Jesusa, a Panamá
Por Arturo Ríos Ruiz
* Mariguana, bailes y diplomacia
*Ya sabremos de su desempeño
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, informó que el gobierno mexicano solicitó el beneplácito al gobierno de Colombia para nombrar como nueva embajadora de México en ese país a Patricia Ruiz Anchondo. Sin duda, una buena carta, la dama es preparada, eficiente e inteligente.
Recordamos el “gallo” que Patricia le llevó al Subcomandante Marcos, cuando era novedad con su EZLN, con sentido de admiración ahora con pésima relación con el mandamás AMLO. Hoy, con otros tiempos, la dama ha madurado.
Para el gobierno de Chile se designó a Alicia Barcenas Ibarra, era secretaria ejecutiva de la Comisión Económica de América Latina y el Caribe, CEPAL, en la ONU. También se acepta, es bióloga y diplomática y se espera un buen papel.
Y para Panamá Marcelo se complació al anunciar como nueva embajadora de México en ese país a Laura María de Jesús Rodríguez Ramírez, mejor conocida como Jesusa Rodríguez. Un deschavetada amante y promotora de la canabis con desplantes alocados que no ofrecen nada más que ridículos.
Para ser designado Embajador o Cónsul General se requiere: ser mexicano por nacimiento y no tener otra nacionalidad, estar en pleno goce de sus derechos civiles y políticos, ser mayor de 30 años de edad y reunir los méritos asaces para el eficaz desempeño de su cargo. Mérito y eficacia no existen en la postulada. Pero la aceptó Panamá.
Panamá fue el primer país centroamericano en aprobar el uso del cannabis para fines medicinales y terapéuticos, el presidente Laurentino Cortizo sancionó y creó un marco legal regulatorio para su uso, acceso vigilado y controlado. Pero los blasones diplomáticos de Jesusa, seguramente la tendrán bien pertrechada.
Hay que anotar que, en el nombramiento de Jesusa, Marcelo Ebrard no tuvo que ver, fue una imposición del presidente sin tomarlo en cuenta y que tuvo que apechugar en una actitud de prudencia forzada, aunque en sus adentros se sienta ofendido, pero desea a toda costa su designación para la sucesión del 24 y esperará hasta comprobar su será o no el elegido. Lo más seguro es que no.
La observación es que el presidente no tiene respeto a la diplomacia, se ha exhibido en sus demandas a varios países iniciados con España con la exigencia de un perdón por la conquista, la misma pretensión al Vaticano y ni caso le hicieron; igual con Austria por el penacho de Moctezuma. La cauda es larga.
Esperemos no enterarnos de los desplantes estrafalarios de Jesusa en Panamá, pues actúa como demente en muchas ocasiones, como el bailar grotescamente en las calles como lo ha hecho muchas veces y convertirse en hazmerreir de los panameños.
Ya nos enteraremos cómo será su gestión, en el país centroamericano y las noticias que en surjan en su momento del papel, o papelazo de la nueva embajadora de México.
rrrart2000@hotmail.com y Facebook
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