IFE e INE son la misma fregadera

La creación del Instituto Federal Electoral cumplió 27 años de nacimiento hasta el 2014 y fue hasta entonces que la Secretaría de Gobernación publicó en el Diario Oficial de la Federación un decreto en donde en materia política-electoral se estableció que el IFE se transformó en Instituto Nacional Electoral es decir, INE.

No todo es tan malo como parece porque en el momento de la creación del IFE fue de mucha importancia porque en ese punto fue crucial en la democracia, por la que pasaba en aquel entonces el país, que de no haberse hecho hubiera explotado alguna actividad social como el que se vivió hace décadas con el movimiento del ´68 marcando para siempre la falta de credibilidad en la democracia ante los ojos del mundo.

El surgimiento del IFE se vio necesario después de las contiendas presidenciales que ante muchos connacionales y observadores políticos internacionales dejó en duda el triunfo del ex presidente Carlos Salinas de Gortari.

El parte aguas era necesario; ya que anteriormente se había creado la Comisión Federal de Vigilancia Electoral, pero aun así seguía dependiendo de funcionarios políticos como se vino haciendo durante años anteriores porque quienes conformaban la comisión eran personas que encabezaban municipios, Estados y cuando se trataba de la contienda presidencial lo manejaba la federal.

Durante estas dos décadas su reconocimiento ante el mundo ha sido confiable menos para el país, despertando cuestionamientos y dudas sobre su papel.

El sistema democrático fue definido por el IFE, y no con la caída del PRI de Los Pinos, como algunos les gusta pensarlo de esa manera; sino fueron los integrantes del Instituto Federal Electoral conformado por profesionistas no vinculados con funciones públicas.

Fueron ellos quienes con métodos de logística y planeación se fue mejorando durante todo ese tiempo, haciendo cada vez más estrictos y rígidos los métodos de los procedimientos electorales como también el control de la propaganda publicitaria, que en su momento se tomaron las medidas requeridas para el país proporcionando la confiabilidad de la gente, en tiempos electorales.

El objeto de su creación cumplió su justificación de existencia, sin embargo, como todo lo que sucede en el país, las buenas intenciones dejadas al olvido, se convierten en una mediocridad llena de vicios. Para dejar mejor puntualizado éste punto ahí tenemos el ejemplo de la creación del impuesto de la tenencia. Su nacimiento fue únicamente para crear un fondo para la primera olimpiada mundial en el país como anfitrión en 1968. El impuesto se dejó en el olvido haciendo de él un pago hacendario anticonstitucional creando todo un sistema complejo y computarizado para seguir cobrando lo inconstitucional, paradójicas de la vida.

Así de la misma manera al IFE se le dejó la libertad, sin poner un remedio. Comenzando con los sueldos injustificados, oscilando entre los 218 mil pesos al mes para trabajar únicamente en tiempos electorales porque muchos se preguntaban; qué es lo que hacían durante el resto del año, y sobre todo en los tiempos cuando no hay elecciones. Sin olvidar que muchos de ellos también participaban como consejeros para otras organizaciones no gubernamentales, no siendo su única entrada de ingreso para vivir modestamente.

Lo peor del caso es que ellos no se manejan solos, sino es el poder legislativo el que le ha extendido funciones inoperables y ridículas entorpeciendo el proceso de las campañas; con la fiscalización ridícula de los números de spot para medios, haciendo de ellos una saturación absurda en pocos días de una elección para cualquier candidato perdiéndose la personalidad, y siendo insuficiente la penetración de imagen, de quienes van a representar o encabezan los diferentes partidos políticos como los que acabamos de vivir en éstas últimas semanas en donde solo se podía ver que las campañas publicitarias se trataban de echarse tierra uno al otro sin propuestas y con dinero ajeno porque son recursos asignados por la federación proveniente de los impuestos de cada uno de nosotros los mexicanos o al menos quienes estamos dentro de la economía formal.

Fue tan cuestionada la justificación de la existencia del IFE que por eso su creación del Instituto Nacional Electoral (INE) como un órgano autónomo dotado de personalidad jurídica y patrimonios propios lo mismo que se dijo en su momento cuando se creó el IFE pero la historia se repite y todo sigue igual, pero con otro nombre en donde al final del día todas esas atribuciones le pertenece meramente al poder legislativo.

El INE aparte de estar burocratizando la gestión electoral siendo tan pocos los miembros del consejo, deberían de impartir justicia electoral como lo hacen en otros países, “zapatero a tus zapatos” que se dejen de fregaderas y dejen que las legisladores saquen las leyes que están en las congeladoras. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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