…Con el cambio de gobierno en 1924, y la desestabilización política generada por la rebelión cristera y el asesinato de Álvaro Obregón, el sistema educativo entró en un auténtico estado de shock por aproximadamente 10 años.

Con la llegada de Lázaro Cárdenas del Río al gobierno federal en 1934, la educación volvió a ser centro de la política interior. Por iniciativa del ejecutivo, el artículo 3o es modificado de manera radical, quedando redactado de la forma siguiente:

La educación que imparta el Estado será socialista y, además de excluir toda doctrina religiosa combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida social.

Teniendo como base este sustento jurídico, el proyecto educativo cardenista se organiza con el propósito de abatir los problemas sociales, sobre todo de los grupos más desprotegidos.

La educación se contempla como el medio idóneo para resolver la mayoría de los problemas que dieron origen a la revuelta social de 1910.

Los objetivos de la educación cardenista pueden resumirse en los puntos siguientes:

A). La educación busca vincular a la escuela con los sectores mayoritarios de la población para estructurar una sólida unidad nacional.

B). Se busca capacitar cuadros de técnicos y profesionales, para apoyar el desarrollo de la industria, el agro y los servicios.

C). Se proyecta a la educación como el medio para contribuir al mejoramiento de las condiciones materiales de vida de los trabajadores.

D). Se contempla a la Educación como el medio para garantizar la independencia y soberanía del país, a partir de un mayor desarrollo de las fuerzas productivas y del fortalecimiento de la cultura.

Tomando como base, los puntos anteriores, el gobierno cardenista crea el instituto politécnico nacional, las normales rurales y las escuelas indígenas.

Después de este gran proyecto educativo, la educación se sumerge en una inercia verdaderamente agobiante, hasta el arribo de Adolfo López Mateos en 1958, como titular del ejecutivo.

Bajo la orientación de Jaime Torres Bodet como Secretario de educación, el sistema educativo nacional logra tener un impulso significativo.

Las miras intelectuales de Torres Bodet, permiten el fortalecimiento de las escuelas normales, la creación de la comisión nacional de los libros de texto gratuito y la posterior distribución de libros de texto en todas las primarias del país, además del interés por mejorar la alimentación de los estudiantes con la distribución de desayunos escolares en las primarias.

La educación nacional vuelve a ser centro de interés de las políticas públicas y su desarrollo durante este periodo es más que evidente.

Finalmente, después de esta ligera travesía por la historia de la educación nacional mexicana, quiero referirme a las razones que me orillaron a realizar la exposición anterior.

Cuatro han sido los momentos de gloria de nuestro sistema educativo nacional. Cada uno de ellos se distinguieron por ser proyectos que se generaron en importantes momentos de transición Política y dirigidos por eminentes líderes intelectuales.

Es evidente que el gobierno de López Obrador, constituye un gobierno de transición, un gobierno que rompe con las estructuras mantenidas por décadas. Justo, es esperar que el sistema educativo pudiese tener una proyección que dignifique los cambios impulsados hasta el momento. No obstante tales perspectivas, la talla del secretario de Educación, Esteban Moctezuma, diluye la esperanza de un cambio significativo en esta área.

La distancia del actual secretario de educación, con Gabino Barreda, José Vasconcelos o Jaime Torres Bodet es simplemente abismal.

Difícil panorama se vislumbra con un funcionario que adolece de la capacidad intelectual y política, para generar un proyecto educativo a la altura de lo que plantea la 4a transformación.

Primera parte: ÉPOCAS DE ORO DE LA EDUCACIÓN MEXICANA