Gordos y no por ingesta
Por Guillermo Robles
Hay situaciones en la vida que se convierten de paradójicas a contradictorias. Una de ellas fue el tan cacareado impuesto a los refrescos y comida chatarrera que a final de cuentas ni está reduciendo las estadísticas de niños, jóvenes y adultos gordos mexicanos y sí en cambio, está engordando los bolsillos del gobierno con el cobro de esa contribución.
Ahora bien, con el gobierno del caudillo López Obrador, se inventaron la obligatoriedad de incluir en todos los alimentos el famoso Octágono Alimenticio, para poder frenar a la obesidad de los mexicanos. Un tema muy criticado dentro de la sociedad en donde se comenta de hacerle caso a todas esas advertencias calóricas y de sodio en los alimentos, solo nos dejarían para comer pura comida orgánica.
Por otro lado, la opinión de las personas que acomodan los alimentos en las tiendas, así como quienes trabajan ahí; han comentado que el sello de advertencia del Octágono Alimenticio no sirve, e incluso afirman que ha sido todo un fiasco.
Los gerentes de tiendas y comercio de alimento, afirman que ni el aumento de un IVA, especial a los alimentos chatarras y bebidas alcohólicas, detiene el consumo siendo los menores de edad los principales consumidores, así como también personas de la tercera edad y no se diga cuando se ven los adolescentes preparando reuniones o fiestas.
Sigue nuestra población consumiendo bebidas endulzantes y alimentos nada nutritivos y si llenos de calorías y, particularmente, grasas dañinas para nuestro cuerpo, y lo anterior no es nada nuevo sino es algo que se ha repetido en diferentes ocasiones por autoridades de la salud, así como también en foros.
En resumen, en los foros que se han hecho en algunas instituciones de educación privadas, se ha dejado bien claro que, en los países más industrializados del mundo con tendencia a elevar los impuestos a la comida con alto contenido calórico y refrescos, ha impactado poco o nada en la obesidad en general.
Países como Australia, Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y México, donde se han incrementado los impuestos a la comida chatarra, refrescos, y bebidas alcohólicas el único cambio ha sido un alza en los precios al público en esos artículos, pero sin disminuir de manera significativa su consumo, pese a lo que representa el gravamen en esas contribuciones.
Por otra parte, estudios en instituciones profesionales, como la Universidad Cornell, en los Estados Unidos, han complementado otro estudio como fue el realizado en Berkeley y San Francisco, sobre el consumo de refrescos, después de la aplicación de un impuesto a las bebidas azucaradas y el resultado fue que la mayoría de los negocios no incrementaron los precios de sus gaseosas, pues consideraron que de hacerlo, sus consumidores comprarían en comunidades cercanas donde no se aplica el nuevo impuesto.
Los comerciantes tuvieron que absorber el impacto del impuesto en aras de no perder clientela, realizándose otro ejercicio con 239 a quienes se les ofreció un descuento en diferentes tipos de comida rápida y se comprobó que con un precio menor se inclinaban a comprar más alimentos chatarra que saludable.
En México y de acuerdo a datos oficiales dados por el gobierno federal, el impuesto adicional decretado en comida chatarra y bebidas azucaradas, sus resultados han sido muy claros: Los gordos siguen igual o más gordos y han surgido otros gordos que han sido precisamente las bolsas de impuestos del gobierno federal, monto calculado en varios miles de millones de pesos.
Por cierto, pese a que está instituido en un decreto oficial el que ese impuesto debe aplicarse a fortalecer las normas y difusión de las medidas para orientar y recomendar a los consumidores a evadir o eludir consumo de alimentos chatarra y refrescos, siguen sin conocerse datos positivos en el adelgazamiento de los niños, jóvenes y adultos que siguen con las mismas costumbres de en su alimentación.
Esto además de paradójico, resulta contradictorio y aberrante, obligando a la búsqueda y aplicación de nuevas medidas, investigar en países de bajo consumo en bebidas azucaradas y comida con menos contenido calórico.
Algo urge que hacer porque México sigue avanzando y se sostiene en los primeros lugares de en gordura, no solo de sus adultos y viejos, sino lo lamentable es en la niñez a quienes cada vez vemos más obesos y lentos. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México)
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