Con todos los antecedentes históricos e histriónicos contemporáneos desde que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) desbancó del poder en la Ciudad de México al Revolucionario institucional, a través de su diputado local Adrián Rubalcava pretende implantar un cerco a los perredistas por ampliar los esfuerzos de fiscalización de los diversos órdenes de Gobierno en el Distrito Federal, partiendo desde la Asamblea Legislativa del Distrito Federal mediante el programa de trabajo aprobado para el primer semestre del presente año.

Se dijo supuestamente comprometido a acompañar el trabajo de análisis y creación del Sistema Anticorrupción, presentado como el punto de mayor relevancia para el equipo de trabajo, solo que en este terreno –habrá que reconocerlo- el PRD superó a su maestro el PRI, por aquello de integrar soterradamente la cofradía amarilla.

La muestra está en los ex jefes de los gobiernos perredistas y que han desfilado por el edificio Virreinal, como Rosario Robles, Andrés Manuel López Obrador y Marcel Ebrard

Asimismo, ejemplos sobran, desde la misma ex jefa de Gobierno capitalino Rosario Robles Berlanga, quien dejó multimillonaria deuda pública, pasando por el también “honesto valiente” Andrés Manuel López Obrador quien dejó establecido candados para no ser investigado por la construcción de los segundos pisos, cuya obra faraónica sirvió para dos cosas.

Una, el extraordinario costo económico que jamás mostró su honestidad “valiente” para revelar qué tanto gasto del erario federal utilizó sino que esto será hasta pasados doce años para conocer la realidad de su “honestidad”.

Y segundo, el más caótico ejemplo de envenenar a la sociedad, es decir, que los segundos pisos se levantan para albergar un segundo monstruoso estacionamiento cuando la circulación vial no se da abasto para desfogar tantos vehículos que transitan por la capital de la República mexicana.

No se diga de Marcelo Ebrard, que de la famosa Línea 12, la Dorada, presuntamente cometió un fabuloso, extraordinario y desorbitante fraude en la construcción de esas obra que no es nada confiable para la seguridad de los 250 mil viajeros que la utilizan diariamente.

Todos ellos, con la excepción de la señora Chayo, tuvieron la mejor escuela política que sigue siendo el Revolucionario Institucional, y de donde no solo se les ilustra cómo gobernar, sino una vez en el poder, y al término de sus administraciones, salen multimillonarios “por su buen desempeño en el GDF”.

De tal forma, la Comisión de Transparencia de la ALDF, mantendrán mesas de trabajo con representantes de la Auditoría Superior de Justicia de la Ciudad de México, el Instituto de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales (Info-DF), la Contraloría General del Distrito Federal y el Tribunal de lo Contencioso Administrativo.

Rubalcava refirió que de estas reuniones asentarán el andamiaje legal sobre el cual deberán plantearse nuevas propuestas por parte de la Comisión en lo referente a estrategias de transparencia y rendición de cuentas.

“A través de las mesas de trabajo estaremos cumpliendo con las responsabilidades que nos son asignadas en calidad de representantes ciudadanos al mantener un diálogo oportuno con los encargados de las instituciones públicas a cargo de la protección de datos personales y los procesos de fiscalización de los diversos órganos de Gobierno”, declaró.

Por otra parte, argumentó que con la próxima implementación de la Reforma Política en lo que será próximamente la Ciudad de México, los mecanismos de transparencia en lo que toca al gasto público deben ser desarrollados acorde a las exigencias de la ciudadanía.

De ahí que se trabajará de la mano con la Auditoría Superior en propuestas legislativas necesarias para fortalecer la eficiencia de los entes obligados.

Tanto se innova para hacer leyes y evitar los hurtos institucionales, la sociedad siempre ha considerado que si hablamos de cultura de la transparencia en el Distrito Federal, ¡qué va…!, nadie respeta los códigos de ética y los formulismos quedan en la demagogia porque está bien definido que en materia de combate a la corrupción, son meros propósitos etéreos.

POR  BLAS A. BUENDÍA

blasalejo@yahoo.com