Geomalabarismos

México, D.F. Febrero 6 del 2013. (Artículo no publicado en ésta lejana fecha)

Aún no termina el invierno en México y ya hemos recibido el calor de las explosiones, aparentemente de gas, en el cuartel general de Pemex en la Ciudad de México. El sótano, la planta baja y el “Mezzanine” del Edificio B2 convertidos en tumba de no menos de 37 empleados bien pagados pero con mala suerte. El “flamazo” ha dejado mas de 100 heridos y la cara de impotencia y sorpresa de los politicastros recién llegados a los niveles máximos del poder burocrático, impulsados y apoyados por el capitalismo imperial para representar sus intereses en detrimento de los intereses nacionales de México.

El mensaje del atentado imperial, trátese del imperio que fuese, parece dirigido a los entreguistas pseudo-mexicanos en turno. ¿Qué esperan para entregar la totalidad del sector energético de México? Especulando un poco, podríamos pensar en una auto-agresión para espantar un poco a quienes, venidos del exterior, pretenden hacerse con la riqueza del país, ofreciéndoles por adelantado el sabotaje continuo de la infraestructura de Pemex y de la Comisión Federal de Electricidad, al momento de ser enajenadas en su totalidad al ladrón foráneo. México podría convertirse al paso acelerado que el capitalismo dicta, en un Iraq o en un Afganistán.

Con una frontera boreal tan porosa como una membrana osmótica ¿Convendría a los gringos fomentar el “ talibanismo “ no sólo en México sino en Centroamérica y el Caribe? El gringo saquea los hidrocarburos, los minerales y la fuerza de trabajo esclava de un México inerme frente a la oligarquía interna y frente al capitalismo yanqui. ¿Convendría a los intereses gringos que saltaran en pedazos las plantas industriales que han instalado por la fuerza en México? ¿Porqué, dándose una anarquía absoluta conducida por el crimen organizado en México, las pandillas nunca atacan la infraestructura material gringa, es decir, sus negocios comerciales, industriales y financieros? ¿Acaso hemos visto una planta de General Motors hecha pedazos por una explosión de gas? ¿Las oficinas de City Bank/Banamex han sido ametralladas o dañadas por granadas? ¿Cuántos establecimientos de Mc Donald’s han sido destruidos o atacados? Las embotelladoras de aguas negras como la Coca Cola o las cerveceras como La Modelo o La Cuauhtémoc nunca han visto destruidas sus instalaciones. Las instalaciones de Telmex tampoco han resultado vulneradas.

Entonces, si ninguno de los negocios gringos ha sido tocado, pensamos que son los gringos quienes han creado y dirigen las organizaciones criminales que matan a los Mexicanos y destruyen sus modestos negocios, con la anuencia de los falsos gobiernos Mexicanos colaboracionistas, también controlados por los gringos. Así, México no puede acumular riqueza, ni fomentar sus intereses nacionales, ni hacerle frente al imperialismo. Los daños que causan el narcotráfico y el tráfico de armas son selectivos, exclusivamente para mexicanos. Las “policías” y los “soldados” de México están para cuidar, para asegurar que las drogas crucen puntualmente la frontera norte y que las armas entren cómodamente al territorio de México. Este sector ha engordado y seguirá engordando en tanto vigilen y protejan la caravana del mal, creada y controlada por el imperio, quien asume que en México todos somos idiotas, entreguistas, ladrones y asesinos.

Hoy por hoy, los medios de desinformación de los EE.UU. trabajan de lleno en la labor de embellecimiento cosmético de su realidad económica, desvencijada por la honda expansiva de la charlatanería financiera de sus operadores y de sus agentes bursátiles, convertidos en fulleros y en talladores de casino. El “ethos” de Las Vegas no pudo ser extrapolado con éxito al mundo de los mercados bursátiles sanos. La propaganda destaca el éxito aparente del vendedor de hamburguesas Mc Donald’s y oculta con dificultad el fracaso de la constructora de aviones Boeing, en franco retroceso ante el avance del constructor Europeo de aviones comerciales, la empresa Airbus.

Se habla en los EE.UU. de la construcción de un segundo oleoducto para llevar petróleo desde Alberta, en Canadá hasta Houston, Texas, en momento en que la demanda de petróleo se ha reducido localmente. Se anuncia también la construcción de una serie de muelles para contenedores en Long Beach, California cuando el tráfico transpacífico sufre ya una contracción evidente. Se ha publicitado que el petróleo de las arenas al noreste de Alberta fluye ya hacia los EE.UU., substituyendo importaciones petroleras. Sin embargo, se trata de un petróleo notoriamente caro, puesto que deriva de un proceso de separación que consume energía en proporción de un barril por cada seis barriles producidos.

También se viene manifestando que la extracción de gas de esquisto da a los EE.UU. auto-suficiencia energética; no obstante, las importaciones de petróleo de los EE.UU. no han descendido y los precios del crudo no han fluctuado. Parece que el desastre derivado de la explosión e incendio de una plataforma de British Petroleum en el Golfo de México simboliza el cese de la extracción petrolera en aguas de los EE.UU., quienes habrán de depender de las importaciones del crudo.

Por otra parte, todo el mundo trata de asegurarse el mayor número de yacimientos petroleros potenciales a nivel terráqueo, independientemente de las fluctuaciones de la demanda. Complicándose aún más la panorámica mundial, se ha instalado ya una guerra monetaria y política entre los EE.UU. y Europa, con la diferencia que Europa mantiene su intercambio comercial con China en tanto el correspondiente de los EE.UU. es ya deficitario para esta último. China, Canadá, México y Brasil se han quedado con las plazas de trabajo del obrero norteamericano, es decir, gringo.

El año pasado el valor de las exportaciones de México hacia los EE.UU. fue de 277 mil millones de dólares; el valor de las exportaciones gringas hacia México en 2012 fue de 217 mil millones de dólares. Es decir, el intercambio combinado con los EE.UU. fue de 494 mil millones de dólares, tan sólo detrás de China y Canadá. Y...aún así, seguimos viviendo en México como parias. Somos una colonia yanqui irredenta, servil.

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