Falta disposición o pantalones

Por Guillermo Robles Ramírez

Nuestro país ha llegado al nivel más alto de extorsión con la actual Administración de Andrés Manuel López Obrador; de acuerdo a las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía; en conjunto con Data Coparmex quien dio a conocer públicamente dicha información. Muy a pesar de que las declaraciones oficiales del gobierno federal dicen todo lo contrario.

No se trata de ningún secreto el origen de la mayoría de estas extorsiones provienen de los centros penitenciarios en el país. Para especialistas en la materia, ha faltado voluntad política a las autoridades en general, para eliminar totalmente el uso de teléfonos celulares en el interior de las penitenciarías de México, convirtiéndose en cómplices, además de coautores de delitos que se cometen desde el interior de los centros reclusorios, en particular las extorsiones y secuestros virtuales, pues continúan los mandos y directivas en la comercialización de drogas, gracias a que las autoridades penitenciarias se hacen de la “vista gorda” tolerando el uso de celulares por parte de los presos.

De las escasas medidas allá por el 2013, el gobierno federal instaló bloqueadores de celulares empleándose equipo con tecnología de punta, así como circuito cerrado de televisión para impedir que sigan saliendo llamadas telefónicas con celulares, desde dentro de los Centros Federales de Rehabilitación Social, CEFERESOS. Esto se hizo exclusivamente en los nuevos reclusorios federales, es decir y en particular los construidos en el 2012.

El programa contempló 56 centros penitenciarios locales considerados como prioritarios y que se encuentran en 27 estados del país.

En aquella época, Juan Francisco Torres Landa, Secretario de México Unido Contra la Delincuencia, en una denuncia pública, remarcó el cada vez mayor número de teléfonos celulares que operaban en el interior de las penitenciarías del país.

Desde los cuatro muros que enmarcan estos centros reclusorios, muchos de los delincuentes, implementaron y “armaron” secuestros y extorsiones sin que las autoridades den avisos de poner remedio a esa anómala situación que se ha generalizado y aunque en algunas Entidades existe mucha voluntad política para erradicar ese problema, aunque para tener avances positivos, es necesario que las autoridades actúen en forma ejemplar.

En el muy particular punto de vista de Torres Landa, además de no haber voluntad política en las autoridades, remarcó que les faltan “huevos” en un problema que, para acabar con este, solo hay que actuar con mucha energía y fuerza, pero sobre todo no hay voluntad por parte de las autoridades responsables a quienes les compete entrar de lleno a esta irregularidad, considerando que para empezar no debe permitirse el uso de celulares dentro de los centros penitenciarios.

Sobre este tema, en Coahuila y en la época del entonces titular de la desaparecida Fiscalía General del Estado, Jesús Charles Torres, anduvo recorriendo y visitando las principales regiones de la Entidad para reunirse con los líderes de los organismos empresariales y reconocer que la mayoría de los casos de extorsiones y secuestros exprés, se implementaban y ejecutaban desde el interior de las cárceles de México, vía celular.

Las “extraordinarias” recomendaciones que en ese entonces daba la ya desaparecida Fiscalía, era la de no hacer caso a llamadas recibidas a los celulares, haciendo extensivo el consejo a amigos y familiares de los socios de los organismos en donde se realizaban las pláticas.

El titular de la entonces Fiscalía ni como institución realizó una campaña abierta y pública para recomendar las medidas a tomar en caso de pretensiones de extorsiones, pero tampoco para hacer saber que esos ilícitos en su mayoría salían del interior de las penitenciarías y de los celulares que desde siempre se ha permitido portar a los reos.

Lo que llama la atención es que siendo un problema que data de hace años, sigue sin ponérsele remedio, cuando la solución está en manos de las propias autoridades, prohibiendo la posesión de esos aparatos de comunicación en manos de reclusos.

Y lo mismo sucede la venta a diestra y siniestra de números celulares, así como conmutadores con capacidad de 100 números digitales diferentes al mejor postor y sin tomar en cuenta ninguna medida de seguridad para el uso real que se le va a dar, es decir, para un uso legítimo o para cometer actos ilícitos. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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