Hacer un buen habano cuesta trabajo
La Habana, 26 feb (PL) Con la realización hoy de una intensa jornada del XVII Festival del Habano, una de las preguntas más frecuentes para muchos asistentes es si es difícil confeccionar un puro cubano.
Unos mil interesados en el tema de por lo menos 80 países recorrerán este jueves las famosas fábricas La Corona y H. Upmann en esta capital en busca de respuesta a sus interrogantes.
Allí, lo más novedoso es contrastar las faenas, preguntar a los operarios, ver con ojos propios y tomar fotografías, lo que además se complementa con una clase magistral que cada año esta en el programa del Festival.
El Festival del Habano constituye una reunión sumamente interesante.
Sus programas, cada año -como una tradición- ilustran a los participantes sobre elementos significativos, como es el caso de la manera de torcer un puro.
Se trata de una conferencia magistral, siempre impartida por un experto torcedor, que además de explicar a los presentes sobre cómo se hace un puro, permite a los asistentes hacer una prueba, guiados por el conferencista.
A esos efectos, a la entrada de la charla, los organizadores entregan un kit de tabla, chaveta y delantal, tres instrumentos típicos de los torcedores, que además sirven como un imperecedero recuerdo de la visita a Cuba y de la asistencia al Festival.
Esas clases se completan con los recorrido de los asistentes por fábricas y áreas de plantaciones, dos jornadas muy demandadas por los participantes, por lo general con caminatas por la región occidental cubana, Pinar del Río, la zona de mayor destaque en hojas de tabaco.
En las factorías, los participantes realizan muchas preguntas mientras observan como los torcedores enrollan los puros, además de comprobar el sistema de calidad, la lectura de tabaquería y otros pormenores que siempre constituyen atractivo particular para cualquier fumador.
Es momento entonces de descubrir la supremacía de las mujeres en el torcido de tabaco, en la actualidad, la delicadeza en una faena sumamente complicada, que requiere de experiencia y cuidados.
Algunos torcedores encuestados señalan la necesidad de delicadeza, pura delicadeza lo que caracteriza a la mayoría de los torcedoras que acarician la hoja de tabaco para crear nuevas vitolas.
La conclusión es que es tan difícil como fácil, por un lado el amor a la faena lo logra, y por el otro el oficio de muchos años, de ahí que el habano sea el mejor tabaco Premium del mundo por la triple condición de suelo, clima y experiencia de los productores.
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