Fuertes o influyentes
Por Guillermo Robles Ramírez
Es innegable quienes son padres de familia siempre van a querer lo mejor para sus hijos o cuando menos de eso se trata de papás normales y coherentes.
Hay algunos quienes confunden lo mejor con brindarles toda aquella comodidad o cuanto lujo se refiere. Otro error muy común de cometer cuando existen esos espacios vacíos, emocionales y sentimentales de carencia de todo sentido común.
Sin que suene a presunción, estoy convencido de que la mejor herencia que puedes dejarle a cualquier hijo, son los estudios. Aquella preparación educativa que les ayudará a enfrentar los problemas de la vida, pero evidentemente también es muy importante la educación recibida dentro de los hogares para la toma de buenas decisiones.
Es en esta cuerda tan sensible en donde por pretender darles lo mejor en estudios, el silencio, la ignorancia por parte de los padres de familia y un mercado privado educativo en donde parece que el costo es el falso indicador para definir la calidad de la educación de las escuelas particulares es el que manda para decir que entre más cuesta es mejor la preparación que recibirán los estudiantes.
Sin embargo, aquellas irregularidades existentes en las escuelas particulares de Coahuila son permitidas por un solo motivo en la mayoría de los casos, y es el temor de las represalias.
Los otros son secundarios como el desinterés o ignorancia de los padres de familia, y los «sindicatos blancos» en que se han convertido sus mesas directivas que nada más pelean sus propios intereses que si pudieran sacarle jugo al tuétano lo harían.
No hace falta adentrarnos a una investigación profunda, sino simplemente hacer un alto en nuestras vidas, para desmenuzarlo detalladamente y analizar las pláticas que se tienen a diario en las afueras de las escuelas, en las reuniones, cada grupo social y nos daremos cuenta de que son temáticas en las conversaciones cuando socializamos y ante la impotencia de querer hacer algo para que nuestros hijos no sufran las represalias sacamos nuestras frustraciones a través de nuestras conversaciones interactuando en diferentes grupos sociales y familiares.
Todo se podría resumir en que aquellos principales abusos cometidos son aquellos de los colegios privados de más renombre en Coahuila, que además de sus injusticias, existen institutos que lucran indebidamente y no siendo suficiente, con eso también sirven a la intervención ideológica estadounidense.
Por apatía o miedo, los papás de los escolares prefieren no hablar. Los pocos que acceden piden omitir su nombre. Y es por esta misma causa por la cual las diferentes autoridades a las que llegan a acudir están imposibilitadas para actuar contra los abusos.
En el Estado por encima de las quinientas escuelas particulares, desde maternales, hasta profesional, comerciales, idiomas, bailes, belleza, corte y confección, desde aquellas que funcionan en humildes instalaciones hasta las que cuentan con sofisticados edificios.
Las más cuestionadas son aquellas en las que se imparten dos idiomas en donde estudian hijos de familias de renombre, aunque también los hay por decisiones inspiradas en el status social.
En algunos de ellos, en teoría, todo aquel padre que pague la inscripción son accionistas, prerrogativa que les da derecho a voz y voto en las decisiones del plantel y a participar de las utilidades.
El único detalle es que los papás jamás se dan por enterado de estos derechos, por lo tanto, dichas instituciones nunca tendrán dueño sino solamente accionistas a quien dirigirse.
Y aunque cuenten con un consejo directivo, estos son integrados por los que manejan corporativos grandes que nada más están dando vuelta los puestos principales como presidente, secretario, etc., como si fuera el «Club de Toby.»
Esto lo ha convertido las escuelas particulares como uno de los más lucrativos y nada más para que se tenga una idea solamente hay que multiplicar lo que gasta en uno de sus hijos por la población estudiantil de cada una de estas instituciones privadas.
La complicidad es otro elemento que distingue los colegios de paga, porque en la mayoría de ellos rebasa el veinte por ciento de docentes extranjeros, aunque en la Ley Federal del Trabajo estipula no sobrepasar éste porcentaje.
Sus clases de inglés, alemán, francés o de cualquier otro idioma no cuentan con su debida autorización oficial; sin embargo, esta irregularidad se resuelve fácilmente con becas a diferentes funcionarios o aquellas personas que recurran a los medios masivos, para evitar un escándalo público.
Sus arcas son reportadas a sus diferentes países a las que pertenecen existiendo fuga de capital en el país.
Las irregularidades en dichas instituciones no se circunscriben a los cobros indebidos y otras anormalidades, sino también existen aquellas que atentan contra la Constitución Mexicana, al permitir el culto en su interior o la distribución de propaganda religiosa.
Muchos de los colegios particulares de Coahuila son instituciones fuertes e influyentes. De ahí el temor de los padres a denunciar irregularidades, sentimiento que incluso comparte gente ajena a las diferentes escuelas y no solamente a una en particular, pero tal parece que el estatus y la vanidad estarán por encima de lo mejor para los hijos. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intesip.org
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