se ven involucradas en estos esquemas por amenazas.
“Y entonces el empresario tiene una disyuntiva o colabora o emigra de la localidad en donde está, arruinando o cerrando su empresa, y esa parte no la está contemplando la autoridad, que es una función de riesgo para los negocios”, concluye el contador Javier Honorio López.
¿Qué esperamos de una Reforma Hacendaría?
Aumentar impuestos y gravar más a los causantes cautivos, sería la solución fácil que autoridades y políticos –legisladores- sin imaginación y limitada capacidad adoptarían para aumentar la recaudación, y no petrolizarla con recursos que dejarían a Petróleos Mexicanos sin capacidad para conseguir autosuficiencia.
Los partidos políticos y el gobierno maquinan gravar alimentos y medicinas, con la salvedad de que en los primeros se exentaría una canasta básica y se gravaría sólo los alimentos suntuosos, y en las segundas no se gravarían las medicinas destinadas a tratar enfermedades crónico degenerativas.
En uno y otro caso, se sabe que en el caso de los alimentos, la canasta básica de alimentos no garantiza que la gente de escasos recursos pueda tenerla a su alcance si enfrenta cotidianamente aumentos en los artículos que la integran –como jitomate, huevo, carne de pollo- y en las medicinas, un gran volumen de estas son adquiridas por las instituciones de salud –IMSS, ISSSTE, Secretaría de Salud-, y que las medicinas ya de por sí son caras aunque no sea para tratar enfermedades graves.
Y si se quiere gravar esos rubros, una contribución eficaz sería generalizar el IVA a todos los productos, pero con una tasa menor que podría ser no del 16 sino del 10%, o menos, que pagaría incluso quienes están en la economía informal. Y mantener o aumentar los impuestos a las bebidas alcohólicas con graduación superior a los 20 grados GL, al tabaco y a los azúcares (con lo que se combatirían las adicciones y la obesidad y el sobrepeso).
Gravar más e “inventar” nuevos impuestos o consolidar otros estaría lejos de la esencia de un proyecto de Reforma Hacendaria o Fiscal. Deben pensar los sesudos analistas hacendarios en crear estímulos fiscales para la generación de empleo y reinversión.
Lo que sería una solución sería aumentar la base de contribuyentes para que quienes no pagan impuestos y deberían hacerlo por estar en la actividad económica lo hagan, como es el caso de la informalidad. Aquí es donde la imaginación y la capacidad intelectual de gobierno y políticos debería demostrarse. ¿Cómo hacerle? Ese es el reto.
Los empresarios pequeños y medianos esperan que el ISR baje de 30-32% al menos la mitad para incentivar no sólo la inversión sino el pago de impuestos y reducir la elusión y la evasión fiscal, además de eliminar el IETU, cuya aberración es ser el tapón para que no se eluda el ISR y que no siempre se logra.
Además, las pymes –y las personas físicas- desearían una simplificación en el pago de impuestos para no necesitar de una estructura encargada de hacerlo y tampoco de contadores, lo que incrementaría la recaudación.
Aunque ya la Secretaría de Hacienda adelantó que pondría fin a la consolidación fiscal y se daría mayores facultades a estados y municipios para recaudar, sobre todo en impuesto predial que en México, deja una recaudación equivalente al 0.3% del PIB, que se compara baja con el 2% que en promedio captan países de la OCDE.
Fortalecer la capacidad financiera del Estado mediante la eliminación de privilegios, en particular el régimen de consolidación fiscal que permite a las empresas que en México son alrededor de 400 grupos que se benefician de ese régimen, entre los que destacan Alsea, América Móvil, Cemex, Cydsa, Grupo Elektra, Grupo Carso, ICA, Gruma, Grupo Peñoles, Televisa, TV Azteca y Kimberly Clark de México, entre otros.
Es decir, las empresas de los poderosos de México, a los que Andrés Manuel López Obrador llama los “dueños de México (Carlos Slim, Emilio Azcárraga Jean, Ricardo Salinas Pliego, Zambrano, entre otros).
En 2013, la SHCP cuantifica en nueve mil 554 millones de pesos la renuncia recaudatoria por mantener este privilegio, mientras que la expectativa, de no eliminarse, es un “boquete” a las finanzas por nueve mil 942 millones de pesos. En ambos casos, representan 0.05% del PIB.
Las empresas pertenecientes a un mismo grupo económico, denominadas controladas y controladoras, consolidan sus resultados fiscales. La controladora determina el resultado final de manera consolidada.
El régimen de consolidación permite diferir el pago de ISR al compensar las pérdidas de una o más empresas del mismo corporativo contra las utilidades de otra u otras, así como los dividendos contables que se distribuyen dentro de las empresas del grupo que consolida, sin el pago de impuesto sobre la utilidad que da lugar al dividendo.
Se propone eliminar también los subsidios, especialmente a la gasolina, porque solamente beneficia a las clases pudientes, pero afectaría a los transportistas y a los productores que trasladan sus productos del campo a las ciudades.
Para acabar con los subsidios a las gasolinas, se esperaría que estos se pudieran aplicar sólo a los “pudientes” y no a los transportistas, pero también que se considerara en reestructurar las refinerías con las que contamos y crear otras para dejar de exportar petróleo e importar gasolinas.
Otro rubro es el de las exenciones y las tasas cero; los regímenes especiales y los grupos exentos, que deben desaparecer para que todos paguen impuestos, especialmente las grandes empresas y los corporativos que son los principales beneficiados. Y que son un gran negocio para estos, mientras que el resto del sector productivo no tiene estímulos fiscales legales, por lo que optan por la elusión fiscal para poder sobrevivir y mantener las fuentes de trabajo.
Los mexicanos esperamos una verdadera reforma Hacendaria que disminuya impuestos para estimular la inversión y una política de reducción burocrática, así como optimización de recursos para mantener el tan deseado “déficit cero” que es la estrellita en la frente a los responsables de la administración financiera del país, por parte de las calificadoras de deuda internacional. (Comentario escrito antes de que el Presidente Peña Nieto diera a conocer su Reforma Hacendaria y el Presupuesto de Egresos e Ingresos 2014)
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