Por Vico

En Brasil, como en gran parte de Latino América, la polarización social se distingue a simple vista, los ricos son muy ricos, y los pobres muy pobres, aunado  a esto la falta de oportunidades académicas va de la mano de las ofertas laborales bien remuneradas, esto sin hablar de los gobiernos corruptos que han afectado a la mayoría de nuestros países en algún momento.

El país carioca es en estos momentos escenario de la Copa Confederaciones, en algunos meses recibirán una visita papal, están a un año de hospedar el mundial de football y los Juegos Olímpicos de 2016 se desarrollaran en el país Sudamericano, el problema es que en Brasil el 20.9% de la población vive en pobreza, de los cuales 6,1% viven en situación de calle, si comparamos estas cifras con las de nuestro país en donde tenemos 36.6% de pobreza entre la población y de estos 13.3% viven en indigencia, el problema de Brasil no es tan serio, sim embargo los gastos que se aproximan, pueden desestabilizar la economía carioca, pues el éxito deportivo de las olimpiadas y el mundial, se espera que no sea directamente proporcional al éxito económico de los mismos, pues son pocos los brasileños que pueden pagar las entradas, aun cuando los organizadores se esmeran en ofrecer precios accesibles.

Las protestas no se han dejado esperar, personas que estén en desacuerdo con lo que han llamado un derroche de dinero sin sentido y con un aumento del 10% a la tarifa de un transporte público de por si deficiente, han salido a las calles y a los estadios a dar su mensaje, ante el mirador mundial y prometen hacer más ruido y ser más incomodos para un gobierno que no los está escuchando, los protestantes claman no tener intención de lastimar civiles, sin embargo buscan poner en aprietos al gobierno brasileño, pues consideran injusto que el dinero vaya a estadios, y no a los hogares, escuelas u hospitales.

El deporte en general es una fiesta, pero debemos disfrutarla tanto los invitados como los anfitriones eso es lo justo.