Imposición al pueblo Azteca: Las Posadas
Por Guillermo Robles Ramírez
Marcado en nuestro calendario el día 16 de este mes, es decir, ayer se dio el inicio de las posadas. Aunque muchos iniciaron antes de esa fecha, no es ningún delito, ya que cuando se busca la diversión sanamente no es necesario justificarlo. Pero también hay que reconocerlo que una gran parte de la población, comenzaron con las posadas desde el mes de noviembre, y no tan sanamente, siendo más específico demasiado consumo de alcohol.
Lo cierto es que se trata de una tradición tan antigua que nació del paganismo y catolicismo para después pasar a una “diversión”, alcoholizada. Y es este sector en específico de la población a quienes se les ha olvidado que Las Posadas son la preparación que se tiene para recibir la Navidad.
Su existencia viene desde tiempos de la conquista, a finales del siglo XVI. Los misioneros españoles usaron los usos y costumbres que tenían el pueblo Azteca para recibir al solsticio de invierno, y la adaptaron para inculcar la religión católica.
La mejor manera de resumir los iconos de estas son los cantos, el ponche y las piñatas, siendo este último el más importante de ello y tan antiguo como lo mencionamos anteriormente.
El origen de las piñatas en México comenzó con los colonizadores españoles. El significado de la piñata es el siguiente: la piñata es el diablo y sus picos, los 7 pecados capitales, una de las mejores maneras de introducción al catolicismo de manera divertida y simple de explicar.
El niño con los ojos vendados y su palo representa la “fe ciega” e inquebrantable, listo para vencer al diablo, que es romper la piñata. El contenido de la piñata son todas las bienaventuradas que se ganan al vencer al diablo.
La tradicional piñata que se acostumbraba en nuestro país desde hace muchos años es la estrella de siete picos, que significa los pecados que se cometieron cuando fue crucificado Jesús o Jesucristo.
Tradición que viene desde los primeros evangelizadores que llegaron a México, quienes se enfrentaron a una forma de vida totalmente diferente a la que ellos practicaban.
La conquista fue no solo el adueñarse de los territorios de la recién descubierta América, también fue la imposición del idioma, los hábitos y costumbres españolas, y entre otros favores: La religión.
Para los evangelistas no fue fácil cambiar toda la ideología politeísta de las distintas etnias que poblaban en el Nuevo Mundo, en específico a México. Así que tuvieron la necesidad de crear estrategias para enseñar los misterios de Dios a nuestros antecesores.
Uno de los dogmas más complicados fue el del pecado y la manera en que Satanás nos tienta, de cómo debemos ser fuertes para vencerlo y así hacernos acreedores de los beneficios celestiales. Y con este enorme peso a cuestas, los frailes franciscanos encontraron la respuesta: Una piñata
Diseñaron una olla de barro rodeada de papeles de colores en forma de estrella, donde cada uno de los picos representados los pecados capitales, y que sube y baja del cielo (por eso la forma de estrella) pero molestando a la gente amenazando entre golpes y burlas nadie se escapa de tocarla y pegarle.
El golpe duro a la piñata representa romper el mal, para poner toda nuestra energía y nuestra concentración en acabar con él. Se venda los ojos, porque el pecado nos ciega, les pone una venda y son nuestros compañeros, amigos, familiares, quien nos guía a través de sus consejos para romper con el mal, motivo por el cual una persona acompaña a quien romperá la piñata.
Una costumbre que inició en las afueras de las primeras iglesias, y conforme pasaron los años su representación se hizo tan popular que en la actualidad se hace en la calle, en avenidas principales o cualquier colonia. Tampoco importa el nivel socioeconómico o clase social, porque su representación católica, es decir, cuando la Virgen María y José, estuvieron en la búsqueda de una posada en su trayecto en el desierto y montañas en Jerusalén ya no encontraron en dónde quedarse se fueron a Belén en donde nació el Niño Jesús. En todo ese camino pidieron posada tocando puerta en todos esos hogares, tanto de ricos y pobres, sin importar la clase social de esos tiempos.
Es así que Las Posadas, es la representación de ese mismo episodio bíblico, pero de una manera moderna y divertida, en donde los mexicanos hacen la fiesta con cantos, ponche y no puede faltar la tradicional piñata con sus siete picos; así como los gritos de … ¡Dale, dale, dale!! ¡Arriba, más abajo! ¡Pégale duro!, y las risas.
Y aunque tiene un origen religioso, ahora son un momento de diversión y convivencia. Lo que comenzó como un método de evangelización, ahora es una costumbre que no solamente une familias, sino también a toda la comunidad. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org
Deja un comentario